¿Existen los amigos perfectos?
Si el amor no hubiese venido con su contrapeso no sería amor.
El contrapeso del amor es el perdón y el perdón le da sentido a la vida.
Es como el día y la noche:
¡Qué aburrida sería la vida si todo fuese de día!
Y al revés la vida en la oscuridad prolongada sería monótona y triste.
Si todos fuésemos perfectos la vida no tendría sentido.
Las imperfecciones, las aristas, las diferencias nos hacen seres únicos
Y es aquí donde funciona el perdón.
Junto con el perdón hay otros valores complementarios:
la bondad, la tolerancia, la piedad, la generosidad.
En la otra vereda están: la maldad, la impaciencia, la crueldad, la ridiculez.
La amistad se nutre de los valores que tienen relación con el principio del perdón
El perdón entendido como significación práctica de la disculpa.
¿Los amigos tienen que ser perfectos?
Los amigos son amigos porque tienen defectos como todo ser humano.
Aceptarlos con sus limitaciones propias nos hace más humanos.
Es decir más bondadosos, más tolerantes, más piadosos, más generosos.
En una palabra, estamos hablando de una persona que suma amistades.
Escoger a los amigos por sus virtudes y separarlos por sus defectos,
es construir un futuro en soledad. Irremediablemente ¡No tendremos amigos!
Los amigos perfectos no existen. Existen los lapsus, las altisonancias, los improntus.
Hasta existen los lapos, las trompadas y la indiferencia,
pero esas debilidades llegan con penuria, con lágrimas y con extrañezas.
Un amigo perdido es como perder un amor y perder un amor es un dolor en el corazón.
“¿Cuántas veces debo perdonar a mi hermano que peque contra mí, Maestro? ¿Hasta siete veces?”
Preguntó Pedro a Jesús y cuenta Mateo en su evangelio, Jesús respondió:
“No te digo hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete”
No es cuestión de matemáticas, no es un asunto de perfección. Es un asunto de amistad.
Jesús no hablaba de contar las ofensas, hablaba de la generosidad del perdón.
En este tiempo de conflictos y heridas, el perdón nos hace más humanos y más hermanos.
El amigo perfecto no existe, como no existe el ser humano perfecto.
Todos tenemos talentos y limitaciones; todos tenemos aciertos y errores.
Todos tenemos momentos de risa y aunque nos cuidemos, suelen ocurrir deslices.
Entonces podemos ofendernos y hasta escandalizarnos por los malos pensamientos.
Los amigos son amigos porque toleran, perdonan, tienden la mano… entienden.
Si sólo vemos los deslices y dejamos de ver los momentos felices, podemos quedarnos solos.
Haz amigos, suma amigos… Sé feliz. No sabemos qué ocurrirá mañana.
Busca la reconciliación, practica el perdón… Esa es la práctica de la amistad.
Es la cotidianidad del amor, el estado natural de la paz.
A todos nos hieren las maledicencias, pero vivir con esa espina es vivir con rencor.
Perdónate, date una oportunidad… Muestra tu generosidad, acepta el arrepentimiento.
Aceptar el perdón es también decir gracias…
Dice la oración de cada día: “Perdona Señor nuestras ofensas
como perdonamos a quienes nos ofenden…”