El compromiso inquebrantable de un gran filántropo
El Dr. Julio Sotelo Sierra es un reconocido médico peruano-estadounidense que ha dedicado gran parte de su carrera a brindar atención médica gratuita a comunidades vulnerables en la región andina de Abancay, Perú. A través de su labor con la Peruvian American Medical Society (PAMS), una organización sin fines de lucro, el Dr. Sotelo ha liderado numerosas misiones médicas a esta región.
Estas misiones han tenido como objetivo principal realizar cirugías reconstructivas de labio leporino y paladar hendido en niños, así como operaciones de cataratas. Además, han brindado atención médica general a pacientes de escasos recursos económicos que carecen de acceso a servicios de salud adecuados.
El Dr. Sotelo, junto con un equipo de médicos voluntarios, ha viajado repetidamente a Abancay para realizar estas intervenciones quirúrgicas y consultas médicas de forma totalmente gratuita. Su labor ha sido crucial para mejorar la calidad de vida de cientos de pacientes que, de otro modo, no habrían podido acceder a estos tratamientos.
Cabe destacar el apoyo inestimable de la Sra. Celeste O’Neill Claussen de Sotelo, esposa del Dr. Sotelo, quien ha sido su mano derecha en la organización y logística de estas misiones médicas. Gracias a su arduo trabajo y compromiso, estas iniciativas han tenido un impacto significativo en la comunidad de Abancay.
El Dr. Sotelo y su equipo han trabajado en estrecha colaboración con hospitales locales, como el Hospital Regional Guillermo Díaz de la Vega, para identificar y atender a los pacientes más necesitados. Su dedicación y vocación de servicio han sido ampliamente reconocidas tanto en Perú como en la comunidad peruana-estadounidense.
En resumen, el Dr. Julio Sotelo Sierra es un médico ejemplar que ha dedicado su vida a brindar atención médica de calidad a aquellos que más lo necesitan, sin importar su condición económica o ubicación geográfica. Su labor en Abancay es un testimonio de su compromiso con la salud y el bienestar de las comunidades vulnerables.
El doctor Julio Sotelo, gran amigo de mi padre pues habían compartido habitación en sus épocas universitarias, nunca dejaba de visitarlo cuando llegaba al terruño, y tenían largas y enjundiosas tertulias.
Un día mi padre estaba guardando cama con un resfrío, y nos dimos con la gran sorpresa de encontrar a los dos Julios, tendidos en la cama conversando amenamente.
El doctor Julio, con la sinceridad y simpatía que lo caracteriza, explicó al instante: —¡No hay mejor lugar para conversar! Y él es así, un tipo franco, campechano, sincero, amable y generoso en extremo.
Es verdaderamente admirable la labor de aquellos que, como el Dr. Julio Sotelo Sierra, a pesar de haber emigrado y alcanzado el éxito en otros países, nunca olvidan sus raíces y regresan generosamente para apoyar el desarrollo de sus comunidades natales.
Con humildad y gratitud, comparten sus conocimientos, experiencias y recursos para mejorar la calidad de vida de sus conciudadanos más necesitados.
Esta actitud de retribución y compromiso social es muy valiosa y digna de elogio. Demuestra que el verdadero éxito no solo se mide por logros individuales, sino por la capacidad de impactar positivamente en la vida de los demás.
El doctor Julio Sotelo Sierra es un inspirador ejemplo para nunca olvidar nuestros orígenes y hacer todo lo que esté a nuestro alcance para devolver a la sociedad parte de lo que nos ha dado.
En estos días estará visitándonos, démosle todo el cariño y el respeto que merece este señor entre señores y esperemos que la autoridades hagan eco de este llamado.
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