Agradecer es de corazones nobles, y es grato enterarse de que el agradecimiento —y los honores merecidos a un buen pastor que dejó huellas profundas en nuestra tierra— hayan florecido también en la suya.
En Cataluña, su lugar de origen, se ha publicado una hermosa web dedicada a recordar la vida y misión de Mons. Enrique Pèlach i Feliu, ese obispo que caminó nuestras montañas, aprendió nuestras palabras y se ganó nuestros corazones.
Aunque el sitio web está en catalán, hoy la tecnología nos regala un privilegio maravilloso: con un solo clic podemos leerla en español.
Fue creada por la Asociación Amigos de Abancay, una entidad civil con sede en Girona, creada en 1968 para sensibilizar y movilizar recursos a favor de la diócesis de Abancay (Perú).
Su biografía, recogida con sencillez y cariño, nos habla de un joven nacido en Anglès en 1917, marcado desde temprana edad por la fe y la vocación. Después de sobrevivir a tiempos difíciles, fue ordenado sacerdote en 1944. Pero su historia se vuelve verdaderamente nuestra cuando, movido por un espíritu misionero inquebrantable, dejó su tierra en 1957 para venir al Perú y servir en los pueblos andinos con una entrega que no conoce fronteras.
Luego, como obispo de Abancay desde 1968, su tarea pastoral fue inmensa: fundó seminarios, acompañó vocaciones, publicó catecismos y evangelios adaptados a nuestras realidades, y extendió su mano a los más necesitados con obras sociales que aún hoy siguen dando cobijo y esperanza. Iglesias, hogares, comedores, centros de salud… cada ladrillo, cada gesto, llevaba la marca de un pastor que no buscaba honores, sino almas.
Su vida —larga, fecunda, incansable— quedó entretejida en la historia de nuestra diócesis. Y aun cuando pasó a ser obispo emérito, siguió siendo un padre cercano, humilde y trabajador, hasta su partida en 2007.
En esta web podrás encontrar, adicionalmente, 2 hermosos libros:
- ENRIQUE PÉLACH de Antonio Ducay- Cincuenta años en los Andes del Perú (Se puede descargar gratuitamente en PDF)
- DE GIRONA A LOS ANDES de Mons. Enric Pèlach- (Disponible en Amazon)
Y hay mucho más para ver.
El agradecimiento no es solo memoria: es justicia del corazón. Porque agradecer significa reconocer que hubo alguien que dio más de lo que debía, que amó más de lo que le pedían, que sirvió más de lo que se veía.
Hoy, al saber que en Cataluña se honra su legado, comprendemos que la gratitud auténtica no conoce distancias. Las buenas obras siempre encuentran eco, tarde o temprano, aquí o allá. Y ese eco nos invita a imitar, a valorar y a continuar lo sembrado por quienes nos precedieron.
Que el ejemplo de Mons. Enrique Pèlach nos recuerde que toda vida entregada merece ser agradecida. Y que agradecer es, en el fondo, una manera de volver a sembrar.