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Y OTROS BELLOS PAISAJES ANDAHUAYLINOS
(Diez Décimas)
1. LOS DOS HERMANITOS EN LA CASA DE LOS PITUFOS
El binomio hombre-naturaleza
hay que cultivarlo con firmeza.
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“Casa de los Pitufos” enseña
que no es para temer la peña.
El primer piso a cargo del hombre,
el segundo, piedra pone el nombre.
Allí viven en tranquilidad,
a pesar de la cruel sociedad.
Hasta allí fuimos y disfrutamos,
y maravillados regresamos.
2. MUCHACHOS TEMERARIOS
EN LOS ROQUEDALES DE PAMPACHIRI
El padre ya casi ochentón
y el hijo ya casi cincuentón.
Y siguen haciendo travesuras
en los valles y en las alturas.
Porque treparse a esos roquedales
no es caso de todos los mortales.
Pero con niñez huanipaquina,
estamos para la apuesta andina.
Los bellos momentos de la vida,
vivirlos antes de la partida.
3. MIRADA DE PIEDRA PITUFINA
Entre grandes roquedales y pedregales
de “La casa de los Pitufos” me asombro
y con pasto verde mi pensamiento alfombro.
Piedra enorme con dos ojos fenomenales
me mira desde las honduras abismales.
– “Soy piedra de los tiempos”, parece decirme
y ningún hombre sensato debe destruirme.
* “Yo soy poeta y solamente puedo admirarte
y con mucho cariño en mi recuerdo llevarte”.
¡Le escribí estos versos antes de despedirme!
4. PITUFERÍA ANDINA EN PAMPACHIRI
Pétreas formaciones cónicas nos esperan
allá en “La Casa de los Pitufos” de Pampachiri,
allí donde acarician vientos y te hacen chiri
entre las salvias que ricos aromas liberan
y las muñas que en mate ser bebidas quisieran.
Al hermoso reencuentro con la naturaleza
hay que aventurarse hombres humanos con presteza.
Caminar, cansarse, descansar, fotografiar,
resbalar, zapallo plantar, el alma alegrar…
¡En manual de permanente viajero así reza!
5. LAS TETAS DE LA VACA Y EL CARDÁN DEL TORO
Dicen que en tiempos “pasaos” ocurrían cosas extraordinarias.
Que las piedras se convertían en humanos o en animales,
o que adquirían formas pétreas esos humanos y animales.
Los viejos habitantes de los campos cuentan historias varias
y que escuchamos con temor en esas tierras solitarias.
Por “La Casa de los Pitufos” un huayco arrasó casi todo.
Entre otros, un toro y una vaca semisepultados por lodo
patas arriba, y que con el tiempo quedaron petrificados.
Quedan a la vista las tetas de la vaca en descampados
y los restos del toro apuntalando en fálico modo.
6. RESBALONES Y «TROMPEZONES» EN PAMPACHIRI
Después de una jornada de natación
de Pampachiri en los frescos manantiales,
justo es un polloco en tiempos fraternales
con anécdotas de la expedición
a carcajada limpia de evocación.
Cuando visitas atractivos lugares,
hay para contar a amigos y familiares.
Los dolores que dejan los resbalones,
los apuros que causan los mojadones.
¡Lindas historias para dulces cantares!
7. EN LA PUNAS PAMPACHIRINAS
En las frígidas punas pampachirinas
son heladas las aguas, gélidos los vientos,
allí pastan tantos ovejunos lanientos
sin mezclarse con las manadas vecinas
pero sí con esas húmedas neblinas.
Auquénidos de cabezas levantadas
por el tiempo y la vida emparentadas.
Lagunillas y riachuelos cantarinos
abundan en esos parajes andinos
y se aumentan con lluvias y granizadas.
8. UNA CHARLA FRATERNAL
A LAS ORILLAS DE PACUCHA
¿Te acuerdas, hermano, que de pequeños
embalsábamos el agua de acequia
y como quien mentalmente se obsequia
barcos de papel, infantiles sueños,
en nuestros dominios huanipaqueños?
Ya navegamos largo por la vida:
cuerpo herido, nunca el alma vencida.
Todavía hay tiempo para soñar,
Todavía hay brazos para remar,
hasta que llegue la barca negrida.
9 ENTRE SÓNDOR Y PACUCHA
En Andahuaylas asciendes a Sóndor y gozas
de la naturaleza sublime que te embelesa,
y en el alma sientes que se muere la tristeza,
por las maravillas andinas, por esas cosas
que siempre te dejarán las estampas hermosas.
Subirás escalinatas con poco de cansor,
pero sentirás en el alma natural dulzor.
Al fondo, la hermosa laguna de Pacucha,
te dará en la vida pasajera alegría mucha.
¡Y volverás a tus cariños con más amor!
10. VIAJEROS EN SÓNDOR
Sonrían niños, jóvenes y señores
que nuestra tierra tiene maravillas
desde esas praderas más sencillas
hasta lindos paisajes superiores
llenos de flores, repletos de amores.
La naturaleza es arte completo
que merece admiración y respeto.
Y allí donde el hombre puso la mano,
no destruya ningún otro cristiano.
¡Sóndor: para el turismo bello reto!