Abancay, como tal, nace en 1572; (Cumplió tres sesquicentenarios) tuvo una importante fundación española. El Licenciado Nicolás Ruiz de Estrada, fue descendiente de uno de los Trece de la Fama o los Trece Caballeros de la Isla del Gallo, que estuvo con Pizarro. Nicolas fue nombrado Visitador General de Contisuyo y Chinchaysuyo, por encargo del Viso Rey don Francisco Álvarez de Toledo, cree que Abancay por su importancia económica y su población deben existir repartimientos de indios.
Dijo el fundador: Bautizó a este lugar como: “VILLA DE LOS REYES DE SANTIAGO DE ABANCAY.”, era el 18 de enero de 1572, el mismo día de la fundación de Lima, por eso Abancay, era conocido como Lima Chico. Ruiz de Estrada, consciente del día de su fundación de Abancay, en homenaje a Lima, ante puso lo de Villa de los Reyes, en honor a la Ciudad de los Reyes.
Abancay se ubica hace 452 años en una loma amplia y profundo, en la margen derecha del río Pachachaca, de cuyas orillas dista poco más de una legua y media, y en un ambiente muy caluroso a pesar de tener un nevado cercano, Ampay, dominando el paisaje y un río verde y caudaloso, que será llamado, más adelante Mariño.
Sus pobladores fueron puestos bajo la advocación de Santiago Apóstol, Patrón de España, porque los españoles del siglo XVI, creían que cuando sonaban los truenos era porque el caballo de Santiago Apóstol galopaba en los cielos. El 17 de enero de 1572, Abancay soportó una lluvia contumaz y atronadora.
De allí su nombre: VILLA DE LOS REYES DE SANTIAGO DE ABANCAY
Acta de Fundación
1572 “por virtud de la comisión y poder que tiene del Excelentísimo señor don Francisco Alvarez de Toledo, visorrey destos reinos, en que se le comete, entre otros repartimientos, los deste valle de Abancay hasta lo alto de Curamba de Nuño de Mendoza, e ingenio de Pedro Alonso de Carrasco (Karqueque) como se declara en la provisión que se le dio…”, y lo hizo con el nombre de “VILLA DE LOS REYES DE SANTIAGO DE ABANCAY”.
(Arch. Histórico de la Nación)
Sin embargo, mucho antes de 1572, Abancay con ese nombre existía ya. En julio de 1537 era una soleada mañana, el sol alumbraba el fértil valle y el clima era -en sus 20 grados centígrados- de maravilla.
Al estar frente al verde escenario, un grupo de soldados de las huestes de Almagro y Pizarro, después de la batalla del puente, deciden quedarse en este valle de los Amancaes, que los castellanos dieron en llamar Abancay acomodando a su fonética el vocablo Amanckay.
Entre quienes se quedaron como fundadores del Abancay castellano estuvo: Mariano Bastidas de la Guardia, ancestro mulato de Miacaela Bastidas-
Hace 487 años que Abancay se llama Abancay, a partir de este histórico primer hito. Poco tiempo después se convierte en el Corregimiento de Abancai, después el Partido.
En 1540, ya se habían producido cambios en la propiedad de las tierras en la villa de Amankay. Es nombrado como encomendero de Ninamarca Hernán Bravo, un vecino notable del Cuzco, quien vende sus derechos a Pedro de Cabrera y este a su vez los traspasa a Vasco de Guevara. Este trajo las primeras cepas de vid, frutales europeos y caña de azúcar.
Cabe destacar que en Abancai (1) (Jaquijahuana Pampa de Anta) se desarrolló la batalla entre el pacificador don Pedro de la Gasca contra Gonzalo Pizarro el rebelde. (Abril de 1548). El hermano de Francisco Pizarro, Gonzalo junto con su comandante más leal, Francisco de Carvajal, apodado el “Demonio de los Andes”, fueron capturados en el campo de batalla y decapitados.
En el año 1569, el extenso Corregimiento de Abancay, se encontraba en lo que se denominaba; partido. Como muestran los mapas, el corregimiento de Abancay llegaba a 4 leguas de la misma ciudad del Cuzco. Los límites de este corregimiento llegaban hasta el Cuzco. En 1569 se establecieron los primeros corregimientos. Sus primeros beneficiarios fueron: Carlos de Villegas, Pedro de Cabrera, Hernán Bravo y Juan López de Iturrizaga, En 1654 se edifica del primer puente de cal y canto del Pachachaca, era Virrey del Perú, el Marques de Salvatierra.
El día 23 de octubre de 1570, Francisco Álvarez de Toledo (1515-1582), el quinto virrey del Perú, inició junto a más de 60 personalidades de su administración colonial, entre las que se encontraba el Licenciado Nicolás Ruiz de Estrada, su histórica Visita General del Perú, que duró cinco años (1570-1575), recorriendo personalmente las provincias de Huarochirí, Huancayo, Guamanga, Abancay, Yucay, Cusco, La Paz, Potosí, La Plata y Arequipa; recomendando a sus comisionados que los indios fueran reducidos en el menor número de pueblos posible, así como establecer nuevas tasas tributarias a favor de la corona española. .
El Viso Rey Toledo, conocido también como el Solón virreinal, fue quien estableció las bases del sistema colonial en el Perú a través de las llamadas Disposiciones del virrey Toledo, redactadas por los juristas Juan de Matienzo y Juan Polo de Ondegardo y Zárate. Este último combatió contra el rebelde Francisco Hernández Girón en Chuquinga (Chalhuanca) y Pucará en 1554 y posteriormente fue nombrado corregidor del Cusco (1558-1561) y en esta su condición ordenó la construcción del puente colonial sobre el río Pachachaca en Abancay.
En este período de Corregimiento, que después se cambió a Partido.
El partido de Abancai: Un resumen de lo que era nos es ofrecida por Tadeo Haenke (1799)
“A distancia de cuatro leguas de la ciudad del Cuzco hacia la parte del N.O. empieza la jurisdicción del partido de Abancai, que se extiende veintiséis leguas de E a O, y catorce al rumbo opuesto. Su temperamento es templado, muy sano, a excepción de algunos valles en que se padecen tercianas, por lo excesivo del calor y humedad. Produce granos, maíz y otras semillas; y el valle de Saxahuana, célebre por las batallas que en él se dieron entre indios y españoles, donde fue deshecho Gonzalo Pizarro, merece con razón el nombre que le dan de granero del Cuzco. Se cría bastante ganado vacuno y tejen alguna ropa de la tierra; pero el principal fruto es azúcar que iguala a la de Europa, que llevan al Cuzco y otros parajes. Hay algunas minas de plata, pero no se trabajan. Se gradúa en 350.000 pesos el valor anual de todos estos frutos. El río de más consideración que baña esta provincia es el Apurímac; se pasa por un puente de soga de ochenta varas de largo y tres de ancho, y es camino real del Cuzco a Lima, donde pagan por el pasaje cuatro reales la carga de efectos de la tierra, y doce los de Castilla. Sobre el río Pachachaca, que se une al anterior, hay un puente de piedra de dieciséis varas de diámetro. Por el valle de Saxahuana el camino real de Lima a Cuzco, por una calzada de piedra de cuatro varas de ancho y tres leguas de largo, obras de los Incas para hacerlo transitable. Al NE del pueblo de Cachora se encontraron años pasados, en un despoblado de la montaña, algunas casas y palacios suntuosos y muchos instrumentos de moler metales. Y en Chinchaypuquio se ven piedras tan grandes y bien figuradas que desde lejos parecen casas. Se cree que han sido rodadas de los montes vecinos. Los habitantes de esta provincia ascienden a 25.259 almas: 33 clérigos, 1.937 españoles, 18.419 indios, 4.739 mestizos, 50 pardos libres y 18 esclavos, distribuidos en 9 doctrinas y 8 pueblos anexos”.
Además se consignan los curatos de: Abancai, Guanipaca, Curahuasi con Cachora y Antigua, Limatambo con Mollepata,Pantipata, con Chonta e Ibin, Chinchaypuqio con Somara, Guarocondo,Surite con Capilla Pública.
Un elemento productivo importante para el virreinato, fueron las haciendas productoras agrícolas y pecuarias, que perduraron hasta la segunda mitad del siglo veinte. Las encomiendas fueron su origen. Para la zona de Abancay, en 1569 se establecieron los primeros corregimientos.
Las primeras haciendas que se formaron fueron las de Condebamba (1547), Marcahuasi, Liamacpampa, Huayrequente.
Posteriormente se calcula que hacia mediados del siglo XVII los primeros hacendados en establecerse fueron los Jesuitas, Corregidores, Caciques, en base a las donaciones, reparticiones y composiciones de tierras y habitantes que tenía lugar periódicamente, tanto para efectos de tributo y mitas.
Señalando además que había entre 1689 a 1690 un total de 16 a 21 cañaverales, concentrados en Abancay, el número de haciendas es bastante elevado, cada una de estas absorbía gran cantidad de mano de obra de la zona, pues dado que el nivel de desarrollo tecnológico era bajo, se hacía indispensable contar con abundante mano de obra, para el caso de Abancay, Aymaraes y Cotabambas absorbían un promedio de 353 colonos por hacienda.
De tal forma que el sistema de hacienda se remonta a ls época del virreinato, originando desigualdades económicas entre la población apurimeña, ubicándose en la institución dominante.
Estos territorios (actual Apurímac) sustentaban su economía en base a sus actividades agrícolas, por ahí es que se caracterizaba por ser centro abastecedor de otras Intendencias de productos de pan llevar y derivados de la caña de azúcar como chancaca, aguardiente, azúcar, etc., incluso hasta las minas de Potosí, cuyos productores y abastecedores principales fueron las haciendas.
Abancay durante el virreinato, habrá de ser uno de los pocos departamentos que desarrollaron la actividad agrícola en forma preponderante en base a la implantación de la propiedad privada sobre la tierra, especialmente en sus valles, que por la prodigiosidad de su clima creaba condiciones muy favorables para el cultivo en especial. Se formaron las de Patibamba, Pachachaca y San Gabriel de Ninamarca. Magnus Morner refiere que en el año 1689 Abancay tenía 180 haciendas.
Hacia los años 1700, la provincia de Abancay adquirió importancia económica que trascendió hasta el alto Perú (hoy Bolivia) las haciendas de Abancay exportaban azúcar al sur del país y el Alto Peru “Este producto de Abancay es sin duda el mejor de que se beneficia en la América; la refinada que llaman Imperial, que en varias ocasiones se ha remitido a Madrid, compite con la de Holanda, su consistencia es admirable(…)el principal renglón que se coge en este partido es el azúcar por lo general de buena calidad, en cantidad de 20 a 25 mil arrobas, que se expenden en esta ciudad”
Para entender otros roles que la provincia ejerció en el virreinato, tomamos la descripción de don Pablo José Oricayn hacia el año 1770 afirma:
“su temperamento es varío, según lo más o menos elevado de su terreno; en las quebradas de su capital Huanipaca, Curahuasi, Limatambo, es cálido y se cultiva mucha caña, de la que se hace azúcar que exceden a las que purifican en Europa, se da mucha fruta de valle, garbanzo, pallar, anís, muchas versas y hortalizas, lo restante es templado y abunda en todos granos, ganado, caza mayor y menor, por lo que se llama el granero y dispensa del Cusco”.
Por acción de uniones familiares o ventas, en 1876, se redujeron a 81 y, entre esas, 16 eran productoras de azúcar. Luego de Aranzábal y Ocampo, todos los dueños de cañaverales en Abancay contaban con ingresos de 4,000 pesos de renta anual”
En los siglos XVI y XVII haciendas virreinales como las de Patibamba, Condebamba, San Gabriel de Ninamarca, Illanya, entre otras, llegaron a ser centros importantes de producción y comercio, especialmente de aguardiente de caña.
La materia prima era producida en sus propias haciendas y se explotaba la mano de obra de los indígenas. La producción era comercializada en los centros de consumo local y en el eje económico de la plata que integraba a Lima y Potosí, y exportaban también a España. Abancay a fines del siglo XVIII tenía una producción de 35,800 arrobas. Respecto a la hacienda de Pachachaca, Flores Galindo dice:
“era la hacienda más importante, que en realidad era un complejo formado por los anexos de Aychahuasco, Colcaque y Condebamba, productores de panllevar, y Tanquigua dedicada a la ganadería”.
La producción de caña era para las minas de Huancavelica y Potosí, pero el alcohol era consumido por completo en la región.
Abancay pasa a formar parte de la Intendencia del Cusco en 1784, la que comprende en su división administrativa el Partido de Abancay. El gobernador intendente del Cuzco tenía competencia en las materias de justicia (presidía la Real Audiencia del Cuzco), hacienda (asuntos fiscales y de gastos públicos, subordinado a virrey del Perú), guerra (subordinado al virrey) y policía (fomento de la economía). Eclesiásticamente la provincia formaba parte del Obispado del Cuzco, sufragáneo del Arzobispado de Lima.
La Intendencia Inicio sus actividades en 1784, cuatro años después de la insurrección de Túpac Amaru y Micaela Bastidas, por lo que el nacimiento de Micaela Bastidas se da en los linderos de Abancay 1744, cuando aún no pertenecía a Cuzco y subsistió hasta 1824, que con la independencia del Perú, pasó a constituir el Departamento del Cuzco dentro de la República del Perú.
Estaba subdividida en once partidos o subdelegaciones de: Cuzco, Abancay, Aymaraes, Calca y Lares, Cotabambas, Chumbivilcas, Paruro, Paucartambo, Quispicanchis, Urubamba y Vilcabamba y Tinta. Actualmente los viejos partidos se ubican en Cusco y Apurímac.
Cuando se forman las intendencias de Cusco y Ayacucho, el corregimiento de Abancay se sitúa en la intendencia del Cusco. Era el año de 1784, sin embargo, mantiene sus límites geográficos.
Entre 1821 y 1824, se conforma el departamento del Cuzco, con la extensa provincia de Abancay en sus fueros. Era prefecto del Cusco el Cotabambino Mariscal Agustín Gamarra, donde se delimitan los linderos del Cuzco.
En 1838 se quita a Abancay la provincia de Anta. Se conforma la provincia de Abancay con las siguientes doctrinas: Abancay, Curahuasi, Huanipaca, Lambrama, Circa, Huancarama y el pueblo de Collpa. Al año siguiente: 1839 se le agregan Lambrama, Pichirhua, Lucuchanga y Cotarma.
Por Ley del 28 de Abril de 1873 Abancay pasó a formar parte del Departamento de Apurímac, su capital la Villa de Abancay. Como en la legislación de la época una Villa no podía ser capital de un departamento, se corrige administrativamente mediante un documento y pasa a ser ciudad el 3 de Noviembre de 1874, por ley del 03 de noviembre de 1874.
Luis Echegaray Vivanco, enero del 2024.
DIEGO DE ALMAGRO y el origen de ABANCAY
Diego de Almagro pasaba sus días rumiando su derrota de hacerse del Cuzco, pues el monarca del reino de Castilla, le había asegurado a Pizarro; Nueva Castilla, que comprendía los territorios del Cuzco. A Diego le prometió la Nueva Toledo.
Almagro le dijo a Pizarro:
-Su merced; el tiempo pasa y no veo –pardiez- la hora en la que me haga de mi reino. La nueva Toledo.
– No os angustiéis, caro Diego, nuestro santísimo señor os dará la fecha en que reines allende las montañas, por la justicia de nuestro soberano. Vuestras tierras están a partir de 130 leguas de aquí y hasta los confines de este continente.
No penséis que soy un carcunda y me opongo a lo que viene; armad vuestro ejercito y marchad altivo. Vos no sos un inútil casquivano.
Le dijo Pizarro.
Pizarro y almagro se reunieron en la Casa que usaba el Marqués, como domicilio y gobernación. Se sirvieron, esa noche, varios vasos de morapios calientes y entremeses novedosos hechos con harina de maíz. El motivo de la reunión era fijar los límites de su gobernación.
Pizarro contó que a principios de año, estando en Lima, había repelido con éxito a las tropas de Quizu Yupanqui, que había logrado acordonar Lima. Pizarro, además, le dijo que bastaba de revueltas entre ellos, pues Manco Inca, cercaba el Cuzco. Almagro quedó impresionado por todo lo que pasaba su socio, en el manejo de su territorio conquistado.
Almagro quedó convencido que al sur de Nueva Castilla, estaba la nueva Toledo, lleno de riquezas, según le había comentado, el Marqués de Atavillos.
Diego invirtió todo su capital, atesorado en la conquista para conseguir una troupé de cerca de cinco mil hombres. Cuatro mil eran indios que iban acompañados de sus curacas.
Un día frío a principio de julio del 1535, Don Diego de Almagro, salió al trote de su caballo, rumbo a recorrer más de cien leguas en busca de su nuevo reino, donde esperaba hallar ciudades colmadas de oro y plata.*
Lo que tuvo que pasar Almagro fue fatal. El frío intenso al escalar la cordillera de los andes, para llegar a Chile, diezmaron al ejército y los animales. Por otra parte, fueron atacados por tribus hostiles en los pagos chilenos. En uno de esos enfrentamientos, Almagro casi pierde la vida. Un flechazo casi le vacía el otro ojo, el primero lo perdió en Panamá. Por lo que decía: “el negocio de defender los intereses de la Corona le había costado un ojo de la cara”. A partir de ese momento, decimos por las cosas caras. Nos cuesta un ojo.
Don Diego dispuso el regresó del sur del continente por el desierto de Atacama en 1537. La travesía fue desastrosa. Tal fue el estado en que llegó Almagro y sus seguidores a Arequipa que estaban raídos y totalmente desastrados, que desde entonces se les llamó los «rotos de Chile» a quienes vinieran de esas tierras.
Empero, Almagro siguió su odisea y se propuso volver a Cuzco y enfrentar con las armas a Pizarro y subió a la sierra rumbo a Huamanga, para enfilar al Cuzco. Estando en camino y bajando de Andahuaylas se encontró con el valle del Pachachaca.
Era una soleada mañana de Julio, el sol alumbraba el fértil valle y el clima era en sus 23 grados centígrados de maravilla, al estar frente al verde escenario, el buen Diego, ya con un solo ojo exclamó:
– Pardiez, este abrego baja los calores y siento una brisa deliciosa. Questo valle de amancaes es portento.
Almagro, comisionó a su leal Orgoñez a enfrentar las tropas de Pizarro.
El 11 de Julio la tropa de Pizarro llegó a Abancay y se dirigieron a bloquear el puente, donde esperarían a las fuerzas almagristas.
La Batalla del puente de Abancay fue librada el 12 de julio de 1537, a orillas del río Pachachaca.
Almagro instruyo a Rodrigo Orgóñez, sorprender a las fuerzas de Alvarado.
Caro Rodrigo – Le dijo- Dejad que los indios os ayuden en la descarga de las cuatro galeras que os lleváis y apurad a la gente de Paullu Inca, al que fizimos Inca, para que os ayude con sus hombres”
En la madrugada del 12 de julio de 1537, aún bajo la oscuridad, ninguna Almenara se oteaba en el horizonte.*
– Orgóñez , atravesad con vuesa cavailerya el vado de queste rio. Gritó Almagro.
Cuando la primera tropa entró al agua, vieron que el torrente era muy rápido y algunos de sus hombres perecieron tragados por las aguas. Llegando Orgoñez a la orilla opuesta, recibió una pedrada, pero no se amilanó y alentando a los suyos, cargó ferozmente, el pelotón de Pérez de Guevara, que defendía aquel vado.
Pronto, los soldados aliados de Lerma, el soldado jefe de las huestes de Pizarro que se pasó al bando de Almagro, se unieron a ellos, según lo acordado, cambiando el fiel de la balanza, en favor de los almagristas.
Almagro, vio la oportunidad de asaltar el puente, escalando desde la orilla del río. Tomó el puente apresando a Gómez de Tordoya, cuyos soldados se dieron a la fuga, sin oponer resistencia alguna. Almagro, dueño del puente avanzó con sus tropas, acorralando al enemigo desde atrás. Hizo preso al oficial de Pizarro, Alvarado, que se entregó al ver inminente la derrota.
Orgóñez quiso decapitarlo, en el acto, pero Almagro se opuso. Alvarado permaneció prisionero en el Cuzco; poco después se fugaría.
El encuentro terminó cuando el día anotaba sus 9 horas. Los vencedores vitorearon hurras para Diego, el nativo de Almagro en Castilla. El conteo de muertos fue escaso. No más de diez hombres en ambos bandos.
Después, de la batalla, Diego de Almagro, dijo; me quedaría a vivir en estas tierras, pero el deber me llama, Pizarro tiene una gran deuda pendiente conmigo.
Sin embargo, soldados almagristas y algunos fugados de la milicia pizarrista quedaron en estos lares. Enamorados de su naturaleza benigna y prodigiosa:
Más tarde se fundarían las haciendas de: Pachachaca, Patibamba, Condebamba e Illanya, que con el tiempo llegaron a un centernar.
Al partir al Cuzco Diego de Almagro, estando en las alturas de Tamburco, volteó la mirada, con el único ojo que le quedaba y dijo emocionado:
Adiós valle de los Amanckaes, que quienes, llegando Allende losres, en questas tierras de Indias, decidieran quedarse fizieran un gran pueblo. del Libro CUENTOS ABANQUINOS, de Luis Echegaray. Version ON LINE, info
Abancay Virreinal
Abancay fue durante el virreinato, un importante lugar de tránsito de mercancías entre las ciudades costeras y las de la sierra. En Abancay, había nacido la mujer de Túpac Amaru; Micaela Bastidas, quien tomó parte activa de la sublevación contra el abuso de los corregidores en contra de los encomenderos. Esta rebelión es considerada, por la historia oficial, como uno de los primeros gritos de independencia en el continente americano.
El Virreinato, tuvo en la intendencia de Abancay, un bastión importante de población española y un emporio económico en las provincias altas y agrícola en los valles bajos. El interés hispano en el amplio territorio del Abancay como corregimiento, fue su riqueza.
Durante la mayor parte del período virreinal, la actual capital del departamento, Abancay, fue sede de un importante corregimiento de indios. En el siglo XVIII, las reformas borbónicas decretadas por la Corona española, reorganizaron el territorio virreinal, pasando del régimen de corregimientos al de intendencias: el que luego sería territorio del departamento de Abancay fue dividido entre las intendencias de Huamanga y Cuzco. Tras la independencia, estas intendencias fueron transformadas en departamentos casi sin alteración; sólo se cambió el nombre de Huamanga por el de Ayacucho.
Los registros de la fundación española dicen:
18 de enero del 1,572, fue fundada la reducción de indios por el “Visitador General de Condesuyo y Chinchaysuyo cometida al ilustre señor Licenciado Nicolás Ruiz de Estrada, doy fe que dicho señor visitador general por virtud de la comisión y poder que tiene del Excelentísimo señor don Francisco de Toledo, visorrey destos reinos, en que se le comete, entre otros repartimientos, los deste valle de Abancay hasta lo alto de Curamba de Nuño de Mendoza, e ingenio de Pedro Alonso de Carrasco como se declara en la provisión que se le dio…” con el nombre de:Villa de los Reyes de Santiago de Abancay.
Nicolás Estrada de Ruiz, nació en Lima y fue regidor vitalicio de esa Ciudad de los Reyes y Licenciado en Derecho, hijo Martín Yáñez de Estrada y Marina Roldan. Fue nieto de Bartolomé Ruiz de Andrade quien pasó a la historia por formar parte de la expedición de los Trece de la Fama y por ser el primer español en avistar costas ecuatorianas y desembarcar en ellas. Este marino ya en 1511 fue reconocido como Piloto experto bajo las órdenes del Almirante Cristóbal Colón.
Lo de “Santiago” es porque Nicolás Ruiz de Estrada, era caballero de la Orden de Santiago, y por esa razón, a los lugares donde realizaba actos de reducción de indígenas, les anteponía la denominación de “Santiago”, como el caso de la reducción de indios de Santiago de Caguana (Hoy Cabana, capital de la provincia de Pallasca del Departamento de Ancash) que coincide con la de Villa de los Reyes de Santiago de Abancay.
(La Orden de Santiago fue una orden religiosa y militar surgida en el siglo XII en el Reino de León. Debe su nombre al patrón nacional de España, Santiago el Mayor. Su objetivo inicial era proteger a los peregrinos del Camino de Santiago y hacer retroceder a los musulmanes de la península Ibérica) Treintisiete años después de la batalla del puente, llega de Huamanga con destino a Cusco el visitador Ruiz de Estrada, quien funda el primer centro urbano para españoles en Maucacalle, centro al que pone el nombre de Villa de Santiago de los Reyes de Amancay.
Abancay, la Virgen del Rosario.
Tiene una historia fascinante. Setenta años después del descubrimiento de América, en Europa y Asia el imperio turco otomano, se encontraba en guerra con Venecia, por el dominio de Chipre. La cristiandad estaba sometida a musulmanes y turcos que dominaban buena parte de África, medio oriente y otras regiones.
España y Portugal se habían librado, después de ocho siglos de los árabes. Los turcos se preparaban para entrar en la península ibérica dominarla y acabar con el cristianismo. La flota turca se hizo hegemónica e infligió serios reveses a los cristianos desde sus bases de Argel y Túnez, bajo la dirección de los corsarios hermanos Aruch y Jairedín Barbarroja; el último, hecho almirante de la flota turca, fue quizá el marino más destacado de su tiempo y el hombre más audaz y temido del Mediterráneo. Tenía el designio de volver a invadir España como en tiempos de los visigodos. Así, el poder turco atenazaba a Europa por el centro y el sur del continente. Turcos y españoles pugnaron sin tregua por dominar plazas fuertes en la costa magrebí, base para una eventual invasión de España por los primeros. Los españoles lograron ocupar plazas importantes y someter a vasallaje a Túnez, donde construyeron la imponente fortaleza de La Goleta; y también cosecharon algún terrible desastre como el de Argel en 1541. La peligrosidad de la armada turca, sumada a la permanente piratería berberisca, aumentó mucho más por la alianza de Francia con los otomanos contra España.
Es aquí que el papa San Pio V, pidió a todos que rezaran, particularmente el rosario para obtener la victoria.
En el combate, en las escuadras cristianas, flameaban las banderas de santa cruz y el santo rosario, mientras miles de cristianos dirigían su plegaria a la santísima virgen con el rosario en las manos rezando con toda su fe y amor, para su ayuda en aquella batalla decisiva que los turcos ya lo veían por ganada, pero ocurrió algo inesperado.
Fue así que la victoria se dio a favor de los cristianos, y el Papa San Pio V instituyo la fiesta de nuestra señora del rosario.
Es así como llega a América, la fe en la Virgen del Rosario. Cuando la curia episcopal del Cusco, tiene en Abancay su parroquia, es entronizada como patrona la Virgen del Rosario cuya celebración es el 7 de octubre.
Se debe recordar que el 7 de octubre de 1,706 se fundó en Abancay la Cofradía de Nuestra Señora del Rosario, integrada por 24 vecinos, gracias a la iniciativa del sacerdote dominicano, cura párroco, Fray Domingo Porras. El año 1,645, Fray Domingo Lartarún, delinea el poblado y pone la primera piedra del templo de nuestra Señora del Rosario. La historia nada dice que fue Fray Juan Maldonado quien bendijo la primera piedra del templo, cuya construcción se inició el 8 de noviembre de 1646.
Para conocimiento del actual pueblo de Abancay, damos seguidamente los nombres de quienes conformaron la mencionada Cofradía: Primer Capellán Mayor Presbítero Dr. Julián Valencia; segundo Lic. Señor Escolástico Sierra, luego figuran; el Lic. Juan de Amable, el Bach. Juan Dávalos Toledo, el Lic. Norberto Bedia, don Prudencio D. y Bencia, Procurador don Juan Morel de Otazú, don José Ruiz, Don Juan Barrigón, don Juan Pimentel, don Joaquín Gómez de Bustamante, don Martín Cartagena, don José del Castillo, don Carlos Rivas, don Francisco Cartagena, don Agustin Salcedo, don Basilio Arias Sotelo, don Nicolás Valenzuela, don Lorenzo Vásquez, don Esteban de Arias, don Prudencio Salcedo y don Juan Santa Cruz.
Cuenta la leyenda que los primeros españoles que llegaron a este lugar que se conoce con el nombre de Abancay, consideraron pertinente trasladarse a otro sitio ubicado a mayor altura. Así aparece la población de Qorwani, donde levantaron una iglesia. La madre de nuestro señor Jesucristo fue escogida para ser venerada en el altar mayor de la iglesia de Qorwani.
“La santísima virgen en forma inexplicable, varias veces huyo del altar de Qorwani. Entre los principales del pueblo se encendieron serias discrepancias y reproches, a raíz de la desaparición era algo raro.
En forma casual, un pastor de Qorwani buscaba desesperadamente un par de sus animales atados que se habían extraviado cerca de la cabaña en Qorwani. Como por el guiado del sexto sentido, el pastor bajo siguiendo las huellas de los animales, precisamente hasta el rio Mariño.
Cuando se regresaba a Qorwani, a escasos metros del rio, percibió a una imponente señora que sentada descansaba encima de un pedrón, rodeada por la fragancia de los amancaes que crecían a propósito, igual que la bella abanquina, pisonae, la retama de oro, el helecho. En la parte alta del pedrón también crecía de manera inusual el ichu o paja, si te toma en cuenta que Abancay está ubicado en un valle.
Las autoridades españolas y el sacerdote claramente comprendieron el propósito que animaba a la virgen de trasladarla al valle, obedecieron de todo corazón la voluntad de la Virgen”.
Parte de la población que en compañía de la virgen se trasladó de Qorwani a la parte baja fue la que tomo la iniciativa de levantar la iglesia y ubicar en altar mayor exactamente encima del padrón. Además, fundaron la villa de Abancay bajo la advocación de la santísima virgen del rosario. El altar mayor esta reforzado por piedras y mampostería.