MEMORIAS QUE TRASCIENDEN

por Esperanza Tafur Tello
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Reinicio

MUJER ESPERANZA


Queridos amigos, los adagios son lecciones que marcan y nunca se olvidan; rememoramos algunas de ellas: “Recordar es volver a vivir”, “La persistente gota labra la piedra”, en fin, hay una inmensa cantera de esas memorias convertidas en mensajes de vida, que hay seguir sembrando creativamente en su real dimensión.

Si “Recordar es volver a vivir” es porque venimos del pasado y trascendemos como pasajeros en el tren del tiempo, sin negar ni olvidar nuestras raíces y el pecho de la leche materna como el calor familiar, o aquellas labradas con el color de las circunstancias vividas que son las compañeras de nuestro destino. ya que todos los tiempos vividos siempre están empapados en el sol naciente de aquellas primaverales invernales y sol ardiente de los veranos que desfilan por los otoños del sol poniente, en ese rumbo inexorable sin reproches, por eso hay que tener la convicción de creer para vivir en armonía y paz con nuestras propias conciencia.

También “ Del árbol caído, todo el mundo hace leña” sin saber ese arbolito es nuestro planeta tierra, cuna donde nacimos y vimos la luz de vida, entonces si somos el arbolito llena de semillas porque tenemos que derribarlas en el festín de la ignorancia, si ese arbolito es la fuente del aire puro, en la diversidad de la libertad, por eso creo que hay que darle sentido a nuestras vidas como dice el gran poeta Antonio Machado “Caminante no hay camino, son tus huella el camino”.

Aprendamos a reconocer y amar nuestra naturaleza, incorporando a nuestro ser en su esencia prodigiosa de agua, salud y vida y si mis modestas expresiones las comparto contigo, es porque todos somos necesarios y debemos esparcir esos argumentos y en esa línea poco a
poquito quiero arrancar las sabias lecciones y experiencias de la vida, en medio de una realidad social donde la bendita naturaleza nos entregó el río Mariño de Abancay de añoranzas y eternos recuerdos tuyos, míos de los albores de mi infancia y adolescencia de suspiros e ilusiones o de aquellas que se encendieron durante mis vacaciones de fiestas patrias y las vacaciones de fin de año al aire libre de los bellos Parajes de Atancama, Lambrama y la pureza del río Atancama, salpicadas de matorrales silvestres donde mis amados abuelos tenían su fundo o propiedades productivas, del brazos tendidos y corazón partido, como el pan de cada día, verdades que marcaron en mí persona los principios y valores, el honor y valor de las
palabras empeñadas, los sabios consejos que resuenan en cada paso que doy en la vida, ya que están sellados en mi memoria esas vivencias de aventuras y cabalgatas a lomo de briosos caballos engalanados de sillas doradas y bózales adornados de estrellitas de bronce y plata, o aquellos recuerdos de las labores agrícolas de los amigos campesinos, abriendo los surcos con las yuntas de toros fornidos y tras ellos las bellas mestizas,
echando las semillas de maíz de par en par al paso que daban; es imposible olvidar la algarabía de la gente comulgando del mismo vaso la rica chicha que servían en cada descanso, con el pita que es el maíz chullpi tostado y molido que se mezclaba con un palito.

Las mujeres entonaban el wayayay que son tonadas típicas de Atancama durante toda la jornada laboral y al el banquete general de riquísimos platos de estofado con carne de cordero, tallarines, y sus tortillas de maíz molido con asnapitas picadas, el yuyo, ataqo, arroz para chuparse los dedos y los infaltables platos llenos de mote con sus pedazos de queso; no es posible olvidar el brindis y respeto
sagrado a la madre tierra (pacha mama) floreciente, de la miel de los mil colores y sabores…

Bueno daré grandes brincos y saltos de garrocha de
mi trajinar, ya muy jovencita cruce las fronteras de nuestra bendita patria, llegando a Murray River, contemplar el Río de Murray en el lugar denominado Victoria, Melbourne de Australia donde florece la naturaleza inmaculada en un contexto de cultura nacional, en la que cada persona se
consagra a los deberes y derechos en armonía con la naturaleza en un mundo parecido a los cuento de Hadas, que son la fuente de inspiración de la sociedad sin distingos de ninguna índole.

O aquellas giras por las cumbres de nieve perpetua y cañones profundos de los andes, o aquellas
aventuras por las selva majestuosas de Chachapoyas que arrancan lágrimas de perlas del recuerdo; por eso y mucho más, sueño con los recuerdos sembrando con Osquitar, Raúlito, Carlitos, Jesús, Víctor y grandes amigos del Mariño y Pachachaca.

En ese horizonte queridos amigos, les digo que nunca es tarde, ya que no todo está consumado, depende de cada uno de nosotros la responsabilidad de recuperar los lechos ribereños, echar semillas que pronto volverán a fecundar y florecer la vida, que reclama la humanidad entera, lo que significa “manos a la obra” ahora, es la hora para emprender los primeros pasos y estampar las huellas del desfile de los pasos que abrirán las grandes alamedas de flores y frutos en los lechos del Mariño y Pachachaca que iluminarán por toda la patria y el mundo, cual mensajes tuyo, mío y todos nosotros que, sin pretextos ni lágrimas de plañideras, tomaremos la delantera; y para abrasar con más fuerza nos robaremos pedacitos de la pluma del gran Pablo Neruda y sus versos floridos en encienden estrellas y coronan de gloria a sus amores perdidos y nunca olvidados porque son ilusiones esculpidos en las fibras más íntimas del corazón y el alma; con esa misma mística escribamos nuestra propia historia, pensando , haciendo y difundiendo el amor verdadero que alumbrará la luz de vida, convirtiendo las noches teñidas de escombros, para hacer renacer los rocíos y lluvias que aumentarán el caudal de los ríos que envolverán los océanos de esperanzas y la belleza de la fraternidad humana.

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