CORREGIR CON AMOR

por Redacción Peruanísima
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Reinicio

El verdadero acto de preparación para la vida.

Si no corriges a tu hijo en casa, entonces será corregido por la vida, y la vida, aunque es un gran maestro, no enseña siempre con amor ni paciencia; es un maestro severo que cobra con lágrimas fracasos y lecciones aprendidas de la manera más dura.

Cuando decides no poner límites en casa, estás dejando que tu hijo crezca sin un ejemplo de referencia clara, y sin ese ejemplo, el mundo será quien demuestre que no puede tener todo lo que desea, que sus acciones tienen consecuencias y que no siempre será el centro de atención.

Pero esas lecciones que podrían haber aprendido con amor en el hogar llegarán en forma de rechazo, decepciones y hasta fracasos.

Un ejemplo claro de esto es cuando los niños no aprenden a respetar a los demás: si en casa se les permite hablar con desdén, con ira, ignorar las reglas o no asumir responsabilidades, tarde o temprano se topará con alguien que no tolerará ese comportamiento. Podría ser un maestro, un jefe o incluso un amigo que decida alejarse de él, y sabes ¿quién será el primero en sufrir?, pues tu hijo, porque no entenderá por qué el mundo no lo trata como tú lo hacías, que siempre cedías ante sus pedidos, justificándolo por todo o impidiendo a veces confrontarlo con la verdad.

Y es que corregir no es castigar, es amar con firmeza; es enseñarle a tu hijo que en la vida hay límites, pero también oportunidades.

Que cada vez que lo guías le estás dando herramientas para enfrentar un mundo que no le perdonara errores tan fácilmente como lo haces tú.

Si decides evitar darle responsabilidades a tu hijo, de exigirle cumplir con sus deberes o de señalarle que ha hecho algo mal, recuerda esto: el amor que sientes por él hoy debe traducirse en la fortaleza de guiarlo, aunque a veces eso signifique ser el malo de la historia.

Mejor que tu hijo llore en casa porque lo corriges, a que llore en el mundo porque no sabe cómo enfrentar sus propios errores. 

No temas ser firme; tu hijo no necesita un amigo que lo aplauda en todo, necesita un guía que lo prepare para la vida. Porque de nada sirve protegerlo de las caídas cuando es pequeño si al crecer se enfrentará a un mundo que no lo sostendrá.

Corrige a tu hijo en casa con amor y carácter, porque al final el mayor acto de amor que puedas ofrecerle es prepararlo para vivir con integridad, responsabilidad y fortaleza. 

La vida tarde o temprano lo pondrá a prueba, pero si tú has hecho tu parte, estará listo para superarla.

Tomado de Internet: De autor desconocido

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