Yo no entiendo a los grandes porque no me dejan caminar descalzo ni chapotear en la lluvia porque le han puesto nombres difíciles a todas las cosas difíciles.
Yo no entiendo a los grandes porque están siempre apurados, no tienen tiempo para contestar una pregunta, ni de contar un cuento. ¿Por qué cuando uno se porta mal lo amenazan con una inyección y cuando estoy enfermo me van a aliviar?
Yo no entiendo a los grandes porque me piden que sea buenito y me regalan para jugar un revolver, dardos y flechas. porque cada vez que mienten me doy cuenta y sufro mucho.
Yo no entiendo a los grandes porque cuando hago algo malo me dicen no te quiero más y yo tengo mucho miedo que me dejen de querer en serio.
Reflexión:
La inocencia infantil choca con la complejidad adulta. Los niños anhelan amor auténtico y sencillez, mientras se enfrentan a la confusión de contradicciones que los grandes imponen, generando miedo y sufrimiento emocional.
Esta historia revela la confusión y desencanto de un niño frente a las contradicciones de los adultos. Se cuestiona las normas impuestas, la falta de tiempo y la dualidad de actitudes de los mayores. Expresa el miedo a perder amor por errores y la percepción aguda de la hipocresía.