Volverán los paisanos de la Palestina, con sus casimires al hombro,
pero esos que vinieron al principio, no volverán.
Inmigrante palestino
La colonia Árabe en el Perú, se conformó con libaneses y palestinos, los primeros inmigrantes que llegaron a principios de siglo XX buscando oportunidades de trabajo.
Venían con pasaporte del Imperio Turco-Otomano, por esa razón muchos los conocieron como “los turcos”, se afincaron en el sur del Perú, Arequipa, Puno.Cusco y Apurímac. Un grupo de ellos se afincó en Abancay y otro en Andahuaylas.
El Imperio otomano, que tuvo vigencia desde el año 1299 hasta el 1923, fue uno de los grandes imperios de Occidente. En su época de máximo esplendor ocupó parte de Europa, África y Asia, y se ubicaba alrededor de lo que hoy conocemos como República de Turquía. Este imperio se caracterizó por su gran potencia militar, la cual era temida por todos sus territorios aledaños, y por acabar con lo que quedaba del Imperio bizantino, a la vez de arrasar con otros grandes imperios. Palestina, Siria. Líbano se encontraban dentro del Gran Imperio Turco Otomano.
El viaje en barco se iniciaba generalmente desde la ciudad de Haifa y se hacía escala en Génova o Marsella, según fuera la compañía de viaje francesa o italiana. Desde allí se viajaba hasta Buenos Aires, donde se desembarcaba. El viaje continuaba hasta la ciudad argentina de Córdoba o de Santa Fe y desde ahí se cruzaba los Andes en mula hasta la ciudad de Cusco. En total se calcula que se asentaron en los últimos años del siglo diecinueve no más de ochenta familias de origen palestino en el Perú.
Muchoas apectos árabes de la cultura peruana, llegaron con los españoles, los musulmanes dominaron España durante ocho siglos y -es más-, el final del dominio árabe y la reunificación española coinciden con el descubrimiento de América allá por 1492.
Los primeros árabes llegados en la época de la conquista y asentados en la Lima Virreinal le dieron el toque especial: Se veía Lima una ciudad virreinal de arquitectura morisca, las crónicas de los viajeros europeos, reconocen la influencia oriental a través de los dibujos y, reproduciendo la historia del arte mudéjar que introdujo los azulejos en la arquitectura religiosa local. Las mujeres se convirtieron en las desenfadadas tapadas. Al igual que el manto de las tapadas, el velo, asociado hoy en día al islam, es un indumento que ya era utilizado por las mujeres bizantinas antes de la revelación del Corán.
Entre 1890 y 1920 muchas familias de Líbano y de Palestina, principalmente de los pueblos cristianos de Beit Jala y Belén, que se sentían presionadas por el poder turco musulmán, deciden migrar.
Llegaron al Perú de Líbano, Siria y, en mayor medida de Palestina. En su gran mayoría fueron migrantes cristianos, lo que facilitó la integración a pesar de que muchos son cristianos de rito griego ortodoxo. Los migrantes optaron por dos caminos para facilitar la integración. Uno es convertirse al catolicismo y el otro es bautizar como católicos a sus hijos. Muchos no enseñaron la lengua árabe a sus hijos y esta termina por perderse en la primera generación de nacidos en territorio extranjero. A diferencia de otras comunidades como italianos, franceses o chinos, los árabes ni siquiera intentan formar un colegio que eduque a sus descendientes en la cultura de origen.
La migración al Perú, comienza en la segunda mitad del siglo XIX, sin embargo, ya había una influencia indirecta de la cultura árabe desde el virreinato. Con los españoles llegan muchos árabes musulmanes conversos al catolicismo, quienes traen elementos de su cultura, entre los más resaltantes su culinaria.
La discriminación que sufrían los cristianos y los altos impuestos que cobraban, así como la escasez de tierras, fueron algunos de los motivos que actuaron como acicate de nuevos horizontes.
Al parecer sería Said Sahurriyeh de la ciudad de Belém el primero en llegar a Perú. Por otra parte, parece ser que entre mayo y junio de 1896 llegaron al país los hermanos de origen palestinos Yadallah Rabí y Said Rabí, que habían arribado en el puerto de Buenos Aires y que desde allí habría viajado hasta Perú.
Los primeros árabes migrantes, luego de atravesar el norte de Argentina y Bolivia siguieron con rumbo al Perú desembarcaron en el puerto arequipeño de Mollendo, tras cruzar el cabo de Hornos. Muchos se quedaron en Argentina. Su adaptación al Perú fue notable y muchos llegaron a aprender el quechua antes que el castellano.
Los migrantes que llegaban al Perú desde Oriente Medio, eran generalmente agricultores y comerciantes en sus países de origen, que se convirtieron en comerciantes a su llegada a Sudamérica. Comenzaron trabajando en la venta ambulante, aprovechando el desarrollo del ferrocarril en el interior peruano que comenzó en el año 1876, cuando llegó a Arequipa y Puno, y que fue ampliándose paulatinamente hasta su culminación en el año 1906, cuando llegaron al Cusco, Abancay y Andahuaylas.
La construcción de una identidad arabe-peruana, se erige hoy en día sobre la relación entre descendientes de palestinos cristianos y palestinos musulmanes, pero que ambos grupos se consideran en las generaciones más recientes como totalmente peruanos.
Los palestinos (conocidos como turcos) recorrían pueblos, casa por casa, comercializaban a menores precios sobre todo telas y herramientas para talleres de carpintería y ejemplares de revistas del Brasil como O Cruzeiro y libros de matemática, literatura de la editorial Baldor de Cuba y TOR de Argentina con libros a muy bajo precio, sacando el beneficio al vender en cantidad.
La aceptación de los “turcos” por parte de la sociedad apurimeña fue en general muy buena y provocó que el asentamiento de los palestinos y sirio-libaneses fuera mucho más fácil de lo que cabía esperar.
Así llegaron a Abancay, en varias oleadas, familias Arabes como Atala, Nemi, Abuhadba, Jarufe, Abedabro, Mitre, Hani, Montufar, Fatule, Manzur, Seleme, Zansur, Abusada, Samanamud, Saba, Majluf, Abuchaibe entre otros.
Por ejemplo, los Abuhadba pertenece a la segunda migración, era un tiempo en el que estaban reclutando jóvenes “turcos” para el servicio militar para tratar de salvar al Imperio Otomano. Por eso los pobladores de la región de Belén, huyeron de la guerra, entre ellos los Abuhadba, dedicados al comercio y con buenos recursos económicos determinaron enviar a sus descendientes jóvenes a países de Sudamérica, entre ellos el Perú, país del cual ya tenían referencias por amistades de la primera migración, establecidos con éxito como comerciantes.
Según un estudio sobre la cocina culinaria del Perú, algunos de los platos principales peruanos como el ají de gallina tienen una influencia árabe significativa. También se han introducido muchos productos e ingredientes en nuestra cocina culinaria como limones, moras, almendras, membrillos, dátiles y alcachofas, así como una variedad de especias. Otro ejemplo es el anticucho. Este es un plato único, típicamente peruano. Pero la técnica de ensartar pedazos de carne sazonados en un pincho es de origen árabe. La empanada también es un plato que tiene una influencia árabe, del norte de África
En el siglo XVIII, los platos de aguacate se infundieron con ingredientes árabes como orégano, jengibre, cilantro y azafrán, entre otros.
Los palestinos dejaron para la posteridad, la hechura del pan árabe, que con el tiempo se convirtió en pan común, extendiéndose hasta el Cusco y Ayacucho, donde fue rebautizado con el horrible nombre de “chapla”. Nos dejaron la rejilla, pan que simula las ventanas moriscas, así como los maicillos entre otras esquiciteces. El picarón está inspirado en los buñuelos españoles que tienen también una influencia árabe.
El alfajor es un postre árabe cuyo nombre árabe se mantiene. Incluso vemos la influencia hasta en la denominación de los alimentos. Por ejemplo, la palabra «tamarindo» viene de dos palabras árabes tamr hindī, que significa «dátil de la India». El mil hojas, los higos verdes en almíbar, algunas mazamorras y la miel.
Muchos platos típicos peruanos se pueden reconocer fácilmente por su toque árabe único, especialmente en la variedad actual de postres donde el turrón de miel, el arroz con leche (Roz b Halib) y los picarones peruanos se acompañan de frutos secos, caña de azúcar, de almíbar (azúcar disuelta en agua), así como muchos productos que podemos degustar con cierta familiaridad en las comidas.
Los árabes palestinos de la región apurimeña mostraron su gran capacidad de adaptación en inclusión en la sociedad regional, tanto que no pusieron ningún limite al mestizaje de estos extranjeros con los habitantes de estas zonas. No trataron de reproducir sus costumbres en el contexto social abanquino, ya que no era su intención segregarse de la sociedad a la que estaban buscando integrarse. El logro de su integración social, ha hecho que sean considerados bienvenidos y totalmente apurimeños, por tanto; peruanos.