INMINENTE RIESGO DE ATENTADO CONTRA TARACCASA, EN ABANCAY

Así podría estar Taraccasa en unos años…

Cuando se inició el proceso de expansión urbana de Abancay en la década del 60 con la expropiación de los terrenos de propiedad de don Cirilo Trelles, al ser diseñado por los técnicos el desarrollo urbanístico de la capital de región, toda la zona de Taraccasa fue siempre considerada como intangible por sus especiales características paisajísticas y, sobre todo, por su peculiar función de “pulmón” de la ciudad.
Si bien es cierto que por nefastas decisiones de los alcaldes que a lo largo de estas últimas décadas fueron dadivosos con lo ajeno, regalando o bendiendo el bosque INTANGIBLE a sus partidarios o amigos, reduciéndolo hoy a su minina extensión, desfigurando y alterando la configuración topográfica de la zona, en otras palabras, TUGURIZÁNDOLA, ahora, la actual gestión municipal pretende cometer otra brutal agresión al ecosistema disponiendo el traslado del botadero de basura de Quitasol a Taraccasa, descabellada idea que en la práctica significa solucionar un problema para generar otro de dimensiones descomunales. El Municipio, tratando de “dorar la píldora”, recurriendo a eufemismos, sostiene que ya cuentan para perpetrar este brutal ataque a la salud de los habitantes de Abancay, con la licencia social de parte de dirigentes comunales que, dicen, ya dieron su aval. Nos preguntamos, quiénes son estos para garantizar que, como es posible avizorar, el espacio que hoy aún sirve para las caminatas deportivas se convertirá en breve plazo en un cuchitril y en una zona de intenso tránsito vehícular con las idas y venidas de los camiones recolectores de basura, afectando también la tranquilidad de la gente y la vida de otros seres vivos que habitan en este ámbito? Aquí tienen primero que tomarse en cuenta opiniones de carácter estrictamente técnico que ya antes alertaron que es inviable ubicar un botadero de basura en una cabecera de cuenca. Estamos avisados. No estemos después llorando sobre la leche derramada.