HUGO PEÑA VARGAS

Hugo Peña

ICONO DE LA MANDOLINA APURIMEÑA

Heredero de un talento musical de su familia, Hugo Peña nació en la ciudad de Chuquibambilla de la provincia de Grau, lugar en que la magia cultural desde la época pre incaica, la conservación de su música y canto a través de las nuevas generaciones y la religiosidad de sus pobladores, hace que sea reconocida como la capital folklórica de Apurímac. Hugo desde pequeño había participado de las costumbres y tradiciones con su familia, admiraba a su tío Hipólito quien con mucha habilidad componía, cantaba y tocaba como un maestro la guitarra y mandolina, de quien aprendió con mucha dedicación el manejo de la mandolina. Estudió la secundaria en el Colegio Miguel Grau de Abancay y los dos últimos años en el Colegio Ciencias del Cusco. Fue casado con la dama abanquina Erlinda Barazorda Chávez, que también es cantante vernacular y participando en diferentes eventos, habiendo ganado incluso el Concurso por el Centenario de Apurímac, tuvieron dos hijos Keomar y Kerving. Cabe resaltar que la esposa facilitó información para la redacción del presente texto.

A temprana edad empezó a trabajar en la administración pública en la Oficina de Correos y Telecomunicaciones en Chuquibambilla, sin embargo, su meta de contar con formación universitaria lo llevó a la ciudad del Cusco, egresando de la Universidad Nacional San Antonio Abad del Cusco como Profesor de la especialidad de Ciencias Biológicas, aun así su pasión por la música lo llevó a concursar al Centro Qosqo de Arte Nativo del Cusco, donde mejoró sus habilidades tocando la mandolina, conociendo las artes escénicas en especial coreografías y realizando presentaciones en diferentes lugares. En el Cusco, formó parte de la fundación del Conjunto Musical “Los Chancas de Apurímac” con los hermanos Valenzuela Vera, cuyo primer disco LP “Urpichallay” los llevó a la fama, este conjunto fue declarado como Patrimonio Cultural Vivo de la Región Cusco; asimismo participó en la Asociación Centro Folklórico Kutaq con residentes cotabambinos en Cusco.

Por motivos de salud de su mamá vino a la ciudad de Abancay, y durante su estadía visitó al hoy emblemático Colegio Miguel Grau, donde le propusieron trabajar en cursos de formación artística y musical, aceptando e iniciando su trabajo como docente, posteriormente y ante la presencia de plazas para Profesor de Ciencias Biológicas inició su trabajo en su especialidad, habiendo asumido cargos como de Director, Sub Director General y asesor de los laboratorios de ciencias, en el referido colegio emblemático, siendo muy reconocido por docentes y estudiantes. De igual manera fue también docente del Colegio Nacional Santa Rosa y en la sección nocturna del Colegio Miguel Grau. En las últimas décadas desempeño su rol docente contratado en la Universidad Tecnológica de los Andes y la Universidad Nacional Micaela Bastidas, siendo además Director de la Aldea Infantil de Abancay.

Alternando su trabajo como docente, desarrolló una amplia trayectoria musical, formando el Conjunto Abancay con participación de Augusto Revollar, David Pagaza Loayza, Jorge Vargas León y la voz de Guillermo Sullcahuaman y Laurita Gutiérrez; seguidamente fundó el Conjunto Aires de Abancay, con la voz de Wachi León y Laurita Gutiérrez; paralelamente dirigió el Centro folklórico Grau – Cotabambas durante 25 años, incorporando el requiebre (cambio de pasos) y coreografía al carnaval abanquino con apoyo de Alfonso Sarmiento y Arnaldo Sánchez, participando con danzas, música y carnavales en diferentes eventos dentro del país, siendo el más emblemático su presentación en el Teatro Segura de Lima, en todas sus presentaciones ocuparon los primeros puestos para la región Apurímac. Es importante manifestar que Hugo además de tocar música folklórica también tocaba música de todo género entre ellos boleros, criollos y música internacional, presentó además en el Canal 5 el Himno Nacional del Perú en mandolina.

Su trayectoria como músico es valiosa, en la medida que contribuyó al patrimonio cultural, preservando y enriqueciendo la herencia musical de la región Apurímac. Participó activamente en eventos y actuaciones musicales en diferentes espacios, demostrando su talento y su compromiso con la difusión y creación artística con los grupos musicales, lo cual indica que además de educador fue un mentor para aquellos que tuvieron oportunidad de aprender de él. El autor hace algunos años participó en un evento cultural y durante su conversación con el emblemático músico y cantante Don Manuel Silva “Pichincucha” expresó que Hugo Peña Vargas para él representaba “la primera mandolina del Perú”, siendo un reconocimiento significativo y un testimonio de impacto acerca de la importancia de su contribución al mundo de la música, transmitiéndole a Hugo el reconocimiento de tan importante cantautor. Tuvo innumerables méritos en su labor musical, siendo invitado por innumerables instituciones en especial por el Instituto Nacional de Cultura de Apurímac, recibiendo además innumerables reconocimientos a nivel local, regional y nacional, así como por los exalumnos de varias generaciones de estudiantes en especial los que cumplieron bodas de plata y bodas de oro.

Durante la presentación del libro “El entorno de Manuel, un camino de experiencias” en la Casa de la Cultura de Abancay escrito por el autor del presente texto, se mostró una fotografía de un equipo de futbol y de manera espontánea, Hugo fue reconocido y aplaudido por los participantes, demostrando ser un testimonio vivo del aprecio, cariño y una huella significativa que ha dejado en la memoria colectiva de Abancay.

Manuel Jesús Azurín Meléndez
Doctor en Medio Ambiente y Desarrollo Sostenible
manuelazurin92@hotmail.com

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