SEÑOR DE ILLANYA – PATRÓN JURADO DE ABANCAY

por Hugo Viladegut Bush
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Reinicio

Es Viernes Santo.

“El Cristo del Alba” de mi amada Abancay, sale en hombros de sus feligreses a bendecir a sus hijos.

En realidad se llama “El Señor Justo Juez de Illanya, patrón jurado de Abancay”

Nombre que viene de un tiempo ignoto.

Fecha perdida en los revoltijos de la memoria colectiva.

Los abanquinos de Abancay y llegados de otras latitudes, han ido a recibirlo al rayar el alba.

Esperan con ansias al Cristo flagelado, cada uno con su cargamento de quejas y esperanzas.

Unas son reclamaciones por promesas incumplidas, otras son gracias por los milagros recibidos.

También se elevan quejas pidiendo justicia.

Esperanzas que se abren y que con la bendición del santo patrón buscan cumplirse.

Los Viernes Santo son de profunda fe desde muy temprano en Illanya.

Cientos de generaciones y por muchos años, han cumplido este rito.

Acompañan al Cristo del Alba en su recorrido por los campos adyacentes a la capilla.

Los contrayentes y esponsales agradecen la paz, la salud y el trabajo.

Los agricultores el agua y la cosecha.

Y todos agradecen por la vida y la familia que les ha tocado.

El Cristo jurado miles de veces, escucha a su feligresía.

Avanza en medio del gentío.

Unos quieren tocarlo, otros cargarlo.

Lograrlo, ilumina y tranquiliza las desesperanzas y tribulaciones.

Se recuerdan y se renuevan los juramentos y promesas.

Cada concurrente busca la paz, pide una gracia o musita un agradecimiento.

Cada feligrés es una historia… la narrativa personal de una novela.

Mientras la historia de los juramentos crece en el tiempo.

La imagen del Cristo flagelado escucha a sus hijos.

Crece la fe para quienes nacieron bajo el cielo añil de Abancay.

Se abren nuevas esperanzas para quienes retornan al lar de sus recuerdos.

Es Viernes Santo y nuestro Patrón Jurado, el Señor Justo Juez nos bendecirá.

Hará posible el diálogo edificante para encontrar salidas a nuestros problemas.

Atravesamos por una y mil dificultades casi todas solucionables.

Hace falta sentarnos y ponernos de acuerdo.

Cuando reclamamos un derecho, debemos ubicarnos en el respeto.

Sin respeto habremos perdido el derecho, la vida civilizada y la paz.

Pidamos por el diálogo. Por los acuerdos. Por la justicia y la paz.

FOTO: “Bendice a tu pueblo Señor Justo Juez de Illanya”.

IMAGEN: Dominio público.

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