A todos los peruanos nos han hecho conocer una circunstancia agridulce de acontecimiento ciudadano en Abancay – mi pueblo – el día de su 149 cumpleaños, tres de noviembre.
Ácido porque mi provincia no se merece las autoridades regionales ni locales que la gobiernan; dulce, por la lección recibida desde una actitud valiente del deportista medallista olímpico Panamericano Eriberto Gutiérrez Robles natural del distrito abanquino de Circa quien, ha hecho respetar su espacio de Dignidad Personal, al devolver la Medalla de la Ciudad -emblema de meritorio reconocimiento público- en plena actuación protocolar y, ante la propia autoridad local, amparado en su racionalidad:
“Qué ironía recibir un reconocimiento cuando oportunamente no atendieron mi solicitud de apoyo ( …)”
Innecesario seguir comentando el hecho; pero, de importancia para volver la mirada ante la connotación primordial de situarnos como personas -sujetos de derecho- sobre ese espacio humano llamado
DIGNIDAD que, al parecer, no hemos terminado de digerir en su real, singular y apetecible significado.
DIGNUS es su cuna etimológica; adjetivo latino que refiere “Validez del ser humano solo por el hecho de serlo”.
En un encuentro con los Derechos Humanos y su declaración Universal añadiremos que el hombre, solo por el mero hecho de su nacimiento es sujeto de validez, o, valoración; por tanto,
MERECE SER respetado, protegido, cuidado, apreciado desde su nacimiento y hasta su muerte por todas las instituciones al servicio de la persona, independientemente de cualquier situación o cualidad.
Lamentablemente, caminamos por sendas contrarias cuando nos vulneran, maltratan, toman el pelo, generan falsas expectativas, nos faltan al respeto, nos tratan como objetos/cosas y mil etcéteras más.
Posicionarnos en el Valor de Ser Humano espacio que se llama Dignidad, es la lección recibida – esperamos haberla aprendido – del paisano Eriberto Gutiérrez.
! Bravo por él !
Intinpa
Abancay 7/11/ 23
