Hace 531 años Cristóbal Colón llegó a América, con la menuda creencia que había llegado a las Indias, por lares occidentales, por lo que se dio en llamar al sitio: Las Indias occidentales y a sus habitantes indios.
Los navegantes que llegaron con Colón, pensaban inaugurar una ruta para llevar desde la India, especias a Europa, pero al ver un continente enorme, tan enorme que se quedaron, para siempre. América era más grande que Europa. Todo el continente europeo cabe en Estados Unidos.
Con Cristobal Colón nos llegó de los reinos de Castilla y Aragón de la península ibérica, la cultura castellana, que después sería la cultura española, junto con un paquete importante de genes.
A diferencia de los ingleses en nortemérica, los hispanos no exterminaron a las poblaciones nativas. Crearon un virreinato que tuvo la primera Universidad en América (San Marcos 1551), la primera en Norteamérica Harward es de 1636. Llegó con ellos la religión católica, el idioma, en general los usos y costumbres hispanos de la época. Se fundaron cientos de ciudades, donde se afincaron dejando una descendencia. No como dicen algunos, que vinieron a robar el oro. Vinieron a quedarse y vivir acá.
Un día 12 de octubre, como hoy, los genes andinos empezaron a mezclarse con los genes mediterráneos. Estos ibéricos que se encontraron con un continente que ni soñaban. Aquí encontraron una pléyade de bellas mujeres donde perpetuar una nueva especie, un mestizaje del que somos descendientes. Además, trajeron su lenguaje, su religión, las costumbres y los modos de comportamiento.
Pocas invasiones de otras culturas, nos han traído todo lo que su cultura mostraba en su época. Lenguaje bien hablado, universidades, arquitectura, vale decir todo el bagaje que nos permite sentirnos occidentales de la vieja tradición greco-romana. Lo que vivimos fue un virreinato, vale decir una administración española en el Peru. No fuimos nunca colonia, como las de norteamérica.
Sin embargo, el mundo andino ha sabido soportar e influir en esta creativa fusión de la que somos, sin excepción, depositarios orgullosos.
La primera peruana oficial se llamó Francisca Pizarro Yupanqui, hija del Marqués de Atavillos, fundador del Perú; Francisco Pizarro. Fue la promotora de la construcción del Palacio de la Conquista, en la Plaza Mayor de Trujillo (España), de la Catedral de la plaza mayor de Lima (Perú), así como otras obras y donaciones, destacando el Convento de la Merced de Trujillo, donde estuvo Tirso de Molina, quien no la olvidó en sus escritos elogiándola en su obra “Amazonas en las Indias”. Esta mujer asentada en España, vivió una vida cortesana y murió a los 63 años.
En resumen, nuestra cultura, en mayor o menor medida, se fusionó. Ahora somos Gutiérrez-Huamán, Gonzales-Yupanqui o Rodríguez-Vilca, hablando español y quechua o aymara, rezando a la cruz de Borgoña o a las “mamachas” o tincando a los apus andinos, sin vergüenza ni enconos, por lo que pudo haber pasado hace más de medio milenio. Somos un mestizaje, como Micaela Bastidas-Puyucahua o Inca Garcilaso-Chimpu. No podemos negar ni renegar de ese pasado es absurdo.
Los peruanos tenemos en promedio un 68% de genes americanos autóctonos, vale decir incaicos o andinos, además genes negros o asiaticos, en menor medida, el resto es mediterráneo.
Ya lo sabían desde el Perú virreinal al decir: “el que no tiene de Inga (Inca en español antiguo) tiene de mandinga” Entonces todos los peruanos somos en buena proporción andinos, así como los norte americanos que tienen estos genes, aportados por las poblaciones autóctonas como los Siux, en menor medida.
Entonces celebremos está fecha, como quizá en un futuro año 4,492 se celebre la mezcla de genes humanos con genes alienígenas. Seamos capaces de asumir lo que pasó, sin rencores ni resentimientos. No somos los incas puros, así como los mexicanos no son los aztecas puros, somos una fusión creativa.
Ninguno de los genes es superior a otro, la superioridad la va a dar el comportamiento social. De ese comportamiento depende que seamos más o menos, que tengamos mayor calidad o no. De cómo construimos nuestra historia depende que seamos más o menos desarrollados.
Adiós a culpar a hispanos, con leyendas negras, de hace más de 500 años por nuestras limitaciones, tampoco pidamos ni perdones ni disculpas a gente que está muerta hace medio siglo y cuyos descendientes nada de culpa tienen que sus antepasados hayan llegado acá a empezar esta mezcla de genes.
Entonces sólo me queda saludar a los pensantes y de mente abierta deseándoles un 12 de octubre saludable, de brindis largo, por el primer Gutiérrez. Gonzales, Rodríguez, Martínez, Sánchez o Echegaray que dejo sus genes en estas tierras y a la primera, Yupanqui, Wilca, Condorcanqui, Huanqui o Chimpuoccllo que los recibió.
Salud y abrazos a todos que con orgullo llevamos genes hispanos y andinos.
Luis Echegaray, Lima 12 de octubre de 2023.