—Me voy —dijo con voz temblorosa. —Es lo mejor —respondí con sequedad. Nos habíamos herido demasiado; nunca…
Cuento
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—¡Estoy al frente! —dijo Arminda mirando el mar, parada en el balcón, como hacía siempre que el…
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Rosalía: Casi puedo ver el estupor que debe causarte mi forma de comenzar esta carta, tu desconcierto…
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“Voy a descansar un rato”, dijo Antonia; se veía agotada. “Está bien”, respondió su esposo que la…
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En un gran hospital de la ciudad, una joven enfermera acudía todas las tardes, para brindar sus…
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Un viento suave y cálido mece los pastos silvestres de la gran llanura que, bajo el acerado…
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—¡Hay una fiesta!, ¡vamos! —gritaba eufórico mi hermano; movía los brazos y gesticulaba con auténtica emoción—, “¡una…
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Cuando los alumnos ingresaron al aula impregnada del aroma a tiza y la mixtura de papeles viejos…
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Llegaba la Nochebuena y Mañuco, aunque estuvo lo más atento posible, no vio ningún regalo para él…
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Ceferino Cerra Humapancca miró el cañón del revólver que tenía en la mano; el temblor que lo…
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En un céntrico barrio de una ciudad que nunca dormía, donde las luces de los edificios escondían…
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“Uno de estos tiene que ser”, pensaba Clara mirando a los médicos que tenía al frente; dos…