UN AÑO DE PERUANÍSIMA Y UN SIGLO DE METAMEMORIAS

por Ibo Urbiola
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Reinicio

Las palabras adquieren un significado universal en nuestro lenguaje y todos las entendemos, sin embargo, nacen con una esencia etimológica que cuando las encuentras enriquecen aún más las historias de nuestra memoria que están a la espera de organizarlas en un relato que se transmite de manera especial.
En su origen etimológico, la palabra “recordar” proviene del latín “recordare”: re (de nuevo), y cordis (corazón). Reconstruyendo el espíritu de la palabra “recordar” sería algo así como: Traer algo de regreso al corazón.
Hace un año, Carlos Antonio Casas se comunicó conmigo para contarme de “Peruanísima”, su nuevo proyecto. Su generosa propuesta me hizo pensar en hojas en blanco para ser llenadas de recuerdos. Imaginé Abancay, la ciudad en la que nací y en la que vivió mi familia hasta la muerte de mi padre en 1987. Y recordé (trayendo algo de regreso al corazón), los años de la amistad entre mi padre y el gran Julio Casas, el padre de Carlos. Y la memoria comenzó a organizar las palabras para que en cada historia estén entremezcladas la visión del Peru y los momentos vividos en la ciudad más hermosa del sur andino, donde se quedó la sangre y el corazón para siempre.
La metamemoria nos permite organizar nuestros recuerdos sin una cronología precisa. Finalmente, cada historia expresa el ingenio de juntar pasado, presente y futuro y expresar una anécdota, una historia o el ingenio que vemos en cada vivencia abanquina que tiene una infinidad de personajes.
Uno de esos personajes es Julio Casas, el padre de Carlos. Recuerdo (otra vez trayendo algo de regreso al corazón), que mi padre llegaba a casa riendo y compartía la anécdota que nos recordaba siempre el humor fino del dueño de “Cine Abancay”. Era el mundial de España 82 y Brasil había jugado frente a la Unión Soviética en cuya camiseta tenía la inscripción “CCCP”. Alguien le había preguntado a Julio Casas qué significaba “CCCP”, y la respuesta llegó con el ingenio instantáneo de don Julio: “CuCurruCú Paloma”.
Hoy, escribo con alegría esta nota, recordando siempre las historias que están en nuestra metamemoria esperando ser extraídas como de un cofre de recuerdos.
Felicitaciones a Peruanísima por este primer año y que sigan los éxitos para Carlos Antonio Casas, el hijo de un gran hombre al que recordamos siempre.

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1 com.

Carlos Antonio Casas Suárez 01/06/2024 - 10:38 am

Estimado Ibo Urbiola
Es un honor recibir tan elogiosas palabras de alguien como tú, de tan destacada trayectoria y con una pluma tan iluminada que destila la esencia misma de nuestro amado terruño abanquino.
Permíteme expresar mi más profunda gratitud por este relato que has tejido con hilos de nostalgia y remembranzas. Es un verdadero deleite sumergirse en los rincones más recónditos de nuestra metamemoria y encontrar allí las anécdotas más preciadas de nuestro acervo familiar.
Con tu prosa cautivadora, has logrado traer de vuelta al corazón (como bien dice el origen latino de “recordar”) los momentos más entrañables de nuestro querido Abancay.
De aquellos años de amistad entre nuestros padres, me hiciste recordar las ocurrencias ingeniosas que compartían, pues cada línea está impregnada de ese humor refinado que caracterizaba a mi padre y parece ser parte de nuestra identidad abanquina.
¡Ah, la anécdota del “CuCurruCúcu Paloma”! Sigo regocijándome con ella. Imagino la escena como si fuese ayer: en medio de una jarana, cantando los carnavales como sabía hacerlo tu padre con su guitarra, y de rato en rato, el mío amenizando la reunión con sus chistes, haciendo doblarse de risa a los presentes con su ingenio espontáneo, algunos hasta aplaudían con reverencia.
Era el sello inconfundible de la fiesta y el humor casero abanquino en todo su esplendor.
Así que permíteme, querido amigo, expresarte mi más sincera gratitud por este obsequio literario que has entretejido con tanto esmero.
Es un verdadero honor que, plumas como la tuya, contribuyan a engrandecer el legado de Peruanísima, este proyecto que nació con la misión de promover la lectura y la cultura, y de preservar nuestras raíces y compartirlas con el mundo.
Te aseguro que seguiremos destapando el añejo tonel de las metamemorias para brindar más relatos dignos de nuestro acervo cultural. Porque como bien dice el dicho abanquino: “Donde hubo risas y recuerdos, siempre habrá más historias que contar”.
¡Muchas gracias Ibo Urbiola Sierra!
¡Un abrazo fraterno desde Abancay, cuna de ingenios y corazones desbordantes!
Atentamente,
Carlos Antonio Casas Suárez
Director de Peruanísima – Revista Digital

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