¿Quiénes merecen el saludo?
Acabo de leer en Peruanísima una refrescante crónica de título sugerente:
«La radio, la pelota y los milagros caseros», suscrita por Carlos Antonio Casas Suárez, director de nuestra revista digital.
—Sugiero su lectura—.
Su contenido lúcido, hilarante, filosófico, histórico y veraz me inspira ahora a dedicar unas líneas de saludo a varones y mujeres del Perú que —seguramente pocos—, en clara respuesta a su formación profesional, vocación, convicción e intachable conducta ética, merecen nuestro saludo, reconocimiento y gratitud en este Día del Periodista.
Recuerdo con persistente preocupación la cola que muchos periodistas de mi pueblo hacían ante la ventanilla de la Caja del Gobierno Regional de Apurímac para recibir un pago. ¿De qué rubro? No lo sé, pero lo puedo adivinar sin ser pitonisa. (No es producto de mi imaginación; tuve la desventura de pasear circunstancialmente mi profesionalismo por aquella institución gubernamental).
Aquella visión trae a la memoria una percepción aún más ingrata de la realidad actual: un periodismo corrompido, mezquino, subalterno, vulgar, irrespetuoso, subjetivo, sin moral ni dignidad, presto a confundir y manipular la conciencia social.
Obviamente, la salvedad de nuestra adjetivación no alcanza a quienes sí merecen homenaje y gratitud. No se precisa nominación personal, pues cada quien sabe, en conciencia, cómo le calza el zapato. Además, podría cometer el pecado de omisión.
En cualquier caso, es bueno recordar también que el rol del periodista es de primer orden por la misión social que cumple, en un paradigma semejante al proceso educativo de formación humana: o das forma integral al hombre o lo deformas.
Intinpa
Lima, 1 de octubre de 2025