MÉDICOS: ENTRE LA CIENCIA Y LA FE

por Carlos Antonio Casas
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Homenaje a los Médicos

«La vida es una posada en el camino donde debo quedarme a esperar hasta que llegue por mí la diligencia del abismo», dice un hermoso verso de Fernando Pessoa un poeta portugués conocido como “el poeta del desasosiego”, quizá una de las figuras literarias más importantes del siglo XX.

¿Qué es la vida?

La primera entrada de Internet, la define como «Propiedad o cualidad esencial de los animales y las plantas, por la cual evolucionan, se adaptan al medio, se desarrollan y se reproducen».

Otra definición, dice:  «La vida es el estado de existencia y actividad que distingue a los seres orgánicos de los inorgánicos. Implica procesos vitales como el crecimiento, reproducción, adaptación y metabolismo. Es un fenómeno único en el universo, caracterizado por la complejidad y diversidad de formas de vida en la Tierra».

Científicamente, puede estar bien dicho, pero la vida es más que eso, diría que «la vida, es un suspiro en el viento, un río de sueños sin fin, un baile de luces en el firmamento y un abrazo cálido en el jardín».

¿Qué significa estar vivo?

Tú, que estás leyendo este artículo estás vivo y yo, que lo escribo,  también. Valentina, la hermosa perra de mirada afectuosa que me acompaña, los canarios que cantan muy cerca y los loros que pasaron garriendo bulliciosos por encima mío también, y las bellas violetas y bailarinas que cultiva mi madre en sus macetas. ¡Aquí está la vida!

La vida humana

Para los seres humanos, la vida es la manifestación de la existencia a través de un intrincado y maravilloso organismo con el que venimos equipados.

Es un flujo de energía, coordinado por sistemas complejos, que permite las funciones de crecimiento, y reproducción. Es un regalo precioso, un testimonio de la maravilla de la creación y la interacción entre biología y la esencia divina.

En cada latido, en cada sinapsis, se revela el pulso del Creador, el artífice que insufló el aliento vital a cada rincón de esta maravillosa anatomía.

Para la inteligencia de un hombre común, entender esta maravillosa y perfecta maquinaria, es sin duda, algo muy difícil, pero hay una casta muy especial que lo hace, hombres y mujeres que desempeñan una noble y difícil profesión, los médicos.

Hospital II ESALUD - Abancay
Hospital II ESALUD – Abancay

Los médicos

Ser médico es un privilegio divino, un camino donde la ciencia y la fe convergen en la maravilla del cuerpo humano, la obra más perfecta de la creación donde suena la sinfonía de la vida en su máxima expresión.

Es en la sala de operaciones o en la sencillez de un consultorio, donde se baila la danza de la curación, donde el médico, celoso guardián de los secretos de esta maquinaria celestial, se convierte en el instrumento de la misericordia divina.

Entonces, se desentraña el intricado tapiz de venas, arterias, músculos y huesos, de líquidos y humores, de sensaciones y dolores, de sentimientos y anhelos, como si el Todopoderoso confiara en ellos para desentrañar los secretos de su magnífica creación.

En cada paciente, en cada historia clínica, se vislumbra la huella de su amor sabio y eterno, un amor que sana y restaura. El médico, guiado por la fe y la ciencia, se erige como un elegido en esta peregrinación terrenal para honrar la esencia misma de la vida, buscando sanar y aliviar el sufrimiento con humildad y devoción.

¡Gracias doctores!

Con este pequeño artículo quiero felicitar, agradecer y rendir homenaje a todos los médicos en su día, a todos, pero en especial a quienes tuvieron mucho que hacer con mi salud y la de mis seres queridos, no me atrevo a nombrarlos, sería una lista muy, muy larga y temo omitir a alguno. A todos les estoy muy agradecido.

Recientemente la providencia me hizo conocer a una bella interna, a la que la práctica profesional aún no endureció,  llena de sapiencia, sensibilidad y humildad, que cuidó afectuosamente de mi tía Margarita, la doctora Wendy Peña. A ella saludo en especial, afectuosamente y con mucha admiración, porque encarna la bondad y dedicación que todos los médicos debieran tener, espero que nunca cambie doctorita.

A todos los médicos del Perú: ¡¡¡Feliz día doctores!!!

Hospital Guillermo Díaz de la Vega de Abancay
Hospital Guillermo Díaz de la Vega de Abancay

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