Amor fraterno

por Redacción Peruanísima
114 vistas 2 min.
A+A-
Reinicio

Una niña sufrió un accidente automovilístico, cuando junto con sus padres y su hermano menor, se dirigían a casa. Por fortuna, una ambulancia con un médico se encontraba cerca y acudió en su auxilio. La niña, en estado más grave, había perdido una cantidad considerable de sangre y su única oportunidad de sobrevivir residía en recibir una transfusión inmediata.

Los contratiempos radicaban en la lejanía de la ciudad y en la rareza del grupo sanguíneo al que pertenecía la niña. No existían reservas de sangre en el Banco de Sangre ni portadores identificados disponibles. Sus padres también habían sufrido hemorragias, por lo que la única posibilidad era que su hermano menor, de tan solo 5 años, donara parte de su sangre.

El doctor explicó la situación al pequeño e inquirió si estaría dispuesto a brindar su sangre a su hermana. El niño titubeó por un instante antes de exhalar un profundo suspiro y responder:

—Sí, con eso se salvará mi hermanita. ¡Sí lo haré!

La ambulancia estaba debidamente equipada con los dispositivos necesarios para la transfusión, y el médico procedió sin demora. El niño reposaba en la misma camilla, junto a su hermana, mostrándose sereno y sonriente al observar cómo el color retornaba a las mejillas de ella.

Repentinamente, un par de lágrimas escaparon al niño y con voz temblorosa preguntó al doctor:

—¿A qué hora empezaré a morirme?

Siendo tan solo un niño, no había comprendido el propósito del médico. Creía que le daría toda su sangre a su hermana y aún así estaba dispuesto a hacerlo.

El experimentado médico, quien había enfrentado numerosos incidentes como aquel, se vio profundamente conmovido, conteniendo un sollozo que emergió desde lo más profundo de su ser y secando las lágrimas que furtivamente se deslizaron por sus mejillas. Mientras retiraba la aguja, le dijo:

—¡No te preocupes campeón! Con esa pequeña cantidad de sangre ya has salvado a tu hermana.

Reflexión:

La generosidad que se mantiene en la adversidad , es la más hermosa y brillante del mundo, una verdadera e inconfundible prueba de amor incondicional.

Deja un comentario

También le puede interesar

Este sitio web utiliza cookies para mejorar su experiencia. Suponemos que está de acuerdo, pero puede darse de baja si lo desea. Aceptar Seguir leyendo

error: ¡Lo sentimos, este contenido está protegido!