VIRGEN DE CAYPE: PATRIMONIO NACIONAL

por Efraín Gómez Pereira
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Es oficial. La Festividad de la Santísima Virgen de Caype, es Patrimonio Cultural de la Nación. Si bien la declaratoria fue plasmada en agosto pasado en el diario oficial; hace apenas unos días, el 13 de diciembre, el caypeño Manuel Navío Sánchez, promotor, impulsor y gestor de este reconocimiento oficial, recibió la Resolución Viceministerial 185-2023-VMPCIC/MC, nada más y nada menos que de manos de la presidenta de la República, Dina Boluarte.

La fiesta de la Virgen Santa Isabel de Caype, que es atracción ancestral de nuestro pueblo y que se celebra en el mes de julio, tiene una tradición que se remonta a más de 400 años y está íntimamente ligada a la vigencia y prestigio cultural de la Iglesia colonial de ese centro poblado. 

Manuel Navío Sánchez, recibe resolución oficial de manos de la presidenta de la República, Dina Boluarte.

En sentido, es bueno destacar el tenor de la resolución que dice: “Declarar Patrimonio Cultural de la Nación a la fiesta en homenaje a la Santísima Virgen de Caype, del centro poblado de Santa Isabel de Caype, distrito de Lambrama, provincia de Abancay, departamento de Apurímac, como expresión original y de gran significado, que une una intensa devoción religiosa a la virgen con una serie de rituales y tradiciones propiamente andinos, en las que destaca el pago a la tierra y los Apus y sobre todo la danza de tijeras, que alcanza en esta fiesta una importancia poco usual; erigiéndose, además, en un símbolo de identidad local de Caype y por extensión de la provincia de Abancay”.

Es de entender que el sentir del pueblo que cobija a la Virgen, es de entusiasmo y compromiso que se debe orientar a recuperar, valorar y fortalecer la tradición cultural de Caype, y hacer que el Santuario que alberga a la Mamacha sea cada vez más, un lugar obligado para las visitas de los locales y del turismo regional y nacional.

Es de esperarse que las festividades del próximo año 2024, serán diferentes, pues este reconocimiento hará que los altareros redoblen esfuerzos para convocar feligreses y paisanos radicados en diferentes confines dentro y fuera del país, en la ilusión de asistir a unas celebraciones que llevarán, por primera vez, la marca de “Patrimonio Cultural de la Nación”.

La iglesia Santa Isabel de Caype, recientemente remodelada, será entonces centro de una celebración de especial connotación donde las tradiciones, costumbres y la majestuosidad de nuestras arpas, violines y los famosos Danzantes de Tijeras, renovarán a su vez, su fe inquebrantable en la Mamacha, en la Virgen.

Quienes asistan a estas celebraciones tienen asegurado que serán testigos activos de la misa de bienvenida con matrimonios para toda la vida, la jashua cantarina, la procesión callejera al compás del “Rompecha corralchallay”, las competencias entre danzantes y grupos de músicos locales.

Se vivirá como todos los años el tradicional tapunakuy, la subida a la torre de la Iglesia a través de un lazo colgante, avivados y animados con chicha de jora y cañazo que son infaltables. El Altar brillará de espejos, imágenes santas y la contagiosa alegría de su pueblo.

El compartir del almuerzo comunal con el tradicional caldo de cabeza dará paso al Umatinka, en plena Plaza de Armas, y la despedida de visitantes, artistas y músicos en el incomparable cacharpari, que saldrá entre cantos y danzas hasta las afueras del pueblo, en espera del año siguiente.

Nuestra emoción lambramina por este logro que trasciende generaciones, en el saludo de felicitación al esfuerzo desplegado por don Manuel Navío Sánchez, su familia y un entorno muy cercano y reducido de paisanos que creyeron en su “locura” de buscar la declaratoria, desde el año 2016, empujado por la trascendencia que alcanzó el documental sobre los Danzantes de Tijeras de Apurímac, lanzado al mundo unos cuatro años antes.

Manuel Navío, se emociona al recordar las innumerables peripecias que tuvo que sortear para alcanzar este logro. Pocos creyeron en su osadía, otros le dieron la espalda; pero su decidida terquedad y su amor a la tierra que lo vio nacer y crecer lo impulsaron a no detenerse y mirar hoy, que Caype, Lambrama, Abancay y Apurímac, sienten orgullo compartido de tener entre sus valores, una riqueza cultural, un patrimonio nacional.

Reclama para que, a partir de este valor, el pueblo de Caype y las 19 comunidades de Lambrama trabajen en el calor de la unidad, para recuperar la prestancia de nuestro arte local y proyectarlo hacia al futuro, sobre la base del compromiso y aprendizaje de las nuevas generaciones de caypeños, lambraminos, abanquinos y apurimeños. Las fiestas del próximo año, deben promover la participación exclusiva de los artistas apurimeños -danzantes, violinistas, arpistas y cantantes-, que es la única forma de recuperar la importancia suprema de la riqueza regional que tenemos, sugiere Manuel.

Haber alcanzado la declaratoria de Patrimonio Cultural de a Nación, a una fiesta comunal ancestral, es una cara lección para que muchas autoridades locales que ofrecen el oro y el moro y no hacen nada o poco, se miren en el espejo del hermano de Caype, y sientan que cuando hay voluntad, dedicación y decisión, sí se puede.

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