TECNOLOGÍA Y EVOLUCIÓN: LO QUE EL FUTURO NOS DEPARA

En su definición más simple, tecnología, es un proceso, una capacidad organizada de transformar o combinar algo ya existente para construir algo nuevo o que pueda hacer una nueva función.
La tecnología es útil y beneficiosa en todas las áreas del accionar humano, nos ha permitido llegar a donde estamos, ayudando a organizar nuestras vidas y facilitando nuestro trabajo.
Desde que un mono sin pelos, hace aproximadamente 50,000 años, encontró utilidad a un palo para poder conseguir una fruta que antes no había podido alcanzar, hasta hoy que está en camino de colonizar otros planetas. el hombre ha estado íntimamente ligado a la tecnología y dependiendo cada vez más de ella.
Alvín Toefler, un gran escritor, estadounidense sociólogo y futurólogo, nos dijo qué, si el tiempo transcurrido desde entonces, se dividiese en generaciones de sesenta y dos años, más o menos, habrían pasado algo más de 800 generaciones, de las cuales 650 habrían vivido en las cavernas.


Sólo las últimas setenta, gracias a la escritura, pudieron guardar sus conocimientos para las sucesivas generaciones (en piedra, pieles, papiros y papel). Sólo las últimas seis, pudieron leer textos impresos. Sólo desde hace cuatro ha sido posible medir el tiempo con precisión y sólo las últimas dos conocieron y usaron el motor eléctrico.
La inmensa mayoría de los artículos que utilizamos hoy, se han inventado apenas en la generación número 800.
La razón es que la tecnología, facilita más tecnología, por eso el avance en los últimos años se ha acelerado de manera tan vertiginosa.
Es imposible determinar cuántas herramientas habrá creado el hombre. Desde la máquina de impresión de tipos fijos de 1400, el Telescopio, las máquinas a vapor que propiciaron la Revolución Industrial, luego el telégrafo que venció a las distancias, el foco que con energía eléctrica conquistó la noche, el motor a combustión que allano las distancias, el motor eléctrico que hizo todo más fácil, los circuitos eléctricos que se involucraron en todo y las computadoras que no solo llenaron de poder y capacidades al humano, convirtieron al mundo en una sola aldea global, las naves espaciales… y tantas que resulta poco menos que imposible detallarlas a todas.
Todos estos avances, por si mismos, fueron generando una revolución gigantesca de tecnologías que aceleraron la evolución de la humanidad de manera híper exponencial, y no ha parado, sigue en su loca carrera hacía un futuro inimaginable.
Y cabe preguntarse, ¿La tecnología es buena? Depende de cómo la usemos, puede ser buenas o mala. Algunas, como la luz, son buenas en esencia mientras que otras, como las armas, son malas. Eso sí, lo que sea que se haga, con tecnología, se hará mucho mejor.
La tecnología se ha hecho imprescindible, ¡Qué duda cabe! está en todas partes, en todas las actividades humanas y nos ha hecho tan dependientes que, si un día cualquiera, ella dejará de funcionar, sería un caos total. ¿Se lo imaginan? No habría luz, no encendería el carro, no funcionaría más el microondas ni el refrigerador, la ducha, la cocina, la computadora, el celular… ¿cómo podríamos arreglárnoslas…?
Entre todas las cosas que ha creado la tecnología, sin duda, una de las más importantes es la computadora.
Las computadoras, fueron creadas recién en la última generación, aunque parece que nos acompañaran desde hace mucho más. Los nativos digitales no pueden concebir un mundo sin ellas, pero, aunque sea difícil de creerlo, son recién llegadas, no llegan a tener ni un siglo de vida, pero ¡Cómo evolucionaron!
Mientras más se reducían de tamaño, más poderosas se hacían, y también más útiles e imprescindibles, tanto así que hoy, se han metido en todo, incluso dentro de su automóvil, los juguetes de sus hijos, los artefactos domésticos, casi todo tiene un circuito computarizado sin el que no podrían hacer nada. ¡Y eso nos parece tan normal!
Los dispositivos celulares, son el ejemplo más visible, son super computadoras. Con muchas más capacidades que la mayoría de las computadoras de escritorio, no solo se usan para hablar, pueden manejar información en forma de texto, imágenes, audio y video.
Es difícil de creer, que esta pequeña computadora, siendo miles de veces más pequeña, es millones de veces más poderosa que las primeras, gigantescas y costosísimas computadoras que se utilizaron para calcular la trayectoria del primer viaje espacial.

Hoy, prácticamente todos tenemos uno, hasta en los lugares más remotos.
En una ocasión, estando en el campo, no lograba que mi celular se enlace a la red, pero una anciana campesina que tomaba sol sentada en un tronquito, a la puerta de su casa, me dijo, Chaipichá rimayta atinqui —Allá podrás hablar—, señalando una casita con techo de calaminas, y efectivamente, me puse allí, y el techo de metal haciendo de antena me permitió coger buena señal. Eso demuestra que la tecnología ya es habitual y común para todos.
La miniaturización de los circuitos eléctricos, los avances en los supercondensadores (baterías) y las capacidades del software, posibilitaron todo eso, no solo los teléfonos celulares, sino también el entretenimiento digital, los automóviles eléctricos que se conducen solos y otros artilugios modernos.
Ahora los aparatos «hablan» entre ellos. IoT son las siglas para Internet of Things (Internet de las Cosas), y hace referencia a la interconexión de dispositivos. Lo más habitual son las conexiones Wi Fi y Bluettoth que usamos a diario en los celulares, pero va más allá, pues ahora es perfectamente factible, por ejemplo, que el auto se comunique solo con la casa, que active las puertas levadizas, prenda las luces, encienda el equipo de sonido y ponga a calentar la comida.
En algunos años más la comunicación entre circuitos eléctricos y células vivas, será habitual, hoy ya es posible. Hay proyectos fabulosos como el de Neuralink que han invertido millonadas en ello y lo están logrando.
Y a propósito de esa empresa, su accionista mayoritario es Elon Musk, un multimillonario empresario sudafricano afincado en los Estados Unidos que tiene proyectos alucinantes que citaremos brevemente, pues detallarlos sería para una enciclopedia. Están SpaceX y Starlink (que tienen como objetivos los cohetes reusables, naves interplanetarias, y colonización de Marte), Tesla Motors (autos eléctricos que se conducen solos), Solarcity (energía solar), Halcyon Molecular (investigación en salud y longevidad), Open AI (Inteligencia Artificial y Domótica), The Boring Company (excavación de una red subterránea de túneles).
Parece que el futuro, ya llegó, y lo bueno es que mucha información está al alcance de todos. Ya no hay justificación para no saber, «el que no sabe es, simplemente, porque no quiere saber».
En Internet hay multitud de recursos para todo, cursos en video, texto y conferencias en línea, muchos de ellos gratuitos y hasta certificables.
Por eso me pregunto, porque no apuntamos a convertirnos en una potencia tecnológica como la India, que se ha convertido en el primer exportador mundial de software y servicios informáticos. Hace 30 años estaba igual o peor que nosotros, pero hoy son una potencia tecnológica.
Con el ingenio y la inteligencia que son características del peruano. ¿Por qué no fomentar que nuestra juventud se dedique a las carreras tecnológicas en vez de las carreras tradicionales tan saturadas en el mercado laboral?

El conocimiento cambia, sobre todo en tecnología, se actualiza vertiginosamente. Lo aprendido el año pasado ya fue, ya es historia, cada día hay cosas nuevas. Por eso, el perfil del profesional que no lee, ya está en desuso. La educación tradicional con una carrera de 5 años está quedando obsoleta. Esos años de universidad son solo el comienzo, la educación tiene que ser continua, profesional que no se actualiza, deja de serlo.
Hoy se encuentran carreras cortas y de alta especialización muy bien pagadas, y con la ventaja de que el mercado de trabajo no es solamente local, es internacional. Podemos trabajar para todo el mundo gracias a Internet, hay plataformas para ello. Si uno es por ejemplo, creador de software, webs y apps, diseñador gráfico, marketero, y otras especialidades más, hay posibilidades en línea. Esta modalidad de trabajo se llama «freelance», se trabaja por cuenta propia, sin una relación de dependencia laboral y se caracteriza por la autonomía y flexibilidad que brinda y porque son labores bien remuneradas.
Por hoy, lo dejaremos aquí.

Bibliografía:
Alvín Toefler – El shock del futuro (1970), La tercera ola (1980), La revolución de la riqueza (2006)

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