Por las serpenteantes rutas que atraviesan los majestuosos Andes peruanos, donde el aire se hace tan fino como los nervios de los pilotos, Eduardo Castro Yangali ha escrito su nombre en letras de oro en la legendaria historia de los Caminos del Inca.
En una demostración magistral de pericia, temple y estrategia, el piloto huancaíno, sobrino nieto del famoso Teodoro «Zorro», Yangali, conquistó la 52° edición de esta mítica prueba automovilística.
La última etapa, ese desafiante tramo entre Cusco y Arequipa, fue un testimonio perfecto de que en el rally, como en la vida misma, no hay victoria sin drama. Castro y su copiloto español Diego Vallejo enfrentaron esos momentos de tensión que solo los verdaderos campeones saben gestionar. Cada crujido de su máquina les ponía los pelos de punta, poniendo a prueba su determinación.
En el tramo Cusco-Espinar, el destino pareció jugar sus cartas cuando un retraso permitió a Raúl Velit recortar casi 10 minutos de ventaja. Sin embargo, tras una inspección mecánica en el enlace hacia Huayllacucho, Castro demostró por qué es el nuevo rey de las alturas. Pisando a fondo, se adjudicó el undécimo especial del Gran Premio, sellando una victoria que quedará grabada en los anales del automovilismo peruano.
Con un tiempo acumulado de 15 horas, 46 minutos y 27 segundos, Castro no solo se alzó con la victoria general sino que también dominó la categoría Rally 3. La dupla de Samuel Dyer padre e hijo, mostrando una remontada digna de las mejores historias deportivas, aseguró el segundo lugar en su categoría, mientras que Joe Zagal y Eduardo Bedoya completaron el podio.
En la clasificación general Raúl Velit y Julio Echazú, de la categoría Rally 4, demostraron que la perseverancia tiene su recompensa, culminando en un impresionante segundo lugar con 16 horas y 51 segundos y primeros en su categoría.
El panorama completo de la competencia mostró el alto nivel del automovilismo peruano, con victorias notables en todas las categorías, desde la brillante participación de Aníbal Aliaga en UTV hasta la destacada actuación de André Martínez en TIN.
Merece una mención especial la afición que, a lo largo de todo el recorrido, demostró su pasión y civismo. A pesar de algunos incidentes aislados, el público dio una lección de comportamiento ejemplar, creando un ambiente seguro y festivo que realzó la grandeza de este evento.
Felicitaciones a todos los participantes que, independientemente de su posición final, han escrito una página más en la rica historia de los Caminos del Inca. Un reconocimiento especial a Eduardo Castro y Diego Vallejo, quienes nos han recordado que la gloria en el rally no solo se construye con velocidad, sino también con inteligencia, determinación y respeto por la montaña.
Los Caminos del Inca 2024 han terminado, pero su legado perdurará en la memoria de todos los amantes del automovilismo, como un testimonio de la grandeza del deporte peruano.