Cada día, millones de usuarios se conectan a sistemas de datos por redes informáticas a través de los diversos servicios que ofrece Internet como (WWW, Email, Chats, FTP, etc.) confiados en la seguridad de los sistemas. ¿Qué pasaría si, de un momento a otro, todo deja de funcionar y dejamos de tener control sobre nuestros datos, e incluso nuestros equipos?
Este escenario, hoy, es muy posible. Los hackers, crackers, phreakers y otros piratas informáticos podrían hacerlo, pero difícilmente en la escala que conllevaría una ciberguerra. Otra forma de sortear riesgos es evitando ingresar a sitios web «malos». Está demostrado que, una de las principales fuentes de infecciones virales a los equipos informáticos proviene de los sitios webs pornográficos.
Todas estas recomendaciones, son válidas en todas las épocas.
Volviendo al asunto, las capacidades para la ciberguerra se han convertido en una pugna permanente en el plano de la alta tecnología para Estados Unidos, China y Rusia, fundamentalmente.
Entre las razones que propiciaron la preparación para la ciberguerra, están que, las operaciones de guerra cibernética resultan mucho más económicas que las operaciones de guerra convencional, y al ser clandestinas, escapan al control de la diplomacia.
La “guerra cibernética” surgió a principios de los 90s en las agencias de seguridad de los Estados Unidos, que vieron en Internet una potente herramienta para el espionaje electrónico. Muchos países siguieron la corriente y hoy prácticamente, no hay nación que no tenga especialistas en ello.
China ha desarrollado grandes capacidades en materia de ciberguerra. Se sabe que descubrieron fallos en software y hardware de las firmas Microsoft y Cisco, y el estado capacitó a hackers chinos o “ciberguerreros”, para un posible ataque informático a gran escala. Ese país, cuenta con el llamado «gran cortafuegos chino» por donde el gobierno establece una vigilancia estricta de las comunicaciones. De esta manera la supervisión del tráfico de datos por parte de los proveedores de servicio de Internet (ISPs) permite detectar y filtrar material subversivo en contra del régimen y la derivación a sitios web con contenido propio. Ha prohibido el uso de Windows (aseverando que tiene “puertas traseras” que facilitan la intrusión externa a agencias norteamericanas) y creo su propio sistema operativo propio, el KylinOS. China es uno de los pocos países que puede desconectar las redes nacionales frente a un ciberataque contra el país.
Rusia también es una potencia en este sentido. Existe una agencia de comunicaciones e información estatal que fue creada en tiempos de la KGB y donde operan y enseñan ex agentes de este servicio, y se dice que es la mejor academia de hackers de todo el mundo. Absorbió al principal proveedor de Internet ruso exigiendo a los ISPs subsidiarios que instalaran sistemas de vigilancia.
La Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) estableció su propia política en materia de ciberguerra creando la Autoridad de Gestión en Ciberdefensa, una unidad con capacidad de respuesta a incidentes informáticos, y sin duda también con grandes potencialidades guardadas bajo siete llaves.
Lo cierto es que, Dios no lo quiera, si llegase a estallar la guerra, los sistemas informáticos serán cruciales, para esta guerra de Botones y Drones.
Glosario
WWW: World Wide Web «Red Informática Mundial».
FTP: File transfer Protocol «Protocolo de Transferencia de Archivos»
ISP: Proveedor de servicios de internet