Hay momentos en la vida en que una pregunta surge desde lo más profundo del alma, lacerante y luminosa a la vez.
Tras haber perdido a alguien muy querido, me encontré enfrentando mi propia mortalidad con una interrogante que resonó en mi interior como un eco persistente: ¿Cuánto tiempo te queda, Carlitos?
Fue una pregunta ominosa, atemorizante, pero paradójicamente motivadora. Como un relámpago que ilumina súbitamente el paisaje nocturno, me mostró la urgencia de actuar, de dar vida a las ideas que habían permanecido dormidas en cajones y archivos digitales.
Entonces, ya tenía muchas cosas escritas, narraciones, cuentos, novelas, reflexiones, versos que habían nacido en la soledad de las madrugadas, pero no había cuándo publicarlas.
La única aventura editorial que había emprendido, fue un estrepitoso fracaso desde el punto de vista comercial, la Pandemia fue el factor que desinflo todos los planes. Pero si bien, no dejó dividendos, fue un fabuloso éxito desde el punto de vista emocional. Porque a veces, estimado lector, el verdadero triunfo no se mide en números sino en corazones tocados.
El Descubrimiento de una Verdad Oculta
La siguiente pregunta que surgió fue tan simple como reveladora: ¿Cuántas personas leen? La respuesta me sorprendió gratamente, pues pese a que todo el mundo afirma que la gente ya no lee, descubrí una verdad hermosa: la gente sí lee. Quizás no lee lo que debe, pero sí lee lo que puede. Y en esa distinción radica toda la diferencia del mundo.
En estos tiempos donde la virtualidad se ha asentado en nuestra sociedad como un huésped permanente, me pregunté: ¿Por qué no utilizarla para fomentar la cultura y el amor por la lectura? Era como descubrir que podíamos convertir las autopistas digitales en senderos hacia la sabiduría.
Los Primeros Pasos de una Aventura
Con ese noble motivo nació Contacto Abancay, una aventura que no fue muy lejos, porque la plataforma tecnológica usada era algo complicada. Pero los fracasos, cuando se abrazan con humildad, se convierten en maestros generosos.
Entonces vino Peruanísima, una revista en formato digital simple, como una flor que nace entre las grietas del pavimento.
Mientras la iba gestando, una nueva pregunta brotó en mi mente: ¿Cuántos como tú necesitan una plataforma así para dar a conocer sus textos, sus ideas, sus anhelos? Me respondí que muchos, demasiados para dejarlos en el silencio.
Además, esta aventura tendría una gran ventaja: los lectores no tendrían que sufrirme únicamente a mí, sino que tendrían una gran variedad para escoger. Porque la diversidad es el condimento que hace sabrosa la literatura, y la polifonía enriquece cualquier sinfonía.
El Nacimiento de un Sueño
Varios amigos se fueron apuntando y empezaron a colaborar, como músicos que se unen espontáneamente para crear una melodía colectiva. Así, en mayo de 2023, vio la luz este proyecto, y se lanzó oficialmente el 4 de junio de ese año, fecha que ahora celebramos como el natalicio de una idea que se hizo realidad.
Hoy cumplimos nuestro segundo año, y aunque los números son muy fríos y no los voy a mencionar, sí puedo decir que la lectoría ha crecido mucho, superando mis expectativas más optimistas. Como un jardín que florece más allá de lo que su jardinero soñó.
En este momento somos una de las plataformas más fuertes serias y creíbles del medio, con usuarios reales, no de esos comprados con nombres vietnamitas e indios, como suelen hacerlo algunos sitios.
Una Comunidad que Crece
Somos ya casi medio centenar de autores, muchos de los cuales publican a través de Peruanísima constantemente. Otros lo hacen esporádicamente, pero no con menos calidad. Porque en literatura, como en el amor, importa más la intensidad que la frecuencia.
Una de las ventajas de Internet es que todo es medible, y por ese análisis sabemos que por cada cien lectores que leen un artículo de cabo a rabo, hay otros mil que le dan una mirada somera. Y está bien, porque incluso esa mirada fugaz puede plantar una semilla de curiosidad que germine más tarde.
Ya hay millares de artículos en este momento, y los lectores ya suman siete cifras. Probablemente algunos fueron aves de paso, viajeros que se detuvieron un instante en nuestro oasis digital, pero hay otros muchos que son reincidentes y nos bendicen con su paciencia y visitas reiteradas.
Los Desafíos del Crecimiento
Pretendemos seguir avanzando, pese a que el gran tráfico y el volumen de información han generado nuevos desafíos. Como todo jardín que prospera, necesitamos herramientas más robustas para seguir cultivando.
Tenemos algunas facturas que pagar, y para ello hemos pedido la colaboración de nuestros lectores con el lema «Invítanos un café»: Si te gusta nuestro trabajo y contenidos ¡Ayúdanos a que esta luz siga encendida! La cultura florece cuando todos la cultivamos.
Con la generosidad innata de los buenos abanquinos, ya ha habido algunas contribuciones y esperemos que sigan llegando.
Esa necesidad y la exigencia de brindar mejores servicios, nos obliga a dar énfasis a los servicios de publicidad que nos permitirán afrontarlas. Hasta hoy nuestro sitio estaba libre de interferencias publicitarias, pero prometemos que no serán abusivas ni excesivas. Porque creemos que la literatura merece dignidad, incluso en sus aspectos más prosaicos.
La Independencia Como Principio
Del Estado, de los políticos y del establishment, no esperamos nada porque, lamentablemente, no les interesa la cultura, y quieren generar un compromiso de subyugación a cambio de apoyo, lo que no vamos a aceptar.
Preferimos la pobreza honesta a la riqueza comprometida, porque hay tesoros que no pueden comprarse con dinero.
Hacia el Futuro Con Esperanza
Queremos seguir creciendo, queremos seguir incorporando lectores y colaboradores, queremos seguir aumentando el material gratuito que ofrecemos a nuestra comunidad, todo con una mentalidad positiva y una crítica sana, basada en valores humanos y cristianos.
Porque al final, estimado lector, cuando alguien nos pregunte cuánto tiempo nos queda, podremos responder con la frente en alto: el suficiente para haber sembrado palabras que germinaron en corazones, para haber construido puentes entre almas a través de la literatura, para haber demostrado que en este mundo virtual puede florecer la más humana de las aventuras: compartir historias, ideas y sueños.
Y esa, queridos amigos, es la verdadera medida del tiempo bien vivido.
