PRIMERA HOMILÍA LEÓN XIV

LEON XIV CONDENÓ SEVERAMENTE EL PARADIGMA ECONÓMICO QUE EXPLOTA LOS RECURSOS DE LA TIERRA Y MARGINA A LOS MÁS POBRESPERUANOS QUE QUE SE MANIFESTABAN CONTRA DINA BOLUARTE FUERON DETENIDOS

En la homilía con la que inició oficialmente su Pontificado, León XIV se presentó «como un hermano», que va a trabajar por la unidad y la caridad en la Iglesia, para construir «un mundo reconciliado».

Ha llamado además a los católicos a «no encerrarse en nuestro pequeño grupo ni sentirnos superiores al mundo» y a «valorar la historia personal de cada uno y la cultura social y religiosa de cada pueblo».«En nuestro tiempo, vemos aún demasiada discordia, demasiadas heridas causadas por el odio, la violencia, los prejuicios, el miedo a lo diferente, por un paradigma económico que explota los recursos de la tierra y margina a los más pobres. Y nosotros queremos ser, dentro de esta masa, una pequeña levadura de unidad, de comunión y de fraternidad», ha clamado.

El Papa comenzó su homilía citando el inicio de la «Confesiones» de san Agustín: «Nos has hecho para ti, Señor, y nuestro corazón está inquieto hasta que descanse en ti». Luego recordó el fallecimiento del Papa Francisco, y explicó que la idea del cónclave era buscar un «nuevo sucesor de Pedro» que fuera «un pastor capaz de custodiar el rico patrimonio de la fe cristiana y, al mismo tiempo, de mirar más allá, para saber afrontar los interrogantes, las inquietudes y los desafíos de hoy».

«Encontrémonos, dialoguemos, negociemos. La guerra nunca es inevitable, las armas pueden y deben ser silenciadas», ha dicho León XIV en un encuentro con representantes de las Iglesias orientales.

«Fui elegido sin tener ningún mérito y, con temor y trepidación, vengo a ustedes como un hermano que quiere hacerse siervo de vuestra fe y de vuestra alegría, caminando con ustedes por el camino del amor de Dios, que nos quiere a todos unidos en una única familia», ha subrayado suscitando muchos aplausos.

El Papa considera que las dos dimensiones de la misión que Jesús confió al apóstol Pedro son custodiar el «amor y la unidad» entre los cristianos. «El ministerio de Pedro está marcado precisamente por este amor oblativo», amor que se entrega, «porque la Iglesia de Roma preside en la caridad y su verdadera autoridad es la caridad de Cristo», ha dicho.

Según León, «no se trata nunca de atrapar a los demás con el sometimiento, con la propaganda religiosa o con los medios del poder, sino que se trata siempre y solamente de amar como lo hizo Jesús».

Tampoco consiste en «ceder a la tentación de ser un líder solitario o un jefe que está por encima de los demás, haciéndose dueño de las personas que le han sido confiadas».

«Quisiera que nuestro primer gran deseo fuera que la Iglesia esté unida, sea signo de unidad y comunión, y que se convierta en fermento para un mundo reconciliado».

«En nuestro tiempo, vemos aún demasiada discordia, demasiadas heridas causadas por el odio, la violencia, los prejuicios, el miedo a lo diferente, por un paradigma económico que explota los recursos de la tierra y margina a los más pobres. Y nosotros queremos ser, dentro de esta masa, una pequeña levadura de unidad, de comunión y de fraternidad».

Se ha dirigido a los líderes del mundo con un tono que recordaba al que usaba Juan Pablo II, que mezclaba fe y movilización civil. Así, les ha propuesto que «¡miren a Cristo!, ¡acérquense a Él!, ¡acojan su Palabra que ilumina y consuela! Escuchen su propuesta de amor para formar su única familia: en el único Cristo somos uno».

También ha propuesto a las demás Iglesias cristianas «recorrer juntos esta vía», acompañados de «quienes transitan otros caminos religiosos», junto a «aquellos que cultivan la inquietud de la búsqueda de Dios, con todas las mujeres y los hombres de buena voluntad, para construir un mundo nuevo donde reine la paz».

Recordando su espiritualidad misionera, ha dicho que «este es el espíritu misionero que debe animarnos, sin encerrarnos en nuestro pequeño grupo ni sentirnos superiores al mundo; estamos llamados a ofrecer el amor de Dios a todos, para que se realice esa unidad que no anula las diferencias, sino que valora la historia personal de cada uno y la cultura social y religiosa de cada pueblo».

No se trata de buenas intenciones sino de realismo cristiano. Citando a su predecesor León XIII, ha recordado que «si esta caridad prevaleciera en el mundo, acabaría por extinguirse bien pronto toda lucha en la sociedad civil». Por eso, ha propuesto «construir una Iglesia fundada en el amor de Dios» (y por tanto, no en estructuras de poder, en consenso o en la estabilidad), que sea «signo de unidad, una Iglesia misionera, que abre los brazos al mundo, que anuncia la Palabra, que se deja cuestionar por la historia, y que se convierte en fermento de concordia para la humanidad».

«Juntos, como un solo pueblo, todos como hermanos, caminemos hacia Dios y amémonos los unos a los otros», Concluyó.Después de recorrer durante unos 25 minutos la plaza de San Pedro con el papamóvil, en el que ha sido el primer giro de su Pontificado, León XIV comenzó la ceremonia ante la tumba de aquel de quien se ha convertido en sucesor, el apóstol Pedro, en las grutas vaticanas, donde ha rezado junto a cuatro patriarcas orientales. En una hornacina cerca de la tumba apoyaron el anillo del pescador y el palio que más tarde, durante la misa recibió, símbolos propios del Papa.

En una basílica de San Pedro completamente vacía, acompañado sólo por ellos y por los cardenales que han seguido en Roma para esta misa, ha ido en procesión hacia la plaza de San Pedro mientras escuchaba las «Laudes Regie», una oración de tradición imperial que se remonta a los tiempos de Carlomagno.

También ha tenido lugar el rito de «obediencia», que más allá del nombre, es un reconocimiento público del ministerio que el Papa. Antes lo hacían cardenales, pero el Papa ha querido que no sólo participen purpurados. Lo hicieron también tres cardenales, un obispo, un presbítero, un diácono, un religioso, una religiosa, un matrimonio y dos jóvenes. Con ese saludo, la comunidad cristiana reconoce en él el sucesor de Pedro que cuida a la Iglesia.

En ese abrazo expresan que confían en él y en su ministerio de guía.Entretanto, en los alrededores, un grupo de manifestantes, portando carteles contra la mandataria peruana Dina Boluarte, fue detenido por la policía italiana. No se sabía el destino de los detenidos hasta el cierre de esta nota.

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