Diversidad cultural sin igual de un país auténtico
¿Es el Perú el próximo destino cultural y turístico de Sudamérica?
Perú posee un legado cultural tan vasto y diverso que sorprende que no sea el destino predilecto para los viajeros ávidos por descubrir la riqueza histórica de Sudamérica.
Según la Organización Mundial del Turismo (Anuario de Turismo 2022) la afluencia turística en Sudamérica está encabezada por Brasil, Argentina y Chile, pero Perú está ubicado en un sólido cuarto lugar. Aún con la Pandemia y todo, hubo crecimiento y parece que este será sostenido y el Perú podría seguir escalando posiciones.
Esto, sin duda, tiene mucho que ver con la inversión en promoción turística. En el 2022 Brasil gastó 120 millones de dólares, Chile 86, Argentina 72 (aún en la crisis que está), y Perú 50, mientras que en el 2021 (no conseguimos datos del 2022) Colombia gastó 32 millones de dólares y Ecuador 18, todo esto según los Presupuestos de los Ministerios o Entes de Turismo de los respectivos países.
Cabe preguntarse ¿Cómo se gastaron esos fondos?, si se habrá hecho con eficiencia y sin corrupción ¿Usted que cree?
¿Qué hacer para ser el epicentro cultural del continente?
Veamos qué factores podrían catapultar al Perú a esa posición.
Es innegable que países como Argentina, Chile y Brasil llevan llevan ventaja en cuanto a infraestructura turística desarrollada. Ciudades como Buenos Aires, Santiago y Río de Janeiro son potencias regionales que atraen miles de visitantes anualmente.
Sin embargo, en los últimos años Perú ha experimentado un boom gastronómico y hotelero que apunta a un despegue turístico sin precedentes.
Solo en Lima se han abierto decenas de hospedajes boutique, restaurantes gourmet y hasta galerías de arte moderno. Incluso, «Central», el Restaurante de Virgilio Martínez y Pía León, ocupa el primer lugar en el mundo, en la lista The World’s 50 Best Restaurants, lo que no es poca cosa.
La infraestructura poco a poco se pone al día, pero aún tenemos que trabajar en calidad de servicio.
Más allá de Lima, Cusco sigue liderando con su impresionante legado incaico y colonial. Machu Picchu es una de las 7 Maravillas del Mundo y sigue deslumbrando con su enigmática belleza. Pero recordemos que solo es la punta del iceberg del vasto imperio que alguna vez gobernó esta parte de Sudamérica.
Y es en esa riqueza histórica multidimensional donde el Perú saca amplia ventaja. La herencia inca es solo una arista de la sofisticada trama cultural peruana…
Aquí los españoles también dejaron su impronta virreinal en ciudades como Arequipa, Cusco, Trujillo, Cajamarca, Ayacucho y Lima, entre otras. El esplendor arquitectónico del colonialismo sigue latente en casonas, iglesias y palacios que son joyas monumentales.
La cultura preinca de civilizaciones como Chavín, Mochica o Nazca también deslumbró al mundo con sus hazañas en cerámica, orfebrería, textilería y hasta avanzados conocimientos médicos. Sus legados arqueológicos, como las Líneas de Nazca, las Tumbas Reales de Sipán y los Templos de Chavín sorprenden al mundo hasta hoy.
Y para hablar de legados vivos, la diversidad étnica del Perú se traduce en un crisol de tradiciones, ritmos, danzas y creencias que se mantienen desde épocas inmemoriales hasta hoy…
La cultura afroperuana, por ejemplo, con sus contagiosos ritmos y sabrosos platos sigue más viva que nunca en ciudades costeñas como El Carmen, Chincha o Zaña.
Los pueblos amazónicos también nos fascinan con su convivencia respetuosa con la naturaleza, sus leyendas chamánicas y tradiciones pesqueras y de recolectores que han pasado de generación en generación casi sin cambios.
Y en los Andes, quechuas, aymaras principalmente, y algunas otras etnias mantienen sus costumbres ancestrales, en una relación mística con las montañas y la «Pachamama». Sus tejidos, danzas y músicas son un portal a ese pasado vivo.
Tanta riqueza histórica y diversidad se refleja también en las más de 3,000 variedades de papas nativas, los cientos de microclimas, y los sabores exóticos de nuestra gastronomía. Ese patrimonio culinario tan vasto que la UNESCO también declaró Patrimonio Cultural de la Humanidad en 2010.
Turismo Vivencial
Y hay otras posibilidades, la mística de los Andes atrae al viajero ávido de vivir otras realidades. El turismo vivencial en Perú abre un portal al universo andino desde adentro. Convivir con familias quechua, aprender tejidos ancestrales, labrar la tierra y pastorear ganado bovino y ovino, y en especial llamas. Rituales pagados a los Apus, danzas en torno al fuego bajo un manto de estrellas. Gastronomía, músicas y leyendas compartidas junto a la calidez de nuestros pobladores. Conexión genuina con la Pachamama en retiros espirituales. Experimentar el Perú profundo y auténtico, lleno de paisajes de ensueño y con una fauna y flora única, ahora es posible.
Turismo de relajación y descanso.
Y en estos tiempos, muchos ciudadanos del mundo, agotados por el trajín y el estrés buscan lugares de relax y descanso. El Perú podría seducirlos con una variada oferta de retiros para reconectar con uno mismo. Clases de yoga frente al mar, a los bosques o a las montañas. Meditación andina en silencio y paz mágica. Terapias ancestrales de sonidos y aromas relajantes. Spas con rituales revitalizantes o baños en aguas termales curativas. Masajes terapéuticos y tratamientos naturales para purificar cuerpo y mente. También, sesiones de respiración y visualización transformadoras. Desintoxicar las vidas en medio de exuberantes paisajes que inspiran serenidad.
Es un filón aún inexplotado, pero que podría conseguir un gran caudal de visitantes que buscan volver a su eje.
La abundancia de bellos paisajes, para este fin, nos da una gran ventaja, y lugares cercanos a los principales destinos turísticos, podrían aprovechar para especializarse en estos rubros.
El hermosísimo valle de Abancay, por ejemplo, es un lugar que se presta para ello. A pocas horas del Cusco, podría ofrecer paquetes complementarios que, si están bien promocionados y administrados, podrían conseguir un gran éxito.
¿Habrá algún otro país de Sudamérica que pueda igualar tamaña diversidad cultural e histórica?
Perú podrá carecer del marketing turístico de Brasil o el desarrollo vial de Chile, pero en patrimonio les saca mucha ventaja y ya hemos avanzado mucho en infraestructura turística, solo falta ponerla a punto, sobre todo en el interior del país donde la calidad de atención aún deja mucho que desear.
Con una industria turística en pleno crecimiento, los ojos del mundo voltearán cada vez más a admirar nuestras riquezas y nuestra oferta. Y con tantos vestigios arqueológicos aún por explorar, este abanico cultural seguirá ampliándose, para maravilla de propios y extraños.
Así que no queda la menor duda de que vamos camino al primer lugar, a ser el principal destino turístico de Sudamérica.
El Perú tiene todos los ingredientes consolidados (y muchos por descubrir aún) para convertirse en el próximo gran centro cultural de América del Sur.
Solo es cuestión de tiempo para que su magia magnetice y enamore sin remedio al turista internacional.