Este 20 de marzo último, la ONU hizo público el ranking mundial de felicidad 2024. Finlandia, Dinamarca e Islandia comparten el podio. El primero repite el plato por séptima vez.
¿Por qué?, ¿cómo lo hacen?, ¿cuál es el negocio?
Indagando un poco descubrí que son países con sociedades horizontales; entendida la horizontalidad no cómo consecuencia de la ridiculez esa de que todos ganan igual, sino de la sensatez esa de que todos cumplen por igual con sus obligaciones. Parece sencillo, pero como nos consta a todos los peruanos, no lo es tanto.
¿Por qué los israelíes (puesto 5), por ejemplo, cumplen todos con sus obligaciones?, ¿están coaccionados por algún siniestro tirano y pagan sus impuestos para no perder la vida?, ¿su religión los conmina con la amenaza del infierno? Bien sabemos que no. Uno de los aspectos que mide la encuesta de la ONU es la sensación de libertad; cuanto más libre se siente la gente, más feliz es. ¿Qué pasa entonces con los judíos?, ¿han perdido el juicio acaso?
Hay una característica, entre otras, que es común a todos estos países, algo que los hace similares entre sí y muy diferentes de nosotros, los infelices peruanos: son sociedades cultas. Esto no quiere decir que los finlandeses sean más cultos que los españoles (puesto 36); significa más bien que el porcentaje de personas con alta cultura en Finlandia, es mayor. La distancia, entonces, que nos separa a los peruanos de la felicidad de los finlandeses, es pues directamente proporcional a la distancia que nos separa del nivel cultural de su gente, nada más.
Otra vez parece fácil. Se podría decir que ahí está el camino, el sendero ya trazado, y que todo lo que tenemos que hacer es transitar por él, rumbo a la felicidad, seguros de arribar tarde o temprano a buen puerto. Sin embargo, y por desgracia, no es pues sencillo, porque pareciera que somos nosotros quienes hemos perdido el juicio, ya que a nadie parece interesarle caminar hacia la felicidad.
Bien lo saben algunos “locos” que han empuñado la lanza de la cultura y van para adelante; no son muchos, pero ahí van, contagiando su entusiasmo y sus ilusiones en procura de un mundo más feliz, como nuestro querido Carlos Antonio Casas Suarez, que este mes celebra el primer aniversario de esta Casa abanquina de la Cultura, la revista digital PERUANÍSIMA, generando y difundiendo cultura desde nuestro añorado Abancay hacia el mundo. Él, como pocos, no solo conoce el camino, sino que además nos lo muestra, lo pone en evidencia, ante nuestros ojos, y nos invita a seguir la senda. Esfuerzos como este nos conmueven e ilusionan, nos hacen soñar con un Perú más feliz en el futuro.
¿Por qué no? Un Perú que sea la envidia de los finlandeses… después de todo, para los “locos” todo es posible.
Larga vida, PERUANÍSIMA.
3 com.
Estimado Jorge Ramírez Cabrera,
Es un verdadero placer responder a tu artículo, que sin duda, marca excepcionales niveles de excelencia en nuestra revista.
Tu presencia en Peruanísima ha sido uno de los mayores descubrimientos para nosotros, no solo porque uno de tus cuentos haya sido replicado en un sitio web especializado de una prestigiosa universidad estadounidense, sino porque la calidad, la agudeza con la que abordas los temas y la técnica narrativa que manejas, gracias a tu vasta experiencia como lector, se encuentran entre las mejores que hemos tenido el privilegio de disfrutar.
Tu artículo sobre la felicidad y la cultura es un verdadero regalo para todos nosotros. Con una prosa cautivadora y con mirada perspicaz, nos invitas a reflexionar sobre la estrecha relación entre la felicidad de un pueblo y su nivel cultural. Nos recuerdas que el camino hacia una sociedad más feliz y plena no es sencillo, pero que existen ejemplos inspiradores, como los países nórdicos, que han logrado cultivar una cultura sólida y un sentido de responsabilidad compartida.
Tus palabras nos conmueven e ilusionan, al reconocer los esfuerzos «de aquellos “locos” que, como Carlos Antonio Casas Suarez, empuñan la lanza de la cultura y nos muestran el sendero hacia un Perú más feliz».
Peruanísima quiere ser un faro de luz que ilumine nuestro camino, generando y difundiendo cultura desde el corazón de Abancay hacia el mundo, y estamos acercándonos a ese objetivo gracias a nuestros maravillosos colaboradores.
Te expresamos nuestra más profunda gratitud por tu invaluable contribución.
Que tu pluma siga iluminando nuestras mentes y emocionando nuestros corazones, inspirándonos a construir un Perú más culto, más justo y más feliz.
¡Larga vida a Peruanísima y a todas las voces que, como la tuya, enaltecen nuestra cultura y nos alientan a seguir adelante!
Carlos Antonio Casas Suárez
Director de Peruanísima
Que viva la locura!!! De la libertad y la cultura
¡Gracias Genarita! Sigamos loqueándonos juntos en los ideales que compartimos.