EL MONOLITO DE SAYWITE

por Manuel Huanqui Hurtado +
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Reinicio

“Cuando a principios de la década del 40, niño aun, y en mi condición de estudiante del Centro Educativo 661 de Abancay, Mi Pueblo, ubicado en un enclave interandino, mi profesor de ese entonces Alberto Pinto, cariñosamente llamado “el Profe” por todos sus discípulos, programo una excursión al pueblito de Cachora, pero antes había que pasar por SAYWITE, paraje donde se encuentran los enigmáticos monolitos, consistentes en una piedra de ceremonias étnicas, un Intihuatana y una piedra ecológica o de control del tiempo, apenas estuve frente a estos portentosos logros de arte y ciencia del pasado, mi inquietud fue indagar que ciencia estudiaba estos restos, en ese entonces me manifestaron que era la Arqueología. Desde ese entonces el único sino de mi vida era ser Arqueólogo.

Es así que mi padre un modesto Escribano de Estado, al servicio de la Corte Suprema de Apurímac, Arequipeño de nacimiento descendiente de hombres ligados a las ciencias jurídicas y matemáticas, una vez jubilado decidió volver a morir como se había propuesto al pie del legendario Misti, volcán tutelar que es el centinela de Arequipa, la muy noble, muy leal y la muy acita a España. Cumplió su propósito y arribamos por los años de 1956 a la blanca ciudad, los últimos meses de mi secundaria los pase en el Colegio Independencia Americana, para luego ingresar a la Universidad Nacional de San Agustín, tuve que acceder a mi padre estudiando inicialmente Derecho, pero paralelamente letras y como no había aun la especialidad de Arqueología, fui el que en mi condición de Miembro del Tercio Estudiantil fundara la especialidad y que después de cinco largos años, fui el único egresado y graduado, y posteriormente Doctorado de dicha especialidad.

Pero es menester manifestar algo que pareciera no tuviera importancia, y es que cuando niño, al llegar por primera vez a ese Santuario de SAYWITE, epicentro material y espiritual de la gran cultura andina, aún fui impactado por los efluvios, de la poderosa étnica de una raza, que pese a todos los imponderables aún mantiene intacta toda su fuerza telúrica, que sigue nutriendo a sus generaciones. Este epicentro constituye un lugar donde converge la fuerza de los APUS (dioses) más connotativos de la milenaria cultura andina, cerca nomas de este único y singular santuario está el Rio APURIMAC, que como su propio topónimo lo describe es el Río que constituye la VOZ DE DIOS. Custodiando el paso de sus aguas está uno de los nevados más altos de esa región, es el SALCANTAY que sobrepasa los 6,000 metros de altitud, además su flujo telúrico, ecológico, cósmico, astral, esotérico, mágico, panteísta, etc. Etc. Ha gravitado en el comportamiento de la Pacha Mama, de los escenarios más connotativos de la cultura andina y donde se encuentran los recintos más significativos tales como CHOQUEQUIRAO, INCAHUASI, TARAHUASI, MACHUPICHU, PISAC, OLLANTAYTAMBO, EL VALLE SAGRADO DE LOS INCAS, CUSCO, EL PAITITI, que aún no han revelado todavía su verdadera dimensión étnica y científica.

Autor: LUIS MANUEL HUANQUI HURTADO

Fragmento extraído del Prólogo de su Ensayo “HABLAN MIL TUMBAS” (No publicado)

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