En algún rincón de la memoria, todos guardamos un lugar especial para aquel maestro o maestra que, con infinita paciencia y sabiduría, nos abrió las puertas del conocimiento y la vida. “Brindis por el Maestro”, es una poesía de Margarita Casas Casas+, con un sentido homenaje a esos guardianes de la enseñanza que moldearon nuestras mentes y corazones con su dedicación.
Desde las primeras líneas, esta poesía nos envuelve en una atmósfera de gratitud y ternura, nos recuerda la importancia de los principios morales y el papel crucial que juegan en la formación de un ser humano íntegro y feliz y nos invita a reflexionar sobre la invaluable labor de los maestros, quienes con paciencia y amor, siembran en nosotros las semillas del bien y la virtud, iluminan nuestro camino con la luz de la ciencia y nos guían en la escabrosa senda de la vida.
Brindis por el Maestro
por Margarita Casas Casas
¡Dios te bendiga maestro!
por haber logrado que mis manitas de ayer,
aún torpes y rudas, hayan aprendido
a manejar lápiz y papel,
dibujar las letras
y hacer la señal de la Cruz.
¡Dios te bendiga maestro!
por haber quitado de mis ojos
la venda de la ignorancia,
dándome la dicha de ingresar
a un mundo nuevo,
con risueños horizontes
y un mar de ilusiones.
¡Dios te bendiga maestro!
por haberme enseñado que
Jesús es "la luz, el camino y la verdad"
que nos guía
en la escabrosa senda de la vida.
¡Dios te bendiga maestro!
por haber despertado en mi alma
ansias para ir por los campos
de las ciencias o las artes
de la cultura,
poniendo alas a la inteligencia
que Dios nos dio.
¡Dios te bendiga maestro!
por haber sembrado en mi corazón
la semilla del bien y la virtud,
llavecitas de oro
para encontrar la felicidad humana
¡Dios te bendiga maestro!
por haber tatuado en mi conciencia
la fe en Dios,
el respeto a mis padres
y el amor al trabajo.
¡Dios te bendiga maestro!
por haber esculpido en mi cerebro
que el cumplimiento de las leyes divinas
y humanas, es el único escudo
que permite vivir en paz y armonía
con los demás
¡Dios te bendiga maestro!
por haber encendido en mi mente
la luz de la ciencia
para luego desentrañar y conocer
los secretos y maravillas del Universo.
¡Dios te bendiga maestro!
por haber escrito
en la primera página de mi corazón
que "el tiempo es oro"
y, sin perder un día,
debemos cultivar la mente,
fortalecer el espíritu
y tonificar los buenos sentimientos.
¡Dios te bendiga maestro!
por haberme dado la mano
para aprender a caminar
en el torbellino de la vida,
sirviendo a Dios a la Patria y al prójimo
¡Gracias…! ¡Mil veces gracias!
¡Inolvidable maestro,
Lopor todo lo que por mí hiciste!
¡Adiós…!
Tu alumno
Aristóteles