EL CHOLEO Y LA DISCRIMINACION

Escribir  ensayos psicosociales sobre el cholo y el choleo, nunca pierde actualidad.

Leyendo sobre el “choleo”, me encuentro, con diversos puntos de vista sobre la discriminación. 

Por ejemplo, el concepto “Cholo” no se ha estudiado mucho. El término “cholo” está enraizado con varios conceptos y problemas de orden social, sobre todo la discriminación. Numerosos trabajos han tratado el problema endémico de la discriminación en el Perú, desde enfoques provenientes de diversas disciplinas.

El origen del término “cholo”, “xoloitzcuintle” lo encontramos en las lenguas autóctonas de México, así denominaban los mexicanos originarios al perro sin pelo. Los españoles al ver a los autóctonos lampiños, les empezaron a decir “cholos”, de allí se esparció por toda américa latina.

La Real Academia Española (RAE) ofrece dos definiciones respecto al vocablo. La primera se trata de un adjetivo y sustantivo usado en Argentina, Costa Rica, Ecuador, Panamá, Perú y República Dominicana para hablar de alguien que es “mestizo de sangre europea e indígena”.

En México se refiere a “un indio que adopta los usos occidentales”. 

Respecto a esto, la Academia Mexicana de la Lengua (AML) dice que ahora, se comenzó a registrar que el vocablo también significa: “joven que viste pantalón muy suelto acinturado a la cadera baja, habitualmente miembro de una pandilla, que por lo regular consume drogas”.

El vocablo “cholo” en el Perú, está asociado a indio, feo, incapaz, ladrón, sucio, bruto o ignorante para los connacionales, sin embargo, oculta un significado del que no se quieren dar cuenta los hablantes: Pobreza y falta de educación, dentro de este concepto. 

Los lingüistas señalan que el término también puede tener connotaciones afectuosas. Cholito quiere decir amigo, compañero, como algunos escritores ven al cholo, al identificarse con sus raíces culturales. Cholita, es incluso un término de muchas canciones amorosas.

Las carencias de los “cholos” no es culpa de ellos, sino del estado que no ha aliviado en cinco siglos el problema de la pobreza y la educación en la enorme población andina.

Se considera que: “cholo es una de las principales expresiones (si no la principal) utilizadas para ejercer la discriminación racial y social en el Perú.

El concepto de raza, inmerso en la acepción de “cholo”, es consustancial a la existencia de un mestizaje que no termina de cuajar, después de 500 años y la existencia de grupos sociales marcados como poco integrados al estado, sin límites claramente definibles, han hecho que la discriminación continúe con fuerza. La pervivencia de la lengua materna (quechua) para millones y un territorio acotado o un rasgo físico particular, se suma a darle “consistencia” al prejuicio contra los “cholos”

Existe un interés por la discriminación ‘racial’. Esto puede observarse en la cantidad de artículos relacionados con el tema del racismo que aparecen en la prensa y, además, en la cantidad (e intensidad) de los comentarios escritos por los lectores de estas noticias, y en reportajes para la televisión. 

Asimismo, la aparición de las redes sociales ha significado la apertura de un nuevo espacio de comunicación, cuyos intercambios son captados y difundidos por la prensa. Por ejemplo, el decir a los “cholos”, marrones, color puerta.

Los comentarios racistas que aparecieron en la red social Facebook y fueron emitidos a raíz de la victoria en las elecciones presidenciales de 2011 del candidato “cholo” Humala; algo similar ocurrió en las elecciones de 2016, con la “china” Keiko y el “gringo” PPK y al cholo Pedro Castillo en el 2021. Estos comentarios fueron expuestos al público general. 

Es común también el “choleo” de las personas contra quienes les quieren imponer las normas como parte de su trabajo. En este sentido son choleados, los policías, los serenazgos, los wachimanes, mozos y meseras, los que hacen trabajos modestos como cuidadores de vehículos o personal de limpieza, cajeras de tiendas etc. Aquí la variable determinante para el choleo es la evidente muestra de necesidad o pobreza del choleado. Es común escuchar decir a los choleadores: “con quien crees que estas hablando o no sabes con quien te has metido cholo de mierda”. 

En la expresión del choleo hay un desprecio claro, contra quienes algunos no los ven como pares.  Ese desprecio es una emoción de la convivencia, mientras haya distintos tipos de personas habrá desprecios en esa convivencia. A pesar que todos los hombres somos iguales, también somos hombres diferentes entre el uno y el otro. Nugent en “El laberinto de la choledad” dice; -Bajo diferentes formas y en diferentes ocasiones, lo verdaderamente recordado en nuestra vida pública es el desprecio-. Añade “despreciamos y somos despreciados de muchas maneras. 

Por ejemplo, Leslie Stewart causó indignación con su comentario: “Ahora tú ves un Mercedes y no sabes si es el chofer o el dueño”, obviamente hay muchos “cholos” que manejan carros de lujo. La actriz limeña sorprendió a los cibernautas con esta expresión y lo que dijo no pasó desapercibido. En redes sociales, fue motivo de crítica. En sus descargos dijo: “A mí mil veces me han discriminado, sabes lo que era llegar a Sarita Colonia, rubia y todo el mundo me quería mechar”, acotó.

Es de destacar que la teoría sobre el cambio semántico se ha centrado, sobre todo, en la evolución de los significados de las palabras en el tiempo. “El racismo coexiste con el mestizaje. En el mundo atomizado de la plebe nadie es enteramente blanco, ni nadie es, tampoco, enteramente indio o negro”. La discriminación se refuerza al notar un acento regional, vestimenta particular, lugar de origen y residencia, etc. La percepción del estereotipo (imagen aceptada por un grupo o sociedad) se afecta. El racismo se atenúa, cuando los grupos racistas ven al “cholo” con dinero o poder. Ya no lo ven tan desagradable (caso Toledo). Advíncula es un triunfador, entonces es bien visto, igual que “Pierito” Quispe, ya no es visto tan cholo, porque es una promesa, como el cholo Sotil.

Arguedas, el escritor del Perú profundo, también fue discriminado por los cholos, por ser blanco. Cuenta en una de sus novelas, que después de una marcha, el personaje que el asume, se encuentra sediento y cansado y va por agua a la casa de los cholos que protestaban, al verlo blanco, no lo atienden y le cierran la puerta. Nadie más que Arguedas, quiso a los indios como él.

En el Perú los grupos sociales, conviven en un mismo espacio, esto dificulta establecer términos precisos y claros entre grupos, fruto de la mezcla de racismo y mestizaje extremo, donde la interacción define el entorno y las condiciones de la comunicación, donde está inmersa la discriminación.

Perú es en gran mayoría mestiza y que no se asume como tal, hay en casi en todos la idea de querer ser más blanco, las revistas y la tele, solo mostraban estereotipos de blancos, aunque ahora presentan mestizos(as), morenos(as), o negros(as), sin embargo, la gente prefiere hacer “identificaciones” con blancos. La gente nuestra está obsesionada por ver cuán cholo es el otro, que porcentaje de choledad tiene.

Hay esfuerzos por parar la discriminación con normas, pero son burladas por los gerentes de los negocios: Por ejemplo, en discotecas o restaurantes, si está por ingresar un grupo de “cholos”, les dicen que hay en el establecimiento una fiesta o ágape particular. Las redes sociales también reaccionan contra los actos de discriminación.

Cualquiera puede cholear a algún otro, basta que se sienta superior, por no compartir algunos atributos de la choledad. Se discrimina al cholo, porque representa a otra cultura que no es asumida por la cultura oficial. La cultura de la que provienen los cholos es fuerte, empezando del lenguaje materno, una lengua absolutamente diferente al español. Usos y costumbre diversos, selló étnico, lo que los hace claramente distinguibles y por tanto sujetos de discriminación. Es preciso decir que los cholos andinos reniegan de su choledad, este disclaimer, hiere a los estudiosos de las ciencias sociales, que, en su imaginario, esperan ver un cholo autoafirmado en su choledad y combativo contra el racismo. Esperan en vano.

Dice Vargas llosa que: “Quien asciende en la escala económica se va blanqueando, en tanto que el que se empobrece se indianiza, achola o ennegrece a los ojos de los demás”. Esto ocurrirá en el Perú, en un tiempo no lejano, cuando los cholos sean una mayoría rica y poderosa y controlen el estado. Ellos, despreciarán a los blancos y los harán blanco de su “blanqueo” tal como ocurre en la África pudiente de los negros discriminadores contra los gringos.

La única oportunidad de alcanzar igualdad es a través del dinero que da poder, diría yo, aunque la educación no prejuiciosa, sería otra de las herramientas para evitar la discriminación y pasemos de una vez por todos del “cholo de mierda” al “cholo power” 

Luis Echegaray, Psicólogo social.

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