¿QUÉ SIGNIFICA UNA CALANDRIA TUNERA EN NUESTRAS VIDAS?

En mi tierra, Abancay, la conocemos como “Tuya”. Pecho amarillo alas negras y un canto que es un concierto. A veces entra en las casas, se posa en los patios y hasta se apodera de los ventanales. Su canto es diverso, para nosotros los chicos de ayer, signo de buen presagio: llegarán buenas noticias.

En realidad la buena noticia es el fin de la lluvia y la apertura del cielo encapotado. La “tuya” o la “calandria”, como la conocen en Norteamerica y el Caribe, silba y protagoniza un concierto. En Abancay, mi tierra ibámos camino al Santuario del Ampay por el Camino Real y la bandida nos acompañaba.

Nos llamaba con su silbido de alegría y los que podíamos le contestábamos a su galanteo. Así aprendimos a llamarnos en la patota del barrio: silbando el canto de la calandria tunera. Conservamos nuestro inconófonico llamado por mucho tiempo; supongo que ahora el silbido ha cedido a formas mucho más modernas. El whatsApp por ejemplo, en mensaje escrito o hablado instantáneo o grabado ha reemplazado a la “tuya”. Hay una teoría que manejan los lingüistas: La palabra no existió desde siempre.

El hombre incorporó primero la voz, luego la palabra como formas de comunicación. La voz tuvo su antecedente más próximo en el trino de los pájaros. La palabra fue un producto más elaborado que sintetiza las imágenes que fabrica la mente humana. Me atrevería a decir que el silbido de la calandria tunera propia del valle Santiago de Abancay, es el inicio de la palabra humana. La calandria, tiene infinidad de especies que varían de colores, pero no de costumbres ni de canto. Cada lugar, cada hábitat, tiene su propia calandria.

Su canto siempre será el mismo desde los albores del mundo hasta el confín de los tiempos. El término de la lluvia marca su aparición. La llegada de las buenas nuevas el motivo de su acercamiento a los humanos. Pero solo acercamiento, porque difícilmente es domesticada para criarla en cautiverio.

El hombre aprendió a hablar imitando a los pájaros. Aprendió a articular la palabra como forma de comunicación viendo el galanteo sonoro de las aves. Yo creo que la calandria tunera fue su fuente de inspiración y con esa comunicación inteligente hizo el acuerdo social de los primeros fonemas.

La compañía de la calandria siempre es grata en los amaneceres. Brincando de un arbusto a otro se comunica con los abanquinos contestando sus silbidos. La “tuya” como le decimos bajo los cielos de Abancay iba por nuestro camino polvoriento y pedregoso haciéndose nuestra amiga. La calandria tunera o “tuya”, es parte de la identidad de los abanquinos en todo tiempo.

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