EL VALOR DE LA AMISTAD

LA AMISTAD UN FRÁGIL TESORO QUE SE DESCUIDA MUCHO

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¿No valoramos lo que tenemos hasta que lo perdemos?, o será que ¿No lo valoramos porque creemos que lo perderemos pronto?

Sea como sea, eso pasa muchas veces con la amistad.

Pero ¿Que es la amistad?, etimológicamente viene del latín amicĭtas, por amicitĭa, de amicus,​ y se define como una relación afectiva entre dos o más personas.

La amistad se sustenta en valores fundamentales como el amor, la lealtad, la solidaridad, la incondicionalidad, la sinceridad y el compromiso.

¡Quién encuentra un amigo, encuentra un tesoro!

A lo largo de nuestra existencia, nos encontramos con diferentes personas, pero no todas logran trascender y convertirse en verdaderos amigos.

A todo el mundo se debe tratar con cortesía e interés, más no todos tienen porque ser amigos. Hay un dicho muy cierto, al amigo lo escojo, al pariente no, y cada uno de nosotros tiene el pleno derecho de escoger a sus amigos.

Aún entre los amigos, no todos, todos son importantes, pero son distintos, la amistad puede manifestarse de diferentes maneras, cada una con su propia belleza y significado.

La partida de un amigo nos hace reflexionar sobre eso, y casi siempre lamentamos el no haber dedicado algo más de tiempo al amigo que se fue.

Muchas veces, olvidamos que la amistad es un don maravilloso del que podemos gozar los seres humanos, aunque no todos disfrutamos por igual.

Se dice que los pobres más pobres, son aquellos que no tienen amigos, pero lo bueno es que nunca es tarde para conocer y cultivar amistades.

Sin duda, se empieza con los amigos de la infancia, aquellos con los que compartimos juegos, ilusiones, travesuras y secretos, aunque a veces la distancia y los cambios de vida pueden separarnos, siempre dejan una huella profunda en nuestros corazones.

Luego vienen los amigos de la juventud, esos que en la adolescencia y los años juveniles, comparten con nosotros intereses, pasiones y sueños, esos que nos acompañan en nuestras primeras experiencias y con los que miramos asombrados el mundo, descubriendo y creciendo juntos, creando momentos inolvidables y marcando imborrablemente nuestras vidas. ¡Cuanta felicidad! Reír de todo y tomar todo con tanta simplicidad.

Mas tarde, ya nos vamos poniendo serios, los amigos adultos, son aquellos con los que compartimos responsabilidades, alegrías y desafíos, con quienes nos brindamos apoyo emocional, nos escuchamos y animamos en momentos difíciles, que en esa etapa de la vida ya abundan, y celebramos nuestros éxitos con sinceridad.

La tecnología e internet nos han traído un nuevo tipo de amigos, los amigos virtuales, por redes sociales más que por correo, las comunidades virtuales abundan. Sin vernos físicamente, estos amigos pueden llegar a ser muy significativos y grandes cómplices y guardianes de nuestras cuitas. Pero con estos amigos, siempre hay que guardar cierta reserva. Para conocer a una persona, no hay nada mejor que, mirarla a los ojos.

Dicen que la verdadera amistad resiste el tiempo, la distancia y el silencio, pero no es cosa de dejarla al azar, la amistad requiere cuidados.

A medida que avanzamos en la vida, enfrentamos desafíos que pueden poner a prueba nuestras relaciones amistosas, perseverar en mantener esos lazos es fundamental.

Los verdaderos amigos son pilares en los momentos difíciles. Nos brindan consuelo, nos escuchan sin juzgarnos y nos dan palabras de aliento. El tenerlos nos ayuda a enfrentar las adversidades de la vida con más fortaleza.

La vida está llena de momentos especiales y memorables. Los amigos son testigos de nuestras alegrías y celebran con nosotros. Compartir experiencias nos enriquece y nos permite crear recuerdos que atesoraremos para siempre.

Los buenos amigos nos desafían y nos inspiran a ser mejores personas. A través de sus consejos, críticas constructivas y experiencias compartidas, aprendemos y crecemos juntos. Nos motivan a alcanzar nuestras metas y nos ayudan a superar nuestras limitaciones.

La amistad nos hace sentir incluidos y nos conecta con otros seres humanos, son como una segunda familia, compartimos valores, intereses y una historia en común. mejorando nuestra calidad de vida y nos brinda una red de apoyo invaluable.

Tomarse unos tragos con los amigos no es malo, siempre y cuando el beber no sea el objetivo de la reunión. El alcohol solo debe ser un catalizador de emociones, siempre muy medido y nunca se debe exigir beber a quien no quiere o no puede hacerlo.

La vida es frágil e impredecible, nadie sabe cuando empezará su viaje final, y no hay nada más triste que ver un sepelio sin amigos. Esos cuadros tristes nos recuerdan el valor inmenso de las relaciones amicales y la necesidad de cultivarlas y conservarlas.

A lo largo de la vida no hay quien se libre de experimentar pérdidas dolorosas, como la muerte de seres queridos o la ruptura de amistades significativas.

El tiempo es un recurso limitado y precioso.  Muchas veces, el trabajo, las responsabilidades familiares o la distancia geográfica, dificultan mantener las amistades, pero no debemos perder de vista que lo invertido en cultivar y nutrir nuestras relaciones amicales es una inversión que vale la pena hacer, y no hablo de gastar en alcohol, hablo de invertir tiempo, tiempo de calidad, que no implica necesariamente estar consumiendo algo.

La fragilidad de la vida nos enseña la importancia de vivir el presente y aprovechar cada momento con nuestros amigos.

Hoy que la tecnología nos ha facilitado tanto la vida, aprovechémosla para mantener una comunicación constante, llamadas, mensajes o encuentros en persona, se debe tratar de estar presente y siempre disponible para ellos, sobre todo en los momentos difíciles, apoyar, escuchar, dar palabras de aliento o a veces simplemente, llorar con ellos, fortalecerá los lazos de amistad. Tampoco es cuestión de hacer drama cuando no se pueda, todos debemos saber ser comprensivos.

No solo estar presente en los momentos difíciles, es importante, sino también en los momentos de celebración. Felicitar y celebrar los logros y alegrías de los amigos con sinceridad sin envidia, es muestra de genuinidad.

Es importantes también agradecer, decirles lo que son para ti y cómo han impactado positivamente tu vida.

Ser siempre honesto y sincero, esconder o disfrazar sentimientos no lleva a nada, lo que no nace o crece, sin ser nunca descortés con nadie, hay que cultivar las amistades que realmente nos importan, las que suman.

Es importante también saber elegir bien, pues es más peligrosa la envidia de un amigo que el odio de un enemigo.

La amistad es un sentimiento tan grande que trasciende la humanidad. Ese noble sentimiento afecta también a los animales.

Si ves dos perros que van juntos a todo lado, puede que no te sorprenda, igual que la amistad entre nuestros parientes más cercanos, como los chimpancés, gorilas y otros primates. Pero es más que eso, Especies de todo el reino animal, desde aves y peces hasta caballos y delfines, también tienen amigos. Y sorprende saber cuánto se parecen a nuestras propias amistades humanas, pues entre ellos tambien hay valores grandes como la solidaridad y el sacrificio.

Y la amistad entre humanos y animales es conocida y muy beneficiosa.

Está comprobado que las mascotas pueden disminuir el estrés y la sensación de soledad, mejorar la salud del corazón e, incluso, ayudar a los niños, y también a los más grandecitos, con sus habilidades emocionales y sociales.

En fin, tener amigos es una bendición.

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