En el día de San Bernardo, nació la primera hija de los señores Genaro Ballón y Enma Becerra, llamándole Olga Bernardina; sin embargo, a los pocos años su padre le puso el cariñoso apodo de “Chachi”.
Su abuela paterna Francisca, le cantaba hermosas canciones en quechua y castellano, transmitiéndole así las tradiciones culturales de Lambrama, un lugar especial y famoso por su carnaval lambramino y la belleza natural que lo rodea.
La presencia de flores de Amancaes y las coloridas dalias durante los meses de lluvia, hace que este lugar sea aún más encantador, donde la música es una fuente de inspiración para la comunidad local, demostrando que el arte y la cultura pueden enriquecer la vida de las personas y fomentar la paz y la armonía en un lugar.
Desde una edad temprana, su abuela reconoció su gran talento musical, juntas cantaban desde que ella tenía solo 4 años y después ella sola debía cantar para la visita y los familiares, otras veces cantaba con el abuelo quien tocaba guitarra.
Con el tiempo debía ir a la escuela primaria en Abancay, donde cantaba ocasionalmente, de temperamento sociable, amorosa y risueña transcurrían sus días. Participó en un festival de música en la secundaria, donde ganó el primer puesto a dúo con su entrañable amiga María Antonieta Martínez, lo cual marcó un hito importante en su carrera como cantante.
Parece que su voz encantadora y su talento musical resonaron no solo entre sus compañeras de colegio, sino también en la cálida ciudad de Abancay, donde comenzó a realizar presentaciones y colaborar con grupos musicales.
Su bella voz con la colaboración de María Antonieta Martínez las llevó al Conjunto Abancay a incluir voces femeninas en sus interpretaciones, un cambio significativo en su composición.
El Conjunto Abancay fue un grupo talentoso de músicos conformado por los señores: Augusto Revollar (guitarra), Hugo Peña (mandolina) Jorge Vargas (guitarra) y David Pagaza (charango) cantando canciones de derechos reservados y algunas composiciones nuevas, las mismas que no fueron grabadas para que más personas pudieran disfrutar de su música, por restricciones económicas.
A pesar de ello, el Conjunto Abancay aumentó su fama, participando en diversos eventos y celebraciones en Abancay y otras provincias de Apurímac, en las que su música resonaba en la comunidad, uniendo a las personas y alegrando las celebraciones locales.
Durante sus estudios superiores, participa en concursos y su vida está entre los estudios, el canto y el baile. Al concluir sus estudios en la Escuela Normal Mixta de Educación “La Salle” de Abancay, comenzó a trabajar en las comunidades de Taquebamba y Lambrama y posteriormente fue reasignada a la ciudad de Abancay.
En Abancay contrae matrimonio asumiendo nuevas responsabilidades como madre de dos hijos, el trabajo como docente y apoyo en las actividades políticas de su esposo. Estas responsabilidades limitaron su capacidad para desarrollar su pasión por el canto, sin embargo, siempre estaba involucrada con la música de diferentes maneras.
Su papel como Presidenta del “Comité de Damas de Apoyo a la Municipalidad Provincial de Abancay”, la llevó a organizar actividades sociales en apoyo a madres y niños, y continuó interpretando canciones en eventos benéficos para los bomberos, Club de Leones, y el Club Unión de Abancay.
También llevó música a la cárcel de Abancay y participó activamente en la interpretación de canciones en serenatas a la “Virgen del Rosario” y al “Emblemático Colegio Miguel Grau”, los cual muestra que su amor por la música nunca la abandono, incluso mientras desempeñaba múltiples roles en su vida.
El amor por el canto, se convirtió en una fuente de renovación y empoderamiento personal, después de separarse de su esposo. Se unió al Conjunto APU-RÍMAQ, compuesto por talentosos músicos como Mauro Vidal, Jorge Vargas, Darío Ballón, José Pineda y David Pagaza, y con Derly Tacuri como segunda voz, logrando ser autora de composiciones como “Lejano amor” “Mis sentimientos” y “Ahora ya tengo otro cariño” entre otros. La grabación de cuatro producciones, cada una con 14 interpretaciones musicales, es un logro impresionante que les permitió llegar a los corazones de su audiencia y ganarse el cariño de sus paisanos, toda vez que la música tiene un poder especial para conectar a las personas y evocar emociones profundas, en el que el Conjunto APU-RIMAQ logró hacerlo de manera notable.
Además de su carrera musical Chachi Ballón continuó con su compromiso con la educación al trabajar en la Escuela “Nuestra Señora del Rosario” de Abancay, incluso asumiendo la dirección de la misma. Finalmente, se jubiló después de cumplir 25 años de servicio
Cumpliendo su sueño de conocer el mundo, decide viajar a los Estados Unidos. A pesar de los desafíos iniciales, demostró una fuerte determinación y valentía para superar obstáculos y seguir adelante, alternando su trabajo e interpretando huaynos y carnavales como solista, bajo el nombre “Chachi Ballón de Abancay”, en diferentes escenarios y un público más amplio.
Además, conoció a Antonio Gutiérrez y otros artistas, colaborando con ellos en un ambiente musical en los Estados Unidos, mostrando su amor por el arte y su capacidad para adaptarse y crecer en nuevos entornos; sus 24 años entre el arte y el trabajo en el extranjero son un testimonio de su fuerza y resiliencia, siendo su historia una inspiración para aquellos que buscan seguir sus sueños y encontrar éxito en lugares lejanos.
En definitiva, Chachi Ballón es un testimonio de perseverancia, pasión y dedicación tanto en el ámbito musical como en la educación.
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Sentimientos encontrados me remiten a hacer un breve comentario respecto a la digna dama apurimeña Olga Ballón Becerra.
En primer término, destacar su ardua y reconocida labor como profesional en el campo de la educación y su apego indiscutible por difundir el mensaje genuino de la tierra a través de sus bellas interpretaciones musicales, haciéndonos sentir más apurimeños.
En el aspecto de la nostalgia, queda señalar el vacío que nos motiva su ausencia, si bien por asuntos personales y familiares totalmente justificables, sin embargo, abrigamos esperanza de su pronto retorno y ojalá con un nuevo proyecto musical.
Vaya mi reconocimiento y eterna gratitud a Olga Ballón por toda su labor en bien de Apurímac .
Vaya también nuestro agradecimiento al distinguido Dr. Manuel Azurín por la semblanza de nuestro personaje central. Además, no puedo dejar de admirar el retrato que simboliza la belleza de la mujer Abanquina.
Con el orgullo de ser apurimeño.
Gracias por leernos y más por comentar Rodrigo. Aquí tratamos de impulsar la cultura e identidad de nuestra tierra. Sigue visitándonos.