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La escritura y el habla son pilares fundamentales de la comunicación humana, y su dominio va mucho más allá de evitar erratas.
Porque sí, el mundo nos enseña una verdad incómoda: es que las erratas son como las cucarachas, sobreviven a todo y se cuelan donde uno menos las espera.
Pero no desesperemos; se puede desarrollar estas habilidades para no parecer monos con teclado en el ámbito profesional y personal.Y mejor aún, para no dar pena cuando estemos frente a un micrófono y soltar frases que harían llorar al mismísimo Cervantes.
La capacidad de comunicarse efectivamente a través de la palabra escrita y hablada impacta directamente en múltiples aspectos de nuestra vida.
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En el ámbito profesional, una comunicación clara y precisa puede ser la diferencia entre conseguir el respeto de las personas, encontrar un trabajo, cerrar un negocio importante o establecer relaciones laborales productivas. Las personas que dominan estas habilidades suelen destacar en entrevistas, presentaciones y negociaciones.
Es verdaderamente alarmante observar cómo nuestras autoridades, que deberían ser los referentes culturales y morales de la sociedad, exhiben constantemente un manejo deficiente del lenguaje y una preocupante incapacidad para expresar ideas complejas con coherencia. La ausencia de capacidad dialéctica y de síntesis en nuestros líderes tiene consecuencias graves para la sociedad: empobrece el debate público, se convierte en un monólogo de sordos, los problemas complejos se pudren en el limbo de las soluciones simplistas, y la mediocridad intelectual se corona como la nueva normalidad. Si aceptamos líderes incapaces de hilar dos ideas coherentes, ¿qué esperanza tenemos de resolver algo más complicado que un crucigrama? No es casualidad que naveguemos a la deriva: Es una de las razones por las que estamos dónde y cómo estamos.
Algunos comunicadores sociales también muestran un pobre dominio del lenguaje, un exceso de muletillas y una inquietante dificultad para expresar pensamientos elaborados. Más preocupante aún es ver cómo algunos, en su afán por impactar, saturan su discurso de adjetivos incendiarios y expresiones despectivas, revelando no solo su indigencia intelectual sino también un preocupante vacío ético.
Esta realidad, no solo evidencia una crisis educativa profunda y falta de lectura, sino que también refleja el deterioro de los estándares de excelencia que deberíamos exigir a quienes ocupan posiciones de liderazgo y orientan a la opinión pública.
El dominio del lenguaje, tanto escrito como hablado, ha sido la piedra angular del éxito académico y profesional, y lo es más en la era digital. No solo permite articular ideas complejas y construir argumentos sólidos, sino que se ha vuelto indispensable en un mundo donde la comunicación digital domina nuestras interacciones cotidianas, moldeando tanto nuestra imagen pública como nuestras relaciones personales.
Además, el dominio del lenguaje nos permite expresar nuestros pensamientos y emociones con precisión, facilitando la conexión con otros y la construcción de relaciones interpersonales más profundas. Una comunicación efectiva nos ayuda a resolver conflictos, expresar empatía y construir puentes de entendimiento con personas de diferentes orígenes y perspectivas.
La escritura y el habla correctas también son indicadores de profesionalismo y atención al detalle. Las erratas y errores gramaticales pueden disminuir la credibilidad de nuestro mensaje y crear una impresión negativa en nuestros interlocutores. Por ello, desarrollar estas habilidades es una inversión en nuestro desarrollo personal y profesional.
En conclusión, saber escribir y hablar bien trasciende la mera corrección gramatical; es una habilidad fundamental que nos permite participar plenamente en la sociedad, alcanzar nuestros objetivos profesionales y construir relaciones significativas con otros. En un mundo cada vez más conectado y competitivo, estas competencias son más importantes que nunca.
En el mundo del periodismo y la escritura existe una verdad universal: las erratas son persistentes y difíciles de erradicar. Sin embargo, aunque sea imposible eliminarlas por completo, podemos reducirlas significativamente si prestamos atención a estas reglas básicas de nuestro idioma.
I. El Arte de la Puntuación: La Coma
Reglas Fundamentales de la Coma
- La regla de oro del sujeto y verbo: Jamás debe colocarse una coma entre el sujeto y el verbo, sin importar la extensión del sujeto. Por ejemplo, es incorrecto escribir: «El papa, visitará Abancay». Lo correcto es: «El papa visitará Abancay».
- Oraciones subordinadas explicativas: Estas sí van entre comas cuando interrumpen la oración principal. Por ejemplo: «La presidenta Boluarte, preocupada por la situación del proyectado hospital, visitará Abancay».
- La coma en las aposiciones: Cuando mencionamos cargos únicos, el nombre propio va entre comas. Por ejemplo: «El presidente del Banco Central de Reserva del Perú, Julio Velarde, anunció nuevas medidas económicas». Sin embargo, si el cargo no es único, las comas desaparecen: «El congresista Juan García presentó el proyecto de ley».
- La coma en las elipsis verbales: Cuando omitimos un verbo que se sobreentiende, debemos indicarlo con una coma. Ejemplo: «Lima está soleada; Arequipa, nublada».
II. Las Mayúsculas: Cuándo y Por Qué
- Instituciones y organismos: Se escriben con mayúscula inicial: Congreso de la República, Ministerio de Educación, Municipalidad de Lima, Gobierno Regional de Apurímac.
- Cargos: Van en minúscula: presidente, ministro, congresista, alcalde, director regional.
III. Los Acentos: Más Allá de las Reglas Básicas
1. Reglas Generales
- Palabras agudas: Se acentúan cuando terminan en n, s o vocal. Ejemplos: Perú, además, organización.
- Palabras llanas: Se acentúan cuando NO terminan en n, s o vocal. Ejemplos: útil, lápiz, cóndor.
- Palabras esdrújulas: SIEMPRE se acentúan. Ejemplos: América, Pacífico, médico.
2. Casos Especiales
Monosílabos con tilde diacrítica:
- sí (afirmación) vs. si (condicional)
- él (pronombre) vs. el (artículo)
- té (bebida) vs. te (pronombre)
- más (cantidad) vs. mas (pero)
- dé (verbo dar) vs. de (preposición)
3. Pronombres y Adverbios Interrogativos
Llevan tilde cuando tienen función interrogativa o exclamativa:
- ¿Qué hora es?
- No sé cuándo llegará.
- ¡Cuánta gente hay!
IV. Errores Comunes en el Español Peruano
El abuso del artículo «lo»:
El artículo neutro «lo» debe usarse con moderación y solo cuando es estrictamente necesario. Su abuso genera construcciones redundantes y poco elegantes. Sin embargo, hay casos donde su uso es correcto y necesario:
- Para sustantivar adjetivos: «lo bueno y lo malo»
- Para expresar grado máximo: «No sabes lo feliz que estoy»
- Para hacer referencia a algo mencionado: «Lo que dije ayer»
Incorrecto | Correcto |
Lo que pasa es que no vine | No vine porque… |
Lo malo es que llueve | Es malo que llueva |
Lo importante es estudiar | Es importante estudiar |
Me lo saludas | Dale mis saludos |
Errores en la concordancia de género:
La concordancia de género exige que artículos, adjetivos y pronombres coincidan en género con los sustantivos a los que se refieren. Cuando esta regla se rompe (‘la agua’, ‘la médico’, ‘este moto’), se producen errores que, aunque comunes, afectan la corrección gramatical del mensaje. Especial atención merecen los casos especiales como las palabras con ‘a’ tónica inicial y las profesiones con forma femenina.
Reglas importantes:
a) Sustantivos que comienzan con ‘a’ tónica:
- el agua (pero las aguas)
- el águila (pero las águilas)
- el área (pero las áreas) Estos sustantivos son femeninos aunque usen el artículo masculino por eufonía.
b) Palabras con género ambiguo (ambos son correctos):
- el/la mar
- el/la azúcar
- el/la internet
c) Profesiones y cargos:
- la médica (no la médico)
- la ingeniera (no la ingeniero)
- la jueza (no la juez)
d) Concordancia en grupos mixtos:
Cuando hay elementos de diferentes géneros, prevalece el masculino: «Los niños y las niñas están contentos» (no contentas) «El escritorio y la silla están rotos» (no rotas)
Casos especiales:
- Palabras que cambian de significado según el género:
- el cólera (enfermedad) / la cólera (ira)
- el capital (dinero) / la capital (ciudad)
- el pendiente (arete) / la pendiente (inclinación)
- el orden (organización) / la orden (mandato)
Otras expresiones comunes
Incorrecto | Correcto |
Cobrese, por favor (al pagar) | Cobre por favor (al pagar) |
Me lo dices, por favor | Dile, por favor |
Me lo saludas a tu mamá | Dale mis saludos a tu mamá |
— ¿Tiene canela? — No tuviera | — ¿Tiene canela? — No tengo |
El Juan y la María vinieron | Juan y María vinieron |
¿Fuistes a la fiesta? | ¿Fuiste a la fiesta? |
Siéntate en la mesa | Siéntate a la mesa |
Tengo mucho hambre | Tengo mucha hambre |
Tengo un gripe… | Tengo una gripe… |
Dentra, por favor | Entra, por favor |
Entra adentro | Entra |
Sube arriba | Sube |
Baja abajo | Baja |
¡Anjá! | ¡Ajá! |
Eso lo satisfacerá | Eso lo satisfará |
Puntos a tratar | Puntos por tratar |
De acuerdo a… | De acuerdo con… |
Allí fue que … | Allí fue donde… |
Ayer fue que … | Ayer fue cuando… |
Así fue que… | Así fue como… |
La escritura correcta no es un lujo sino una necesidad en la comunicación profesional. Aunque las erratas sean persistentes, con atención y práctica podemos minimizarlas. Este artículo pretende ser un pequeño manual que busca ser una herramienta práctica para todo aquel que desee mejorar su escritura.
El español es un idioma rico y flexible, pero esa misma flexibilidad requiere atención a sus reglas básicas para mantener la claridad y precisión en nuestra comunicación.
La meta no es la perfección absoluta, sino la mejora constante de nuestra expresión escrita.