HUMANIDAD DIGITAL: CONEXIÓN VIRTUAL O EXPERIENCIA REAL

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¿La telefonía celular, ha mejorado o empeorado nuestras vidas?

Mi tía Margarita decia sabiamente: «El teléfono se ha inventado para acortar distancias no para alargar conversaciones», pero viendo cuánta gente anda pegada al aparato, es evidente qué nadie tomó en cuenta ese proverbio. Pobre mi tía, ¡qué decepcionada estaría!

Si medimos las actividades humanas, el tiempo que pasamos usando al celular debe estar en los primeros lugares, aún por encima del tiempo que pasamos durmiendo. Es que no lo usamos solo para hablar, lo usamos ahora más para mirar información de diverso tipo. Hay muchas cifras que así lo aseguran pero creo que se quedan cortas.

Si solo comparamos, los tiempos que pasan hablando hombres y mujeres, las damas serán sin duda y abrumadoramente, las ganadoras, y por un contundente marcador. En cuanto al tiempo que pasamos solo mirando la pantalla, mayor al tiempo que pasamos hablando por teléfono, si estamos parejos.

Una frase que repite constantemente mi hermano Julio, también preocupado por esta adicción a los teléfonos inteligentes, es: «El celular nos acerca a quienes están lejos y nos aleja de quienes están cerca», ¡y vaya!, tiene mucha razón.

Hay personas que están realmente enfermas con esta adicción, aunque se justifican diciendo que «estoy estudiando» o «estoy trabajando», o «haciendo negocios» pero ¡no es cierto!, pasan tiempo insulso viendo información supuestamente «divertida» o comprobando si alguien les escribió, les puso un like o un emoticón en sus redes sociales o en sus videojuegos favoritos.

¡No nos mintamos! Estamos usando la política del avestruz cuando hacemos esto, no queremos ser conscientes de un problema que sabemos que existe y que nos afecta.

Las familias inteligentes han prohibido en uso del celular en determinados horarios y ambientes, como por ejemplo a la hora de las comidas y durante las tertulias familiares que cada vez son menos. Que puede grabarse mejor en la memoria que las viejas charlas de sobremesa, mirarse a los ojos, hacer y leer gestos, reir y sonreír mucho. Quienes lad hemos disfrutado, sabemos lo enriquecedor y productivo qué es hacerlo.

De acuerdo a datos extraídos de internet, que miden los tiempos de los que hablamos, los internautas de todo el mundo pasamos 7 horas en promedio frente a una pantalla, y la mayor parte lo hacemos frente a un smartphone.

Si bien, la tecnología nos brinda innumerables beneficios, también puede causarnos muchos perjuicios si no la controlamos.

Es un hecho demostrado que adquirir información a través de pantallas no es tan productivo como hacerlo leyendo en papel.

También se ha demostrado que la capacidad de concentración y entendimiento ha disminuido mucho en quienes usan las pantallas. Somos víctimas de esta tendencia y no lo queremos aceptar.

Hay muchas más razones para tomarnos en serio esta alerta.

Los daños que la luz emitida por las pantallas hacen a los ojos son para tomar en cuenta, y más aún que nos estamos perdiendo todo lo que sucede a nuestro alrededor, disminuyendo la calidad de nuestro contacto humano.

Controlemos esta adicción que hoy en día, lamentablemente, afecta a todos, desde los más pequeños hasta los abuelos.

Y controlemos también, la calidad de los contenidos. Las trivialidades, que son las más vistas en internet, no conducen a nada bueno. Mirar Tik Tok es perder el tiempo.

Tratemos de buscar información constructiva, que nos ayude a crecer mental y espiritualmente, y de preferencia, leamos. Las imágenes estáticas y movimiento, si bien es cierto que brindan más información en menor tiempo, también es cierto que se desvanecen más fácilmente.

La ficción en libros, películas y series trata constantemente de los tiempos que se vienen, donde la automatización y robotización serán predominantes en todas las sociedades y el ser humano, cada vez, menos importante.

No dejemos que la modernidad y las modas nos aplasten, elijamos y no seamos del montón.

Valoremos y disfrutemos del contacto humano. ¿Qué puede ser mejor que una buena charla, una sonrisa, un abrazo, un apretón de manos?

Los emojis y emoticones jamás reemplazarán esto.

Leía por ahí que, la estupidez ha llegado a niveles tan altos que, en determinados contextos, los jóvenes utilizan besos y abrazos virtuales.

¿Puede haber algo más dulce, cálido, delicioso y emocionante que un beso real?

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