El día anterior a la navidad, como es costumbre, se preparaban los regalos para los seres queridos, con generoso ánimo y lindos envoltorios.
Al llegar a casa, un señor encontró a su pequeña hija afanada con las tijeras, retaceando los papeles de regalo, cintas y tarjetitas.
—¡No mires, papito! —le dijo ella, escondiendo una cajita.
El hombre, sin escucharla, viendo tal desperdicio de ese material que era tan costoso, furioso e irreflexivo, castigó con severidad a la pequeña niña.
— ¡Estamos sin plata y encima, desperdicias las cosas así! ¡Eres una niña mala! —le gritó.
La pequeñita se fue a dormir llorando, sin entender porque la castigaban, ¿Si ella solo quiso hacer regalitos para todos?
A pesar del castigo, a la mañana siguiente, ni bien abrió los ojos, con la nobleza de los corazones infantiles ya había olvidado el maltrato e ilusionada, fue corriendo al dormitorio de su papito llevando el regalo más preciado, que había forrado con sus manitas, y que tan malos momentos le había hecho pasar.:
— ¡Esto es para ti papito!
Él hombre, arrepentido por su reacción de la noche anterior, se quedó sin palabras. Emocionado abrió su regalo, pero cuando vio la caja vacía, primero se sorprendió y luego se enfadó otra vez.
— Esto es una broma… ¿supongo?
—¡No papito!
—¡Ay hija! ¡Que tonta eres! Cuando uno da un regalo, se supone que debe ser algo, ¡cualquier cosita!, no una caja vacía…
— ¡Perdóname papito! —respondió la pequeña con los labiecitos temblando y apenas conteniendo las lágrimas que pugnaban por salir de sus ojitos— Pero… ¡no está vacía!
—¡Claro que sí! —dijo el padre volcando la caja para demostrar que no había nada— Está vacía.
—No papito. ¡Tú no entiendes! Yo guardé en ella, muchos, muchísimos besitos para ti, todos, toditos para ti, papito. ¡Te quiero mucho! —acabó balbuceando sin poder ya contener el llanto.
Reflexión:
La historia transmite un mensaje conmovedor sobre la importancia de valorar los gestos sinceros y desinteresados, especialmente cuando provienen de los niños. En este relato, la pequeña hija, a pesar de ser castigada injustamente, demuestra una generosidad y amor genuinos al preparar un regalo para su papá.
El padre, inicialmente cegado por la frustración y la ira, no logra comprender la verdadera esencia del regalo hasta que la niña explica que la caja no está vacía. La caja representa la nobleza de los corazones infantiles, ya que la niña ha llenado el regalo con “muchos, muchísimos besitos”. Este gesto simple pero lleno de amor transforma completamente la percepción del padre.
La historia nos invita a reflexionar sobre la importancia de apreciar los regalos del corazón, más allá de su valor material. Enseña la lección de que el amor y la intención detrás de un regalo son lo que realmente importa. Además, subraya la necesidad de comprender y perdonar, especialmente cuando se trata de las acciones de los niños.
En resumen, la historia destaca la belleza y la pureza de los gestos de amor, recordándonos la importancia de valorar y apreciar la generosidad sincera, especialmente en el contexto de las relaciones familiares.