EL SUEÑO DEL MUNDIAL

El sueño del mundial. Y seguirá siéndolo, y es que mientras vivamos en la mediocridad futbolera, vamos a necesitar dirigentes extranjeros para que nos hagan realidad el sueño, como ya pasó después de 36 años, cuando pudimos participar en el mundial de Rusia.

Y es que, si bien Gareca insinuó la vuelta al juego bonito de las raíces, en 8 años de presencia no nos dejó un solo jugador de relevo generacional, quizá pensaba trabajar esa idea con el nuevo contrato, mientras con la necesidad de la inmediatez de resultados, jugaría con futbolistas con promedio 30 de edad, eso me genera la sensación de que estaba equivocado.

No fue un trabajo articulado en cuanto la formación de nuevos cuadros, que pudiera sostenerse en el tiempo. Y hoy que algunos de sus aliados hablan de que se fue por honesto, considero que es una falacia, porque una persona con principios no permite que sus jugadores arreglen el resultado de un partido de fútbol como sucedió en el último encuentro con Colombia en el proceso al mundial de Rusia.

Para competir siempre y merecer ir a un mundial, se necesita mantener la tendencia al crecimiento integral y eso solo se logra trabajando una buena base. Y dos ejemplos para graficar. Uno truncado, la Bolivia de la academia Tahuchi Aguilera, si, la de los 90 con “Platini” Sanchez, Marco “el diablo” Etcheverry, el goleador Erwin Sánchez y los defensas Luis Cristaldo y Juan Manuel Peña.

Una generación que le dio a nuestros vecinos la posibilidad de figurar en el firmamento futbolístico mundial en todas las categorías, mientras este grupo crecía, gracias al trabajo estructurado de una institución que hoy prácticamente no existe, no aprendieron la lección y la dejaron extinguirse.

El otro ejemplo, con resultados actuales y una proyección a futuro cercano, la selección de Venezuela, la del tope de este martes, con un presente consecuencia de una generación de entrenadores llaneros que tomaron en serio la necesidad de formar hasta tres promociones de futbolistas, cuya primera cría hoy está haciendo historia, luego de haber dispuesto una gran campaña internacional en menores, ni que decir de su fogueada sub-23 y su sub-17 que está participando en el mundial de la categoría. Ya no son el patito feo de Sudamérica, aunque ocupa actualmente los últimos lugares en la estadística de la FIFA. Ahora generan preocupación.

A nosotros nos queda aterrizar y en ese sentido, ¿reemplazar a Reynoso es la solución?, por quien, ¿por un entrenador que satisfaga a los periodistas deportivos, que de tal solo tienen la segunda palabra?, Porque al escucharlos o leerlos, todos nos damos cuenta que estos señores en realidad son hinchas fanáticos con intereses económicos y que por ello necesitan reembolsar a los financistas de las casas de apuestas que pagan dinerales, para mantener sus programas incluso en redes sociales, las que han inundado con programas mediocres en su mayoría llenos de palabrotas y comportamiento machista, hasta cierto punto antisocial.

Tendrían el derecho a llamarse periodistas, si realmente asumirían lo que les corresponde, que es investigar y poner sobre la mesa lo que está pasando en menores. Si dijeran la verdad de lo que fluye en ese nivel deportivo, poniendo en evidencia las mafias que se mueven abusando de los sueños de proyectos de jugadores y de sus padres que se quedan sin ahorros creyendo que es una inversión a largo plazo.

Hay mucho pan por rebanar, ¿Quién cojera el cuchillo? Quien sea, no tiene que ser mago, tiene que entender que debe armar un seleccionado nacional desde cero mirando al interior desde las bases y no pensando en nacionalizar jugadores más o menos buenos o expatriando a personas que antes de que los contacten, poco sentían a nuestro país.

Gareca se llevó el prestigio mentiroso y Reynoso no encontró la fórmula para hallar un nuevo equipo con intención mundialista, con tan poco que siga siendo un sueño. En la coyuntura, ahora viene lo bueno para el bolsillo de los medios y la distracción de los políticos mañosos, el espectáculo con los periodistas alimentando odios en el hincha e insultando irracionalmente al entrenador, su presidente y a todo jugador que salga en su defensa. Volvemos a ser lo que éramos, nada más que eso somos, distraídos ciudadanos en este tema, que finalmente no debería ser tan importante.

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