“En este mundo… nada es verdad ni mentira, todo es del color del cristal con que se mira”.
Ramón de Campoamor, poeta español acuñó esta frase traducida a diversos idiomas.
La repetimos en días como éste para deslindar posiciones maximalistas, ya que opinamos todos, pero las ideas personales engrosan las corrientes de opinión.
Hoy, los mass media han reducido, su lectoría, veeduría o audiencia.
Las redes sociales no es que hayan reemplazado a los periódicos, radioemisoras o televisoras. Comparten con ellos, círculos más reducidos de usuarios, porque la tecnología así lo permite.
Hoy el internet soporta todo y al amanecer del 1ro de enero del 2025 toda la televisión irá por las carreteras de la información.
Las emisoras televisivas no necesitarán de sus torres gigantescas para difundir su señal.
El cyberespacio y la antena digital terrestre llevarán hasta los receptores imágenes y sonidos de las marcas.
Las marcas por la convicción de sus usuarios, por simpatía o por tradición fidelizarán la sintonía.
El 1ro de octubre celebramos en el Perú “el Día del Periodista”.
Es un día destinado a analizar y reflexionar el valor de la verdad y su acercamiento hacia ella.
Porque, nadie es dueño absoluto de la verdad. Depende del lente con que veamos el acontecimiento.
Los militantes políticos son dueños de su ideología y son los más encarnizados guerreros del aire.
Tirios y troyanos en el gramado de los estadios y coliseos generan opiniones en las tribunas, mientras fanáticos religiosos libran batallas de verdad buscando la prevalencia de su verdad.
El periodista en medio del fuego es el testigo de su tiempo y es objeto de juicios y calificaciones.
El público olvida que quien esgrime su pluma, eleva su voz o muestra su imagen relatando o comunicando, cumple una función.
Su función es conectar a su público con los hechos para que cada quien forme su propia opinión.
Este objetivo, que es el principal, parece que va quedando en el diván del recuerdo, porque las corrientes de opinión de este siglo arrastran pareceres y fanatizan opiniones.
A este hecho maximalista le llaman “periodismo comprometido”.
El único compromiso del periodista es ser el fiel de la balanza y entregar los hechos como los percibe y procesa .
Nada es peor que el fanatismo. El periodista que pierde el equilibrio da un paso a la militancia y ahí pierde su condición de comunicador.
Escribo estas reflexiones a la luz de este día que nos permite ver, pensar, comprobar y opinar.
Es el día del periodista, un día dedicado a quien ata los hechos para que la historia los recoja e interprete.
Los medios masivos de comunicación ya no son tales. Son marcas que se prestigian porque cuidan la veracidad de sus entregas.
Enfrente de ellos están las redes con las opiniones personales, no tienen marca y muchos escritos no tienen nombre ni autor.
Quiero dar un abrazo a quienes son mis compañeros en el camino ayer y hoy, tirios o troyanos, mayores o menores, pero periodistas, al fin y al cabo.
Saludos y felicitaciones por este día que nos une.
FOTO: “Año 1974. Puerta del Mercado de Abastos de Abancay. Periodistas Transmitiendo para radio y Televisión el desfile cívico – escolar el Centenario de Abancay”. De Izquierda a Derecha de pie: Julio Casas, Director de Radio Apurímac, Edwin Chávez, Nancy Carrillo Hernández, Camilo Triveño. Arriba en el entarimado. No se distingue al camarógrafo que trasmite para TV Perú, ante el micrófono Adolfo Peralta Vera a su lado Jean Farfán Mendoza y de apuntador Manuel Quispe Pinto. En el extremo derecho con bigotes Mauro Adolfo Herrera.
FACILIDADES: Carlos Casas Suárez.