Adiós Julio Casas, te llevas nuestro corazón

por Hugo Viladegut Bush
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Reinicio

Ha partido a la eternidad

Julio C. Casas Casas, el hombre que no se reía de sus propios chistes.

Periodista y empresario. Dejó todo lo que tenía en Cusco para hacer patria en Abancay.

Sus ideas de progreso y su natural simpatía lo hicieron rápidamente popular.

Nunca quiso ser alcalde de verdad, aunque era el alcalde en la sombra. Desde 1970 no hubo alcalde que no le pidiese consejos.

Muchas veces le propusieron ser candidato al sillón del cabildo.

– ¿Alcalde yo? ¡cómo podría ser alcalde!… la gente no me creería cuando hablase porque van a pensar que siempre voy a contar un chiste.

Todo lo llevaba a la broma, pero nunca reía con sus propios chistes.

Su humanidad y su generosidad hicieron de él un personaje inolvidable.

Sus brazos estaban listos para el abrazo y sus manos reaccionaban rápidamente para la ayuda a quien necesitase de él.

Forjó a sus hijos para el servicio y su esposa vivía pendiente de sus ocurrencias.

Estar en mesa con él era una charla para el divertimento y la ilustración.

– Alguna vez quise ser dentista. Me desanimé porque cuando me sacaron una muela ví al mismísimo satanás en calzoncillos y la verdad yo no quiero que la gente vaya a morir.

Pero la gente moría de risa con sus ocurrencias de todo calibre. Gustaba hablar de cine, sobre todo de Chaplin y Marcelo Mastroianni.

Admiraba la música del mundo y el folklore de su tierra. Nos enseñó a amar nuestra identidad.

El amor por su madre nos conmovía y nos enseñó que hay que conservar a la madre aunque fuese como una estampita, “no hay mayor felicidad que verla sonreír”, solía decir.

No se le conocía enemigos, todos coincidían en afirmar que cuando dormía no dormía, porque estaba construyendo historias jocosas para el día siguiente.

Quienes crecimos a su sombra tenemos la certeza que la Madre del Rosario lo puso en nuestro tiempo para hacer dulces nuestros días y de cuantos se cruzacen por su camino.

Te vamos a extrañar Tío Julio. Tú eres de esos personajes inolvidables de pueblo.

Serás tan clásico como el Pisonay o las palmeras de nuestra Plaza de Armas.

¿Y ahora qué chiste le vas a contar a Dios?.. Creo que aquel que solías repetir: “Cada uno coja su Crush y ande… Conservando su derecha”.

Chau Julio Casas… Gracias por ser parte de la historia de Pikilandia y escribir con nosotros nuestras novelas personales.

Hasta más vernos en la gloria del Señor.

FOTO: “Adiós Julio Casas, te llevas nuestro corazón. Abancay te va a extrañar”

LENTE: Mary Casas Suarez (+)

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