DE ORIGEN ABANQUINO: LOS HERMANOS ANGULO Y LA INDEPENDENCIA

Los hermanos Angulo fueron próceres de la Independencia del Perú. Eran ellos oriundos de Chitabamba, hacienda en los linderos del partido de Abancay. Familiarmente asentados en el Cuzco. Fueron hijos de Francisco Angulo con Melchora Torres, dueños de la hacienda en Abancay.

José (minero, agricultor y capitán del Regimiento de Abancay). Se dedicó a la minería y la agricultura, hasta que se involucró en las conspiraciones de los patriotas cuzqueños en 1813. Al año siguiente encabezó la rebelión que derrocó a las autoridades virreinales e instaló una Junta de Gobierno 

Vicente (agricultor, comerciante y oficial del Ejército Realista del Perú). Se dedicó a la agricultura de caña de azúcar en Abancay. Al estallar la rebelión cuzqueña secundó la expedición del cacique Mateo Pumacahua rumbo a Arequipa.

Mariano (comerciante y oficial de milicias) Era un agricultor y comerciante: dirigió el asalto a la casa del coronel español Domingo Astete. Encabezó una expedición hacia Abancay en febrero de 1815, pero fue emboscado, capturado y enviado al Cuzco.

Juan (clérigo). Sacerdote, estudió en el Seminario de San Antonio Abad del Cuzco, y sirvió en las parroquias de Belén y Santiago, y fue ecónomo en las doctrinas de Alca y Quiaca. Consagrado como presbítero hacia 1808, escribió el “Manifiesto al pueblo del Cuzco”

La Rebelión de 1814 fue un episodio de la guerra de la Independencia del Perú que partió del Cuzco, extendiéndose a Huamanga, Arequipa y Puno— y parte de la provincia de Charcas (ahora Bolivia). 

José Angulo proclamó la autonomía y autogobierno del Cuzco, tanto de cualquier poder extranjero como del Virreinato del Perú, gobernado por el virrey José Fernando de Abascal y Sousa. La junta de gobierno quería secundar las acciones autonomistas de Buenos Aires. Tuvo lugar en los años 1814 y 1815, y terminó sofocada por fuerzas realistas del Virreinato del Perú.

José Angulo asumió el título de Capitán General de las Armas de la Patria, es decir, el cargo militar de más alto rango de la revolución. Vicente Angulo fue investido con el grado de brigadier y acompañó a Pumacahua en la expedición hacia Arequipa, siendo el artífice del triunfo patriota en La Apacheta. Mariano Angulo asumió la comandancia general del Cuzco con el grado de coronel y marchó a apoyar la expedición hacia Huamanga. 

En 1798, Mariano, aplicó la dote de su esposa en adquirir mediante censo el cañaveral de Chitabamba situado en el partido de Abancay, pero al no contar con recursos económicos para hacerla rendir lucrativamente, lo traspasó a su hermano Vicente el 30 de septiembre de 1808. Parte del patrimonio de la hacienda se usó en la revolución.

Mientras que Juan Angulo, que era religioso, ofició de   y posiblemente de secretario de José.

A mediados del año 1813, al conocerse los avances independentistas de Manuel Belgrano, ganando la batalla de Salta y reafirmando el dominio patriota en el desactivado gobierno de la Audiencia de Charcas en el Alto Perú. Tras triunfar en Salta, Belgrano había dejado en libertad a los soldados realistas derrotados a cambio de la promesa de no volver a empuñar las armas contra los patriotas, promesa de la que fueron liberados por el virrey y por el arzobispo de Charcas.

Un importante número de patriotas del Cuzco, con el apoyo de oficiales y soldados del ejército realista que pasaron a engrosar las filas patriotas, estaban dispuestos a luchar en filas de la independencia. Los hermanos Angulo, forman el ejército patriota, se aprovechó el conflicto en el Cuzco entre el Cabildo y la Real Audiencia del Cuzco, que estaban enfrentados por la independencia. En este enfrentamiento surgió el liderazgo de los hermanos Angulo, acompañados por José Gabriel Béjar, Juan Carbajal y Pedro Tudela. José y Vicente Angulo eran oficiales del ejército realista en Abancay, entonces un partido de la intendencia cuzqueña.

La primera acción revolucionaria se dio el 9 de octubre de 1813, contando con el apoyo militar de Matías Lobatón y Marcelino Vargas. Los complotados exigían al presidente de la Audiencia del Cuzco, Martín de la Concha y Jara, la aplicación de la constitución liberal. El plan insurgente fracasó, los hermanos Angulo, y otros más fueron arrestados antes de iniciarse las acciones por orden del Virrey.

Los conjurados todavía libres planearon un segundo intento el 5 de noviembre de 1813. Un grupo de patriotas intentó tomar la plaza de armas cuzqueña, enfrentándose a las tropas leales al virrey Abascal, de tal enfrentamiento se produjo la muerte de tres jóvenes.

La revolución estalló en el Cuzco en la madrugada del 3 de agosto de 1814. Se instaló una junta de gobierno conformada por el brigadier Mateo Pumacahua, el mismo que durante su gobierno del corregimiento de Abancay, se opuso a los planes libertarios de Túpac Amaru y Micaela Bastidas, junto a el coronel realista Domingo Luis Astete y el teniente coronel Juan Tomás Moscoso. 

 José Angulo asumió el título de Capitán General de las Armas de la Patria, asignándose una guardia de doce alabarderos. Angulo notificó al virrey Abascal haciéndole saber que la revolución aspiraba a sacudir el yugo español y libertar al país.  En los meses siguientes, Angulo monto tres expediciones militares para extender la revolución en todo el Perú:

La primera hacia Arequipa, dirigida por el brigadier Pumacahua y su hermano Vicente Angulo.  En Arequipa el intendente José Gabriel Moscoso y el cabildo enviaron constantes peticiones de ayuda Abascal mientras el mariscal de campo Francisco Picoaga organizaba a la guarnición.

Batalla de la Apacheta: Su importancia era estratégica, pues de tomarla, cortarían la principal ruta de comunicación entre el Alto Perú y Lima. Los realistas no pudieron vencer a los patriotas y sus tropas se vieron rápidamente sobrepasadas por la superioridad numérica de los patriotas y huyeron en dispersión, a las tres horas y media de combate. ​ Moscoso, Picoaga y Valle, jefes realistas, cayeron prisioneros, aunque este último pudo escapar. Se capturó toda la artillería, armas y municiones de los vencidos.

Al día siguiente, los patriotas independentistas entraron victoriosos en la ciudad, siendo recibidos con vítores por los vecinos, sobre todo los religiosos, que conocían al menor de los Angulo, el cura. El cabildo se sumó al movimiento revolucionario, ofreciéndose a escribir al virrey para solicitar el fin del conflicto.  Moquegua, Chuquibamba, Camaná, partidos de Arequipa y demás poblaciones también se unieron a la revuelta. Las comunicaciones entre Lima y el Alto Perú quedaban cortadas.

La segunda, que marchó hacia Puno y La Paz; al mando del coronel Juan Manuel Pinelo y el cura Muñecas. El sacerdote Escolástico de las Muñecas, fue un patriota tucumano que ya venía de haber luchado en el Alto Perú, con Belgrano. Se incorporó decididamente al movimiento levantisco de los Angulo. Cura Muñecas, murió asesinado después de un combate con el ejército español, en 1816.

En la ofensiva a la ciudad, estos patriotas fueron atacados por la avanzada del ejército realista el 2 de noviembre, en la Batalla de Achocalla. Una división del Ejército Real del Perú comandada por el brigadier Juan Ramírez Orozco enfrentó, cerca de La Paz a la expedición rebelde de Angulo. Fueron derrotados por los realistas. Pinelo y Muñecas retrocedieron rápidamente hacia Puno, con algunos centenares de seguidores. Hacia allí marchó también Pumacahua, y fueron vencidos en la sangrienta batalla de Umachiri, del 10 de marzo de 1815. Las fuerzas rebeldes eran comandadas por el Inca, mariscal o marqués del Perú y teniente general Mateo Pumacahua, el General en Jefe, mariscal de campo y capitán Vicente Angulo, y el auditor de guerra Mariano Melgar.

Pocos hombres tenían pistolas y sables, ​ algunos con granadas de mano que se podían arrojar con hondas, pero la mayoría lanzas, palos, hondas, macanas​y lihuis (boleadoras). La artillería era servida por desertores realistas, veteranos de la campaña en el Alto Perú. Las piezas fueron fundidas en Cuzco por un inglés llamado George. Ramírez lo ignoraba, pero estas piezas, apodadas vivorones, eran de calibre menor a las propias, pero de un largo alcance.

 Constituyó el punto culminante de la revolución independentista de los hermanos Angulo, tuvo como protagonista a Mateo Pumacahua y la muerte en combate del patriota Mariano Melgar.  La victoria realista significó el fin de la rebelión y el apresamiento y ejecución de sus principales líderes.

La tercera, comandada por Manuel Hurtado de Mendoza y el sacerdote José Gabriel Béjar, que se dirigió hacia Huamanga. En el trayecto a Huamanga se unieron pobladores de Abancay, Andahuaylas y los legendarios Morochucos, bajo la égida de Basilio Auqui, población comprometida en la independencia del Perú, siendo protagonista en los diferentes intentos de liberar al Perú del dominio español, como fue la rebelión de 1814-1815 y la Batalla de Ayacucho.

El ejército de Bejar, Hurtado y Angulo hizo su ingreso a la ciudad de Huamanga en setiembre de 1814 recibiendo la simpatía de muchos habitantes integrados por pequeños comerciantes, artesanos, y vendedores; mientras tanto, los que se mantuvieron fieles a la corona huyeron hacia Huanta y otras ciudades como Lima. Se dice que muchos tuvieron que vestirse de curas o indígenas para no verse descubierto por los rebeldes.

En la ciudad de Huamanga destacaron la participación de un grupo de mujeres lideradas por Buenaventura Fernández de la Cueva o Munive, más conocida como Ventura Ccalamaqui, que salieron a protestar a las afueras del cuartel Santa Catalina para exigir a los “milicianos” a sumarse al ejército de los rebeldes logrando la adhesión de los ocupantes del cuartel. Ocupada la ciudad de Huamanga, el ejército rebelde se dirigió a la ciudad de Huanta. Allí se produjo la batalla de Huamanguilla, el 25 de setiembre de 1814, siendo este el inicio de los enfrentamientos.

El virrey Abascal, envió para contenerlas a 120 hombres del batallón “Talavera” con 4 piezas de artillería al mando del sanguinario coronel Vicente González, quien en Huanta fue reforzado con 500 hombres armados con lanzas de las milicias huantinas mandados por su Jefe Coronel Pedro José Lazón.

La sorpresa inicial hizo que estas tres expediciones iniciaran triunfantes sus operaciones; pero la disciplina del ejército realista pronto se impuso sobre el entusiasmo y la improvisación de los patriotas. Los realistas derrotaron a estos en la batalla de Umachiri el 11 de marzo de 1815 y en otras acciones. El cabildo cuzqueño inició entonces una reacción contra los revolucionarios, el 20 de marzo. José Angulo se vio obligado a huir del Cuzco, pero fue capturado en Zurite por los mismos pobladores. Tras un sumario juicio, fue ejecutado en el Cuzco el 29 de mayo, junto con sus hermanos Vicente y Mariano.

La rebelión de los hermanos Angulo, que contó con el Brigadier Pumacahua y el poeta Mariano Melgar, como personajes más conocidos por la historia en 1814 fue la más significativa como acción independentista. Se centro en el sur peruano; Arequipa, Cuzco y Huamanga. La rebelión de estos abanquinos y sureños en general, tuvieron como meta capturar el poder, promovieron en sus seguidores la independencia de la monarquía española y seguir los pasos de las fuerzas separatistas de Buenos Aires.

Luis Echegaray, escritor.  Fuentes históricas comprobables.

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